¿DEL “SORAYAZO” AL “RAQUELAZO”?

Las comparaciones son odiosas. Sin embargo, como no dejamos de usarlas cada dos por tres edición tras edición, hagámosla en esta oportunidad de manera concienzuda y constructiva: Allá por el año de 2008 teníamos grandes esperanzas en Soraya y su La noche es para mí (yo uno de sus mayores defensores hasta el día de […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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¿DEL “SORAYAZO” AL “RAQUELAZO”?

Las comparaciones son odiosas. Sin embargo, como no dejamos de usarlas cada dos por tres edición tras edición, hagámosla en esta oportunidad de manera concienzuda y constructiva:

Allá por el año de 2008 teníamos grandes esperanzas en Soraya y su La noche es para mí (yo uno de sus mayores defensores hasta el día de hoy). No obstante, ese mismo año Turquía hizo mejor los deberes con Hadise y su Dum tek tek, es decir: una canción mucho más pegadiza, de fácil oído, con una puesta en escena más acertada y trabajada además de un soporte escénico que iba acorde con lo que se predicaba (lo siento Soraya, te adoro, pero el gran error fue vender “una novedad” que nunca llegó). Dos canciones de cortes muy parecidos en la que una solapaba claramente a la otra por ser más eficaz en esos famosos tres minutos. Me baso en los resultados que a posteriori todos pudimos apreciar y que a día de hoy siguen palpables. 

Pero estamos en una nueva edición. Nuevas caras pero misma situación. En esta oportunidad viene de la mano de los sonidos celtas, esos que todos alabamos cuando conocimos que ESDM serían nuestros representantes en el ESC, enarbolando con felicidad y entusiasmo que mandaríamos algo diferente a lo que se suele oír en el festival o en la participación española. Para nuestra desgracia o fortuna ya tenemos contraoferta: Emmelie de Forest con Only teardrops. Y me da la sensación, y espero equivocarme, que se puede repetir la misma historia vivida en el 2008 pasando a tener un “Raquelazo” del Rosario. Es evidente, al margen del apoyo que debemos prestarle si o si a nuestros representantes, que las tres canciones son descafeinadas y que no enganchan a la primera. En contra parte, la opción danesa en este sentido se lleva todas las papeletas de calle, a tal punto, que está ya en el top 3 de los expertos y del gusto eurofan en general.

Una vez que escojamos nuestra opción, ¿se valorará tanto la nuestra como la de Dinamarca? Creo que tendremos bastante complicado el que no se nos asocie y que nuestra propuesta brille independiente destacando sobre el resto, como de hecho, ya he leído en más de un comentario sobre el tema.

Ciertamente, para todo aquel que lleve años de seguimiento del festival, más en los últimos tiempos, tiene más que sabido que el top ten está prácticamente listo a la hora de la emisión de la gran final, al margen de los infaltables “batacazos” o “pegadas” de rigor. Por ello invito a la reflexión y al análisis de nuestra candidatura una vez seleccionada; de esta forma podemos tomar a tiempo las soluciones y hacer las mejoras necesarias de cara a la final el próximo 18 de mayo obteniendo una propuesta sólida y potente, esas que dejan un buen sabor de boca al margen del lugar que finalmente ocupen. Ahora toca esperar por el resultado de esta noche y no conformarnos con ello para certificar, una vez más, que en Eurovisión lo único cierto es que nada está escrito.

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