ECONOMÍA, DOCUMENTALES Y… ANTE TODO TALENTO

Son muchas las ideas, conceptos y conclusiones que últimamente me abordan la cabeza. Y como todas ellas no son de un mismo tema, y realmente quiero darlos a conocer, me veo en la obligación de realizar por vez primera una columna de temas múltiples, lo cual… pues vaya, quizá se haga más dinámico y no […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ECONOMÍA, DOCUMENTALES Y… ANTE TODO TALENTO


Son muchas las ideas, conceptos y conclusiones que últimamente me abordan la cabeza. Y como todas ellas no son de un mismo tema, y realmente quiero darlos a conocer, me veo en la obligación de realizar por vez primera una columna de temas múltiples, lo cual… pues vaya, quizá se haga más dinámico y no canse tanto como mis habituales parrafadas mil… Ya me comentaréis al final si es así o no.

OBLIGADO BALANCE DE LA UER ANTE LA ECONOMÍA DE LAS TELEVISIONES

Ya empiezan a asaltar las voces de aquellos que, con cierta razón y viendo el panorama, avisan que debemos en recatada medida preocuparnos de la situación en la que nuestras televisiones públicas se encuentran dada la crisis económica. Todo ello emergente de la dotación de los Estados a sus entes, que tras el año más duro en décadas (o en otros casos, en años) y unas arcas públicas bastante desinfladas, se ven en la obligación de recortar en cierta, buena o gran medida los presupuestos de los mismos.

Los directores de las televisiones o directores de programas se encuentran en una situación de balance y derribo, es decir, qué es prescindible y cuánto valor económico se ahorra sin ello para quitarlo de en medio. Así, la producción de la cadena ha de elaborar una parrilla más económica para este nuevo curso.

Llegados a este punto, donde evidentemente ya sabéis por donde van los tiros, es preciso centrarnos en un dato. Cada televisión pública recibe un presupuesto diferente que generalmente va acorde con la magnitud de la misma y de su Estado en cuanto a población (aunque también del valor que el Gobierno le quiere dar al medio de comunicación público). Así, por ejemplo, la televisión montenegrina, la cual bebe de un Estado de 700.000 contribuyentes, no se puede comparar en cuanto a presupuestos con lo que pueda recibir la televisión ucraniana, con nada menos que 46 millones de almas caritativas con el Estado.

No es nuevo que la televisión o cualquier otro formato o medio audiovisual, en cuanto a producción, es una cosa cara, con presupuestos que siempre se mueven en miles de euros. Por ello, para televisiones pequeñas donde los presupuestos pueden ser muchísimas veces menor que una tele como TVP (la polaca, que realmente es de tamaño medio) o sin hablar ya de la BBC, se miden con lupa las producciones y gastos que se pueden realizar y de qué alcance. Aquí en España se puede invertir 300.000 euros en hacer un capítulo de Cuéntame como pasó, pero nunca un capítulo de una serie estona va a tener ese presupuesto, sino probablemente tres, cuatro o cinco veces menos que ese valor (y probablemente me quede corto, pero no me voy a tirar al río).

Ir al Festival de Eurovisión, como cuota de participación y base pues del presupuesto del proyecto, cuesta orientativamente lo proporcional a lo que cada país tenga de PIB per capita, es decir, sorpresivamente quien habitualmente pagaría más cuota por ir al ESC de toda Europa sería Luxemburgo, sí, ese pequeño país con medio millón de habitantes… ¿A alguien le extraña entonces por qué no quiera participar? Dentro de la valoración económica para estar en el evento supongo que también se tendrá o tendría que tener en cuenta el presupuesto estatal… Por que entonces nos encontramos con situaciones como que Andorra debe pagar más que Ucrania ya que el PIB per capita de la primera supera hasta 4 veces al de la segunda… Y es evidente que el presupuesto de esta última será bastantes más veces elevado que el del principado. Siempre se ha afirmado que en gran medida este tipo de cuota se concretaba alrededor del PIB, ¿pero hasta qué punto debe influir teniendo otros parámetros más justos o simplemente más cercanos a la realidad de cada televisión?

La situación actual nos afirma que, al igual que muchos países han confirmado su asistencia y tienen preparada hasta la parrilla del primer trimestre de 2010 con las galas eurovisivas oportunamente planteadas, hay otros varios, más de lo habitual en estas fechas, que han afirmado que con la situación presupuestaria para este curso no pueden hacer frente monetariamente a su participación en el festival. La cadena rusa tendrá una buena cantidad para lanzar su proyecto con una cuota a la que podrá hacer frente, pero Andorra tiene que pagar una cuota y lanzar su proyecto (entre lo que incluye traslado, estancia en el país anfitrión de toda una delegación y todo el entramado artístico), logrando un presupuesto con un mínimo de miles de euros con los que su pequeña televisión podría hacer muchísimas más producciones que no sólo 3 galas en prime time (siendo ahora humildes y evidenciando la magnitud que realmente tiene el evento).

Por ello, ¿debe la UER plantear que para esta edición (e incluso la siguiente, donde el presupuesto dado del balance de 2010 seguirá “tocado” por la crisis) estudiar meticulósamente una manera de replantear las cuotas, reducirlas o dar una alternativa a las cadenas? La red europea incluso podría ayudar a buscar patrocinadores para las candidaturas de las televisiones para así compensar la cuota, o incluso buscar un único patrocionador europeo, que fuera de los habituales, abarque otras formas de publicidad para los mismos a la vez que subsane buena parte del gasto de cuotas… Se precisan alternativas.

