BOCHORNO TRAS BOCHORNO

Bochorno tras bochorno. Si el año pasado propuse una columna en tono jocoso, este año no puede salirme así. El resultado de Objetivo Eurovisión 2017 fue bochornoso, vergonzoso. Lo acontecido aquella noche supone un punto de inflexión en los intereses de España como participante en el certamen, y de como trabaja RTVE con ello. A […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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BOCHORNO TRAS BOCHORNO

Bochorno tras bochorno. Si el año pasado propuse una columna en tono jocoso, este año no puede salirme así. El resultado de Objetivo Eurovisión 2017 fue bochornoso, vergonzoso. Lo acontecido aquella noche supone un punto de inflexión en los intereses de España como participante en el certamen, y de como trabaja RTVE con ello. A lo largo de estos renglones voy a intentar reflexionar sobre algunos puntos de interés, o al menos de interés para mí. Como siempre, estáis más que invitados a opinar.

Antes de comenzar, darle las gracias a mi amiga Barei. Barei, que fue en todo momento, fiel a sus principios. Say yay! pudo quedar en un puesto malo en Eurovisión (para mí injusto), pero con la que nos pudimos sentir más que orgullosos.

En primer lugar, me gustaría comenzar diciendo que he sido de los que siempre he tirado una lanza a favor de RTVE, pero, leches, que dificil lo ponen. La gala de 2017, a niveles generales, mejoró bastante a lo que fue su homónima en 2016, pero los pasos dados son insuficientes. Nos ofrecieron un escenario que no estaba mal, con pantallas led, que daban un poco más de dinamismo a las puestas en escena, y que algunos aprovecharon bastante bien. Mejoraron el set de luces, y por supuesto el sonido, que fue bueno. RTVE tenía un as debajo de la manga, un gran suelo que proyectaba imágenes. El problema de dicho suelo es que, salvo en la actuación de Leklein, se veía bastante artificial (se pudo apreciar en las actuaciones de Mirela y Manel Navarro). El problema es cuando abusas de un elemento. No puede ser, y aquí es dificil si culpar a RTVE o a los equipos de los artistas, que una actuación como la de Leklein, el 50% de la actuación sea una cámara apuntando al dichoso suelo. No queda bien, no engancha, no impacta. La realización fue horrible, y no estuvo a la altura de un evento como Eurovisión. No se os puede colar una cámara en toda la cara de Mirela en uno de sus planos. No podemos tener juegos de cámaras tan básicos. No pueden hacerse las cosas así. 

El resultado, la patata caliente. Durante esta temporada no he comentado mucho, pero sí podréis saber si navegáis un poco que mis favoritos eran Paula Rojo y Manel Navarro, y la canción que menos me gusta es la de Mirela (ya hablaremos más adelante sobre ello). El resultado es, sencillamente, injusto. Hablar de tongo es hablar de palabras mayores. Para demostrar que hay tongo, se tendrán que sacar papeles. Mónica Naranjo conocía a Ruth Lorenzo, y fue jurado. Edurne era amiga de Xuso Jones, y fue jurado. No hubo tongo por ninguna parte. No estoy exculpando a nadie, pero por el mero hecho de que un jurado vote como quiera, no hay tongo. Que Xavi Martínez sea amigo, padre o novio de Manel Navarro no implica ningún tongo. En el momento en el que se pueda demostrar que hubo dinero de por medio para que el locutor votara como votara, sí lo habrá. Sin embargo, es vergonzoso y poco ético que ese señor estuviera en el jurado, a sabiendas de que apoyaba públicamente a Manel Navarro. Y ahí viene el problema. Mirela, y repito, yo le hubiera dado un cinco a Mirela, sufrió una jugarreta muy sucia, así como Leklein. De la señora Maika Navarro no diré nada, porque me parece muy sucio por su parte decir que ella se merece más puntos que Paula Rojo o Mario Jefferson. Señora, tiene que tener elegancia. Todo fue tan evidente, que la decepción es mayor. No puede ser que las dos candidaturas más apoyadas se lleven las peores notas de este señor (y sigo repitiendo que no me gusta la canción de Mirela), y justo la de Manel Navarro tuviera la mejor. Era evidente que la bomba iba a explotar. A partir de ahora, grupos políticos y la sociedad -a la que le puede interesar el festival-, se están posicionando. No creo que RTVE haga algo, pero el resultado debería quedar invalidado, y repetirse una nueva final nacional. 

El jurado debería ser secreto, sin valoraciones a lo Operació Triunfo. Secreto para que nadie supiera quien es, obvio, y así no poder comprar sus votos. 

Vamos ahora a analizar las canciones. El nivel de este año, sin parecerme malo, era realmente poco competitivo. Si con Say yay! hicimos poco, o con Dancing in the Rain nos costó llegar a un top 10 a duras penas, no sé a que podemos aspirar este año.

Mirela se llevaba el beneplácito del sector eurofan, y permitidme la licencia, del sector eurofan conservador. Año tras año vemos que las galas de selección tienen una audiencia muy baja, y el target que vota es prácticamente el mismo, y así vemos como, cada año, se vota al mismo patrón de solista femenina, en versión balada o bailable, y a poder ser con ventilador. Debemos ser críticos con RTVE, pero también con nosotros mismos. No es normal que cada año se vote a lo mismo -ojo, que yo vote por Ruth Lorenzo-, sin explorar lo nuevo. Así gente como Maika Navarro o Paula Rojo lo tienen imposible. Si algo ha sabido hacer Suecia es salir de las Eurodivas, y mirad que resultados están teniendo con Loreen, Mans o Frans (sí, aquel chico al que poníais verde aquí). En el momento en el que salgamos de ese patrón, quizás también nos vaya mejor. Soraya, Ruth, Mirela, cantantes que fueron las más votadas. ¿De verdad consideráis que el tema de Mirela era bueno? Es una buena artista, pero ya dije por aquí que una buena latinada la traía Natalia. Sin ir más lejos, el tema de María Isabel era bastante mejor, y no fue catapultado al éxito eurofan. Mirela merece ir a Eurovisión, porque debería primar lo democrático, pero su canción, su puesta en escena, y su conjunto, no eran buenos. Quizás en el momento en el que una preselección esté abierta a un público mayor, esto cambia, y quizás las votaciones también deberían ser gratuitas. Manel Navarro llevaba un tema fresco, y a mi parecer el que mejor resultado nos puede dar en el festival, pero se diluyó en una actuación llena de nervios. Leklein tuvo el conjunto más correcto de la noche, pero su realización televisiva fue la peor. Paula es cierto que me gustaba su tema, pero queda lejos de sus mejores canciones. Ojalá hubiera presentado Miedo a querer al festival. Creo que se hubiera llevado la preselección. Ya van muchos artistas que habiendo tenido temas muy buenos, llegan a la presentación con lo más discreto de su carrera. De Mario y Maika, sus temas tampoco me parecían malos.

En definitiva, señoras y señores, un año que se presenta para olvidar. Y lo siento por Manel, pero yo tampoco puedo apoyarte este año, no así. ¡Suerte de todos modos!

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