CARTA ABIERTA A SORAYA ARNELAS
Estimada Soraya:
He estado a punto de escribirte en esta columna una carta en varias oportunidades. La verdad es que según el momento que hubiera elegido, obviamente el contenido hubiera variado sustancialmente en función de la etapa que estuvieras viviendo tú y la que estuviera viviendo yo como eurofan.
Te confieso que, cuando anoche te vi anunciada en el programa «Sálvame Deluxe» de Telecinco, temblé. No tanto como tú cuando viste el «espectáculo» previo que ofrecieron pero reconozco que me asaltaron los temores. Después de la grotesca campaña impulsada por esta cadena y esta programa para que Karmele acuda a Eurovisión, pensé que tu entrevista se usaría para mayor gloria de esa que un día fue periodista y ahora se ha convertido en una integrante del mayor circo televisivo jamás ideado.
Por supuesto que nunca llegué a creer que tú misma apoyaras esa candidatura para sucederte en el escenario del Festival pero al enfrentarte a «esa jauría», podía ser fácil caer en la manipulación, los malos entendidos, etc.Sin embargo, y al término de la entrevista, no pude por menos que esbozar una leve sonrisa en mi cara. A mi juicio, dejaste las cosas en su sitio, y en terreno «enemigo». Tu compostura, y sobre todo la contundencia de tus argumentos, convencieron al mismísimo Jorge Javier Vázquez que tuvo que reconocer abiertamente que la candidatura de Karmele era una falta de respeto hacia cientos de personas que se dedican profesionalmente a la música en España y que no tienen el apoyo de una gran cadena para triunfar. Tú misma sabes lo difícil que es promocionar un disco en cualquier cadena de televisión y que el poco espacio que se dedique a la música lo protagonicen personajillos que «tienen una ilusión» peregina.
Y no digamos nada cuando al final cantaste en directo, tan sólo acompañada de una guitarra, «Caminaré«. Dejaste bien clara la diferencia entre una artista y «eso» que Sálvame ha querido impulsar esta semana. Me quedé aliviado y contento porque además eres de las pocas cantantes que, pasado el festival, no sólo no reniegan de él sino que lo defienden.
Soraya, anoche me reconcilié contigo, aunque tú no lo sepas. Reconozco que no me gustó nada tu actitud al final del Festival. Aquellas declaraciones en las que comentaste por ejemplo que no volverías hasta que cambiasen muchas cosas o dejando entrever que habías sufrido una especie de boicot. Como te dije un día que tuve la oportunidad de charlar contigo en la fiesta organizada con la representante turca, esto es un concurso y al final, el resultado depende de tantas cosas que no merece darle demasiadas vueltas. No entendí muy bien que incluso tratases con un cierto desprecio al ganador, a Alexander Rybak, insinuando que tan sólo era un niño mono. En fin, supongo que fue el momento y ya pasó.
Sin embargo, ahora reivindicas la profesionalidad para el festival y creo que todos estamos de acuerdo contigo. El Festival debe ser un certamen al que acuda lo mejor de la música española pero para eso artistas como tú deben prestarse a ello. Ahora que hemos conocido además que ya se han dado los requisitos para la convocatoria de este año, con el eslogan «Tu país te necesita«, tenemos que reivindicar que acudan a ella los mejores posibles. Y en eso, yo te pediría además que nos ayudases, que animases a muchos compañeros que podrían ver el beneficio de acudir a Oslo. Una misión complicada, ya lo sé.
Soraya, me gustaría pensar que esa coña de volver con Kate Ryan algún día pudiera hacerse realidad y a ser posible, por España. Ya sé que de momento no deja de ser una medio broma que muestra la complicidad entre las dos. Sin embargo, lo importante es que una artista que ya ha vivido la experiencia, o en este caso dos, están dispuestas a repetir.
En resumen, yo personalmente te agradezco que anoche defendieras la profesionalidad de Eurovisión, la imagen del certamen y con ello, tapar muchas bocas, esas que siempre aluden al chikilicuatre y a los frikis sin conocer la realidad de lo que ocurre allí. Si hablan de todo con el mismo conocimiento de causa, no me extraña a veces lo que ocurre en esos platós.
Sin otro particular, me permito enviarte un fuerte abrazo de alguien que pertenece a la comunidad eurovisiva y te deseo los mejores éxitos en el futuro.
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