Ahora mismo penden de un hilo las candidaturas de Estonia, Lituania, Letonia y Andorra (y la de algún país más que no lo ha hecho público probablemente). Así como la confirmada no participación de Hungría y República Checa. Además del no retorno de Luxemburgo y Mónaco, al que se unirá probablemente San Marino. Todos los casos tienen como punto común el dinero, sus presupuestos así como el valor económico que requiere participar en el festival… En este momento y aunque suene tentativo y atractivo para la mayor parte de estos países que en las semifinales también exista un 50% de jurado, no arregla ni cuadra los presupuestos que las cadenas barajan y que deben cubrir el 2010. La UER debe dar un paso más, y ceder o buscar alternativas a la situación si no quiere verse con un ESC con una única semifinal, un retroceso en el formato que le costaría “caro” (…bueno, a la NRK le vendría perfecto ya que se ahorrarían un par de millones).

CRÍTICA AL DOCUMENTAL 50 AÑOS DE… EUROVISIÓN

Debo aceptar que dada mi personalidad soy una persona de constrastes, o me horririza una cosa y la “borro” de mi mente, o por el contrario, me gusta y la alabo. Aunque bien es cierto que en films y canciones los matices que podría precisar son grandes, suelo definirme hacia un “bando” u otro. Así, el documental de apenas media hora encargado a Albert Solé por parte de TVE es una especie de excepción. Achaco esto a que mezcla dos cuestiones que me apasionan, el montaje y Eurovisión…

Por una parte, he visto un documental de título engañoso, o simplemente erróneo o inadecuado, donde la temática a tratar, la redacción del mismo, no versaba sobre el festival europeo sino sobre la Historia del conglomerado español y el europeo con un acompañamiento o excusa eurovisiva, una relación que en principio parecía acertada y real de unas evoluciones (politicas y musicales o de formato televisivo) similares, comparables y de reflejo mutuo… Pero, al paso de los cinco minutos caes en la cuenta de que es una evolución sesgada la del festival, una evolución adaptada, inventada. Quedaba perplejo ante un supuesto repaso de 50 años de un formato de tele con unas referencias pobres, aprovechadas e incluso en algunos casos erróneas o históricamente forzadas, sin citar la de omisiones básicas que ha tenido el documental…

Sabía, tras leer la referencia y palabras que TVE publicó del propio Solé, que en cierta medida el docu me iba a decepcionar. No sabía en cambio en qué medida, pero tras citar el paralelismo político y a sabiendas de la duración que tendría el video… claramente el supuesto repaso haría, de alguna u otra manera, aguas.

Dentro del tema real que trataba, la Historia, he de decir que estuvo correcto, acertado en muchas ocasiones con algunas referencias anecdóticas y graciosas, incluso me atrevería a decir que con la excusa de Eurovisión se hizo una visión interesante, distinta de lo que habitualmente se suele resumir de los últimos 50 años… Pero, como decía, no era lo que supuestamente ibamos a ver…

Por otra parte, y de ahí mi tremendo dilema, es que el montaje me pareció tan atractivo, preciso, impactante, interesante y eficaz… que acabó el programa y me apetecía hasta aplaudir. Es cierto que el montaje en televisión ha mejorado mucho en la última década, que los nuevos formatos han aportado muchas ocurrentes formas de enfocar, mezclar y tratar el audio e imagen, pero la conciencia buscada e implicación de significado que ha tenido el montaje de Solé me pareció simplemente perfecto. El enlace de temas, la carga que tenían las canciones en las imágenes, los fotogramas en ocasiones milimétricamente colocados… Disfruté como un niño.

Disfrutaba… pero a la par… señores, ¡me indignaba! Y el final más si cabe, con esa última referencia de “friki” que hizo caer la poca credibilidad eurovisiva que le quedaba al programa… El director hizo ver su supuesta “admiración” hacia el festival como un cúmulo de nubes prototípicas.

En fin, no cabe duda que un documental sobre Eurovisión definitivamente nunca permitiría una omisión de Mocedades, pero probablemente tampoco un documental sobre el festival tendrá un montaje con tanto “arte” como el que Solé nos brindó con semejante dilema emocional.

TALENTO SUECO, MÁS ALLÁ DEL MELODIFESTIVALEN

Me llega con la ingente cantidad de canciones y “composiciones auditivas” que nos brinda cada año TVE como para sumergirme en las 175 canciones que forman parte de la votación on-line de Suecia. O eso pensaba yo. Se me dió por entrar en la web de la SVT y plantarme a escuchar de forma aleatoria algunas de las canciones… Y, ¿cúal fue mi sorpresa? Me encontré con una serie de vídeos caseros muy naturales, hasta bien montados (que bien hizo Bergman por Suecia, en cambio es una pena que a los rusos este año no se les pegara nada de Eisenstein…), con unas canciones de una calidad interesante (o al menos visiblemente talentosas), no tan mediocre como se podría pensar.

Se ven en varias ocasiones amigos y familiares prestándose a colaborar en los clips, y se palpa a la vez un talento musical tanto en las canciones como en las voces. Se vive, digamoslo así, la música de forma más familiar, más natural, e incluso se toman (o eso parece) la televisión como algo más sano, sin plantarse egocéntricamente delante de la cámara. Y, sabiendo que serán vistos en la web y puede que también en TV si salen escogidos, en ningún vídeo he visto alguna actitud de aprovecharse de la situación, de creerse un(a) div@ o de “hacerse ver” como puede observarse en muchos de los vídeos de la preselección española… Defintivamente, el talento sueco no tiene límites, me alegra ver que no acaba en el Melodifestivalen.

Remato esta columna saltándome el Versionando habitual para traeros una bonita e interesante canción de la votación sueca de las dos docenas que he escuchado estos días. Espero que os guste, queridos lectores…

| Candidata nº 116: Open up your heart

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