Big Saturday, el soso de Dima Koldun o buscando representante para la final

Coincidiréis conmigo en reconocer lo extresante (si, con equis), que es la vida del Eurofan. No sólo se vuelve uno loco intentando escuchar a tiempo todas las canciones de todas las pres de todos los países (lo siento, no me da tiempo, por más que lo intento) sino que además los países se ponen de acuerdo […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
IMAGENES WEB-03

Big Saturday, el soso de Dima Koldun o buscando representante para la final

Coincidiréis conmigo en reconocer lo extresante (si, con equis), que es la vida del Eurofan. No sólo se vuelve uno loco intentando escuchar a tiempo todas las canciones de todas las pres de todos los países (lo siento, no me da tiempo, por más que lo intento) sino que además los países se ponen de acuerdo para celebrar todos el mismo día finales, semifinales, cuartos de final, octavos de final, liguillas previas… ¡¡esto parece la champions!!

Yo un sábado igual que el pasado no se si lograría aguantarlo. Ante tal avalancha de compromisos eurovisivos, decidí ir al que me pillaba más cerca. Cerca por decir algo, que El Álamo, lugar en el que tenía una misión (eurovisión), está bastante apartaado de Madrid (aviso a navegantes que vengan a la final). La misión era entrevistar, junto al colega Japo (saludos!!) a Dima Koldun, el representante bielorruso.

Bueno, mejor dicho a Koldun, a secas, como se encargó una y otra vez de repetirnos la organización. No quieren que se le llame Dima (no sabemos si para que no sigan asociándole con otro cantante ruso del mismo nombre que quedó segundo el año pasado).

Bueno señores, pues no he visto cantante de Eurovisión que trate con mayor frialdad (bielorrusa?) a los eurofans. Y no, no es una cuestión soviética, que puedo asegurar que los Greenjolly, ucranianos ellos, eran la mar de simpáticos.
Conseguir que respondiera una pregunta con más allá de un jrj o un wñl (o como quiera que se diga "si" y "no" en bielorruso) fue toda una odisea. No le caimos en gracia o, simplemente, pasaba de mostrarse amable con nosotros. Total, qué iba a ganar? qué dijéramos cosas buenas de él y, todo lo más, un par de votos? Así las cosas, he decidido seguir llamándole Dima y, por supuesto, mirar hacia otro lado cuando el 10 de mayo haya que mandar mensajes para ver quién pasa a la final….

Y mientras disfrutábamos del ME (mucho mejor en directo que en casa, gracias a Dana y algunos más que salvaron la gala), se seguían sucediendo las noticias eurovisivas. (Tengo que dar las gracias esta vez a Jesús Palacios, por mantenernos informados en todo momento vía sms).

Así que al fin va Olivia Lewis por Malta… bueno, pues bien, vale, de acuerdo, el que la sigue la consigue. Por esa regla de tres en unos años tenemos a Frank Bravo por España… A mí la canción no me parece nada del otro mundo. Hay quien la defiende como una estupenda canción mediterránea. Yo no la veo acercarse, ni de lejos, a la canción mediterránea por excelencia que, para mí, es el Horepse de Marianna Zorba.

Seguimos con el repaso y nos vamos a Estonia. Cuando escuchas el Partners in Crime por primera vez casi te crees que son las Vanilla Ninja las que han ganado, pero no. Éstas han sufrido el síndrome de Shalene, cuando vas a Eurovisión por otro país que no es el tuyo, luego en casa no quieren mandarte de nuevo al certamen defendiendo tu bandera.

Así pues, los estonios decidieron no imitar a los españoles en cuestiones de parentesco (véase Cristina Conde) y mandar a la hermanísima de Tanel Padar, el ganador de 2001. La verdad es que la primera vez que escuché la canción, no me dijo mucho, pero ahora cada vez que la oigo me va sonando mejor. No se yo si Estonia logrará pasar (de una vez) de la semi, pues va a haber bastantes más canciones del mismo estilo en ella -como la de Dima- pero en fin, van a intentarlo.

Yo de todas maneras reconozco que sentía debilidad por Inés (qué mona va esta chica siempre) y aunque su In good and bad no era tan bueno como el Once in a lifetime, yo la hubiera mandado a Helsinki con los ojos cerrados. Siempre es bueno tener una diva (o más) de años pasados en cada edición.

Polonia me da la sensación de que cada año lo intenta con un estilo diferente porque todavía no se han encontrado a ellos mismos. Aún no se han debido reponer de quedarse el año pasado a las puertas de la final con los recargantes Ich Troje, por lo que mandan a Helsinki a The Jet Set. No tengo yo muy claro que sea Time to Party la canción que les haga ver su bandera ondear el 12 de mayo. Soy muy crítico con Polonia, lo sé. Siempre. No voy a cambiar.

La última noticia (quizá por ser la más dolorosa) fue la de Eslovenia. Yo me las prometía muy felices disfrutando de la triunfita Eva Cerne en la final del festival, pero en el EMA (una de mis preselecciones favoritas) las mejores canciones para Eurovisión suelen quedar en segundo lugar (verdad Sasa?).

Así pues los eslovenos nos mandan a Alenka Gotar, que si, que tiene muy buena voz, pero yo la canción no la termino de ver tampoco en la final. Hay quien afirma que sí lo estará, asegurando que le ocurrirá como al tradicional Lane Moje o al sentimental Lejla. Realmente, no le encuentro parecido alguno con este tipo de canciones, mas allá de que no entiendo ni papa de lo que dicen si no busco la letra y su traducción en Internet.

Visto lo visto, y escuchado lo escuchado el pasado Big Saturday (así como el resto de canciones ya elegidas para Helsinki) sigo sin tener candidato alguno que pueda pasar de la semi a la final con claridad. Si tuviera que mojarme por alguno, elegiría sin duda a Natalia Barbu, que tiene pinta de, por lo menos, ser mucho más simpática que el Dima (Koldun).

Just Fight!

Conversación