Ruth Lorenzo y Dancing in the rain ya son parte de la historia de España en Eurovisión. La candidatura no solo se ha convertido en nuestra quincuagésima cuarta representante sino en una de las mejores actuaciones de TVE en el Certamen. El aplauso, después de muchos dimes y diretes y algún fuego absurdo, ha sido prácticamente unánime.

Sobre Ruth Lorenzo, su voz, su interpretación y su trabajo ya está todo dicho y redicho por mi parte. Lo mismo sobre Dancing in the rain, para mi un pequeño diamante, todo un himno que trascenderá las propias fronteras del festival. El principal argumento del balance positivo lo centro en la escenografía.

Por primera vez, nuestra actuación ha girado entorno a un concepto, la lluvia, sobre el que se apoyaba la realización, el multimedia, la iluminación, la imagen, el vestuario y todos y cada uno de los elementos sobre el escenario. Un trabajo creado, elaborado y desarrollado con anterioridad, el cual solo fue perfilado para adaptar la idea a las condiciones sobre el escenario del B&W Hallerne. Una actuación compacta, con lógica y temática, fácilmente entendible y reconocible para la audiencia.

España se clasificó en décima posición en Eurovisión 2014. La mejor clasificación de nuestro país en el festival en 11 años, junto a Ramón con Para llenarme de ti, y Quédate conmigo de Pastora Soler. Un puesto, el 10, con mucho significado más allá del propio valor numérico. Ni los defensores de esta artista, ni los seguidores de cierto autor, los dos baluartes sobre los que se ha centrado una absurda guerra donde el todo vale ha imperado en las redes sociales en el año 2014, han ganado la batalla. Un puesto 10 que iguala méritos anteriores demostrando a la legión de expertos y visionarios que ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos, ni todo lo contrario. Un resultado que nos da una lección para el futuro de educación y respeto entre unos y otros. No hay un eurofan mejor que otro, ni una opinión más válida que otra, ni un proyecto más o menos adecuado, simplemente hay diferentes ideas, todas y cada una de ellas válidas, nuestra responsabilidad será apoyar la que consideremos mejor desde nuestra libertad.

Ruth Lorenzo y Dancing in the rain consiguieron 74 puntos de 17 países. Un saldo aceptable aunque insuficiente a juzgar de manera objetiva la calidad de la actuación. Albania con 12 puntos y suiza con 8 votos fueron los países que mejor valoraron nuestra candidatura. La votación de Portugal ha sido el objeto de discordia. El televoto nos clasificó en tercera posición, mientras que el jurado nos relego al puesto 21, o lo que es lo mismo, la sexta peor actuación de la noche, ver para creer. Mientras unos se escudan por la efectividad de la lucha contra el vecinismo, un argumento justo y razonable, otros nos indignamos al comprobar que somos el único país sin vecinos y amigos, con la indiferencia de italianos, holandeses y portugueses, y la pedrea de alemanes, belgas, británicos, franceses e irlandeses. Un enfado que aumenta al ver que Rusia ha conseguido 50 de sus inmerecidos 89 puntos gracias a Azerbaiyán y Bielorrusia (12), Armenia (10), y Georgia y Moldavia (8) y los minipuntos de sus ciento y la madre estados satélites. O todos moros, o todos cristianos. Siempre nos quedará Tirana.

Más alla del anecdotario eurofan, directa o indirectamente, ha realizado un excelente trabajo a todos los niveles con respecto a Eurovisión 2014. Un camino que se debe seguir para lograr, sino el éxito, sí la dignidad y el orgullo de nuestro país en la competición musical y televisiva más importante del mundo. Ahora finaliza Copenhague 2014, y automáticamente comienza Viena 2015, el trabajo debería continuar con las primeras líneas del futuro proyecto. Ahora es el turno del siguiente artista que representará a España en Eurovisión 2015, el nuevo abanderado ante Europa, nuestro nuevo cantante y canción con el que viajaremos a Viena. Mi agradecimiento a Ruth Lorenzo, a su equipo, a los actuales, y a los que se quedaron en el trayecto, por luchar con todas sus energías e ilusiones por conseguir el éxito en el festival; por su actitud, muchas veces malentendida, y otras tantas equivocada, aunque siempre bajo el objetivo de realizar el mejor papel posible a todos los niveles, y por su trato con los medios de comunicación, especialmente, con eurovision-spain.com y, a título personal, conmigo.

Aunque llueva y nos mojemos no pararemos de bailar.

Madrid, a 15 de Mayo del 2014