Debuts estrellados Primera Parte

Anteriormente hicimos un repaso sobre los debuts con estrella en nuestro querido festival hasta, más o menos los años 80. Pero como cada cara tiene su cruz, vamos a dejar de lado esos tiempos felices donde todo era alegría, y en esta ocasión mostraremos la otra cara de la moneda festivalera. Aquellos países que, en […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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Debuts estrellados Primera Parte

Anteriormente hicimos un repaso sobre los debuts con estrella en nuestro querido festival hasta, más o menos los años 80. Pero como cada cara tiene su cruz, vamos a dejar de lado esos tiempos felices donde todo era alegría, y en esta ocasión mostraremos la otra cara de la moneda festivalera. Aquellos países que, en su primera intervención no lograron despuntar en el marcador, cruel evaluación de los jurados europeos.

En 1956 debutaron todos los países, pero no sabemos cuál fue el debut más estrellado, debido a la ausencia de escoreboard. Pero en la segunda edición del joven festival ya podemos hablar de auténticos descalabros gracias a los crueles jurados de la época. Debutó el Reino Unido con All, de Patricia Bredin quedando en séptima posición, lo cuál sería entendido como un éxito hoy en día, pero aquel año sólo participaron 10 países. Pero aún peor lo tuvo Bob Martin, cuya canción Wohin, Kleines Pony? fue el farolillo rojo de aquella noche, son sólo 3 puntos europeos. Menudo comienzo para Austria

La siguiente clasificación raquítica para un debut fue en el estreno monegasco, año de 1959. Con sólo un punto y puesto undécimo, Jacques Pills y su amigo Pierrot decidieron confiar su venganza a un tal Tom Pilibi, al cual, personalmente, yo no soporto. Y como no podía ser de otra manera, unos años después debuta Finlandia con un resultado mediocre. Décima de 16 países se quedó la canción Valoa Ikkunassa, que había sido defendida por Laila Kinnunen. Estamos en el 61.

En el 64 debutan nuestros hermanos portugueses, con Oraçao y sus cero puntos. Antonio Calvário ocupó la última posición en el año de Gigliola, empatado con Alemania, Suiza y Yugoslavia. No habrá nuevos debuts (a excepción del éxito irlandés del 65) hasta el 71, fecha del advenimiento de Malta cantando en maltés. Joe Grech ocupó la última posición (18) con 52 puntos para su Marija L-Maltija, que nada tiene que ver con la corriente diabética actual de la pequeña isla del Mediterráeo.

Marinella protagonizará en el 74 la puesta de largo de otro de los países clásicos, Grecia. Krassi, Thalassa Ke T’agori Mou cosechó un undécimo puesto de 17 participantes, iniciando la larga travesía del país heleno en busca de la victoria. Curiosamente debutó un año después, pero ganó un año antes. Nos referimos a Turquía. En el 75, la televisión confió sus esperanzas en Semiha Yanki, pero su canción Seninle Bir Dakika sólo conseguiría 3 puntos, para quedar de farolillo rojo entre 19 participantes.

Cinco años después, en el 80, pudimos ver uno de los debuts más curiosos en Eurovisión. Un país apareció para no volver nunca más. La joven cantante marroquí Samira Bensaid (o simplemente Said, según versiones) ostenta el honor de ser la única persona que ha representado a su país en el festival de las televisiones. La extraña pero interesantemente evocadora Bitakat Hob nos dejó a nosotros un buen sabor de boca, pero el agrio resultado de un penúltimo puesto con tan sólo 3 puntitos.

Con esto, damos por desflorados a todos los países hasta el inicio de los años 80. El día 30 de enero continuaremos este repaso histórico, aunque de aquella probablemente tengamos que comentar novedades en torno a las preselecciones nacionales. Mientras ese momento llega, estoy a vuestra disposición, queridos eurociegos

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