DEBATE: ESDM, ¿EL SOPOR DE MALMÖ?

Antes de abrir nuestro último debate y sentarnos a disrfutar de las semifinales que tenemos por delante, tres apuntes sobre vuestras muchas aportaciones a la columna anterior. La mayoría se ha mostrado partidaria de abaratar costes y menguar el escenario, pero no tantos de que Loreen no esté en la final. Si bien habéis manifestado […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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DEBATE: ESDM, ¿EL SOPOR DE MALMÖ?

Antes de abrir nuestro último debate y sentarnos a disrfutar de las semifinales que tenemos por delante, tres apuntes sobre vuestras muchas aportaciones a la columna anterior. La mayoría se ha mostrado partidaria de abaratar costes y menguar el escenario, pero no tantos de que Loreen no esté en la final. Si bien habéis manifestado que el festival es flexible a los cambios, algunos habéis subrayado que Suecia y solo Suecia goza de «carta blanca» para alterar los ritos de Eurovisión sin que ello le acarree el mismo volumen de críticas que a otros países. Por último, algunos habéis ido más allá y habéis manifestado que, en realidad, todas estas novedades son el preludio -o la siembra- de un próximo cambio de ciclo. ¡Que nos escuche el cielo! Mientras tanto, sigamos con nuestra tarea.

España no es, ni de lejos, caballo ganador en 2013. Las apuestas más halagüeñas ven tan improbable una victoria patria que ofrecen cien euros por cada uno jugado a
favor de esa hipótesis. De hecho, hay quien multiplica hasta por cuatrocientos la cantidad apostada, una desproporción si se compara con la cuota aplicada a Dinamarca, de la que dan tan por seguro su triunfo que algunas casas de apuesta ofrecen la ganancia mínima posible. Según estos rankings, España quedará situada la última clasificada del Big 5 y, si tuviera que pasar por las semifinales, las superaría por los pelos y acabaría el sábado en el bottom 3. Tomando con pinzas estos datos y conscientes de que el pasado es testigo de numerosas sorpresas, las bajas expectativas ya las sufre la delegación española, con un seguimiento menor entre los concursantes que se pasean por Malmö.

El consenso parece extendido en no responsabilizar a la banda de la poca ilusión generada. La designación de ESDM ha prestigiado el certamen un año más de cara a los telespectadores españoles. La crisis ha impuesto la preselección interna como mejor método de elección de candidatos, una fórmula que ha parido varios ganadores en la última década. Es evidente que Raquel y los chicos han puesto en manos de TVE su rigor y humildad conocidos y reconocidos en la escena nacional. En los ensayos y conciertos previos, la voz de la solista canaria ha sido destacada por la prensa desplazada debido a la dulzura de su timbre y su dominio sobre en el tema. Sobre la puesta en escena de España, un país que tiende como los de su entorno a presentaciones más convencionales, las críticas este año son menores. Parece que el gaitero rockero y la lámpara voladora han sido suficientes para muchos. Eso, o que hay dos aspectos que más os preocupan.

El primero de ellos es la promoción de la candidatura, dejada a la mano de los eurofans. Fuera de nuestras fronteras, ha sido de las más escasas que se recuerdan: se ha demorado enormemente la publicación de la versión en inglés, ESDM no ha pisado el escenario de Amsterdam, Warner ha lanzado su álbum solo diez días antes del festival y hasta su llegada a Malmö eran contados los contactos de la banda con prensa extranjera. Sin embargo, quiero reseñar que el interés de Pullmantur por los representantes eurovisivos de TVE subraya la tesis de que algo ha cambiado respecto a la marca eurovisiva en España. Que una empresa quiera unir su prestigio al del certamen europeo es significativo. Si bien su presencia ha podido constreñir el programa de ESDM, la compañía de viajes ha aportado una financiación que hace aún más rentable, atractiva y sostenible la participación de TVE en el festival.

El segundo punto es la canción. Si bien es fuente de opiniones encontradas, pocas crónicas anteponen la delicadeza y sencillez de Contigo Hasta El Final a la mayoría de las candidaturas de esta edición. Está por ver cómo su progresivo desenvolvimiento, muy blando para muchos, es capaz de convencer a los jurados, que se erigen en principales destinatarios de la composición. Las dramáticas ausencias de Turquía, Portugal y Andorra -tres de los grandes benefactores de España- y un desventajoso puesto de salida en el orden de actuación pueden dar la puntilla y motivar una catástrofe sin paliativos.

Sin embargo, ya que el triunfo no lo vamos a oler este año (y van 44), quedémonos con la dignidad como medida de las cosas, escala en la que España tiene una
representación muy grata. Vosotros, ¿qué opináis? Conseguirán transmitir a la primera toda su ilusión y capacidad? ¿Creéis que hay margen para dar la sorpresa y convertir a ESDM en El Subidón De Malmö? ¿O veis imposible pelear siquiera por el top 10 y os resignáis ante lo que será, en realidad, El Sopor De Malmö? ¡Apuesten!

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