CRÓNICAS DE BELGRADO (1)

Hola amigos, escribo desde Belgrado, la ciudad que este año recibe el festival. Apenas he dormido tres horas hoy tras acudir como cada año al ritual de la Wellcome party, esa fiesta de bienvenida en la que artistas, periodistas, dirigentes de la UER y fans compartimos unos breves minutos de fotos, canapes y charlas. En […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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CRÓNICAS DE BELGRADO (1)

Hola amigos, escribo desde Belgrado, la ciudad que este año recibe el festival. Apenas he dormido tres horas hoy tras acudir como cada año al ritual de la Wellcome party, esa fiesta de bienvenida en la que artistas, periodistas, dirigentes de la UER y fans compartimos unos breves minutos de fotos, canapes y charlas. En ocasiones es el reencuentro con otros eurofans que solo ves en estas ocasiones porque después todo el mundo tiende a dispersarse.

Al llegar al hotel, mentalmente empecé a comparar esta fiesta con las que había vivido en Atenas y en Helsinki. Y me llamó poderosamente la atención la actitud de los distintos cantantes en este evento. Cada edición se van repitiendo una serie de patrones de conducta muy similares, hay países que cambian de cantante, de melodía pero no así los comportamientos de sus intérpretes. Me explico para que se entienda mejor. Desde mi punto de vista todos los cantantes eurovisivos se pueden clasificar en cuatro grupos (uy me va a salir lo del brikidance):

1. La/os megadiva/os. Son aquellos grupos o solistas que sean favoritos o no, vienen rodeados de guardaespaldas que pegan empujones a troche y moche. Ellos suelen ir estirados, con cara acartonada y con una sonrisa forzada que es lo que les han dicho que deben hacer para ser considerados estrellas del firmamento. Se dejan hacer alguna foto con eurofans pero manteniendo las distancias, no vaya a ser que les tomemos por humanos. En esta categoria, incluiría anoche a la Perrelli, a Bilan y a Lorak (siempre acompañada por la Cerduska que me gusta llamarla a mí).

2. Los/as cantantes entregados/as. Son aquellos participantes que derrochan simpatía, se hacen mil y una foto con todo el mundo siempre con una sonrisa en la boca, podemos verles mezclados con los mortales sin demasiados problemas y te dejan impresionado en cuanto se suben a un escenario a cantar cualquier melodía distinta a aquella con la que participan en el festival. Aqui anoche incluiría una larga lista y probablemente me olvide de alguien pero incluiría a Sirusho, Kalomira, Vania, Eurobandid, Gisela y Evdokia.

3. Los pasotas. Son aquellos que están y no están. Da la impresión que son ajenos a todos los festejos, incluso les da un poco por saco todo este ambientillo del festival y optan por pasar desapercibidos. No te ponen problemas para hacerte una foto con ellos pero tampoco le pondrán mucho entusiasmo. Saben que es lo que les va en el sueldo y se limitan a cumplir sin más. Anoche podemos meter en este grupo a Paolo Meneguzzi, a Miodio y al francés Tellier, como ejemplos.

4. Los payasetes. Esta claro que nada nos gusta más a los eurofans que vamos a la caza de la foto que alguien disfrazado, de lo que sea, pero nada de chaqueta y corbata al uso. En 2006 fue Silvia Nigth y los Lordi, el año pasado Vershka y en esta ocasión hay que reconocer que fueron el Chikilicuatre, los piratas letones, los irlandeses con un Dustin gigante pero de trapo, las coristas bosnias o los estonios, vestidos con faldas escocesas. Son los graciosillos de la fiesta porque tienen que interpretar su papel dentro y fuera del escenario eurovisivo. No dejan la máscara ni para participar en este momento de relajo ya que en su país medirán su popularidad por la expectación que generen sus atuendos. Algunos se han llevado unos chascos horribles, como la islandesa en 2006 que no llegó ni a la final.

De cualquier modo, la Wellcome Party me ha dejado otros recuerdos imborrables. Por ejemplo, opino que Gisela se presentó espectacular, con un modelo muy ajustado de color rosa y negro que le sentaba divinamente. Ella demuestra dentro y fuera del escenario que es una gran artista. Me gustaría mucho que se lo reconocieran en Eurovisión y de paso, en nuestro país también.

Y otro dato curioso. Kalomira y Rodolfo compartieron un buen rato de achuchones y alabanzas mutuas a pesar de las dificultades del Chikilicuatre para hablar y entender el inglés. Curiosamente tras este encuentro espontáneo, el jefe de la delegación española, Federico Llano, se vino arriba, como se dice vulgarmente, y pidió por favor a Vershka que mantuviera un encuentro con el de la guitarra de juguete. Supongo que en el especial de TVE, luego os contarán que la ucraniana estaba impactada con el Chiki Chiki. Lo cierto es que fueron los españoles los que fueron detrás de la Queen of Eurovision, siempre ha habido clases, no?

Y una última cosa. Me encanta el coro de la canción francesa, tienen unas voces espectaculares, capaces de cantar gospel sin arrugar el gesto. Sinceramente creo que pueden ser una de las sorpresas más agradables de la final, desde luego no ganarán pero estoy convencido de que se pueden aproximar al top 10. Quizás me equivoque pero si solo la habéis oido en disco, esperad a verla en directo.

Intentaré en los proximos dias, escribir alguna columna mas con lo que estoy viviendo en la capital de Serbia desde donde os mando un saludo a todos.

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