AMANECE (QUE NO ES POCO)

Hoy sale el sol nuevamente, 24 horas después de la presentación de la candidatura de España para Eurovisión 2015, Amanecer de Edurne. Un día de resaca tras las conversaciones, escuchas y nervios vividos ayer en la que ha sido una de las fechas clave de nuestro calendario eurovisivo anual que culminará los próximos 19, 21 y 23 […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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AMANECE (QUE NO ES POCO)

Hoy sale el sol nuevamente, 24 horas después de la presentación de la candidatura de España para Eurovisión 2015, Amanecer de Edurne. Un día de resaca tras las conversaciones, escuchas y nervios vividos ayer en la que ha sido una de las fechas clave de nuestro calendario eurovisivo anual que culminará los próximos 19, 21 y 23 de mayo en Viena, Austria. Hasta esa meta nos quedan muchas paradas como el videoclip, la promoción y los ensayos que cada uno disfrutará a su manera olvidando a veces que la ilusión que nos une a todos es ganar Eurovisión.

Los eurofans que hemos sufrido con las participaciones de TVE en el certamen de la UER varios periodos de oscurantismo entre las décadas de los años 80, 90 o, en mi caso, dosmiles, con una etapa especialmente insufrible entre el 2005 y el 2008, candidaturas como las de Pastora Soler con Quédate conmigo, ESDM con Contigo hasta el final, Ruth Lorenzo con Dancing in the rain y, ahora, Edurne como Amanecer, nos sientan como, nunca mejor dicho, agua de mayo. Independientemente de los resultados, de unos y otros, y las peleas, también de unos y otros, lo cierto es que es de agradecer que las apuestas de nuestra televisión pública en el festival cumplan con unos mínimos de dignidad que, si bien no han sido suficientes para vencer hasta ahora, al menos han contribuído a mejorar la marca Eurovisión en España. Una vez más nos podremos sentir orgullosos de que nuestra embajadora en Europa tendrá tras de si una ilusión, un proyecto y un trabajo del que nosotros como seguidores somos parte fundamental del mismo.

Como en el desaparecido y mítico concurso Un, Dos, Tres… Responda Otra Vez, el cual demuestra que, al menos en TVE, tiempos pasados siempre fueron mejores, todo tiene una parte positiva y una parte negativa. Yo, eurovisivamente, soy una persona optimista que siempre intenta ver los puntos fuertes más que los débiles. Esta “ley de vida” no está reñida con la necesidad y el respeto a las críticas siempre que sean constructivas porque todos, desde el artista, el compositor, el productor, la discográfica y la televisión, hasta nosotros los eurofans, vamos en el mismo barco. No entiendo el afán de destrucción ni de división innato en muchos creando bandos, dramas y fantasmas. Lo fundamental, no solo en Eurovisión sino en la vida en general, es el respeto, el cual lo hay que pedir no solo cuando se está en el “gobierno” sino que también lo hay que ejercer cuando se está en la “oposición”. 

LA PARTE POSITIVA

El primer aspecto que me ha conquistado es la voz de Edurne. Un derroche de colores y matices demostrando un podería vocal que solo los que hemos seguido su carrera conocemos de cerca. Edurne es mucho más que una cara bonita, su trayectoria en la música, la televisión, la moda y, especialmente, los musicales la han convertido en una artista completa y polifacética que ha dejado muy atrás a la niña que descubrimos en Operación Triunfo 2005

El siguiente punto destacado es la instrumentación. Sin ninguna duda, y sin sentimientos eufóricos, es la producción más cuidada, grandiosa y lujosa de cuantas hayan representado a España en Eurovisión. Un sonido cálido y épico, emocionante y envolvente, suave y a la vez intenso que se nota mimado al detalle y se entiende como definitivo. No necesita más, ni falta ni sobra nada, ni es necesario ningún arreglo. Un producto presentado al público con el trabajo ya hecho sin necesidad de esqueletos ni remezclas. 

El tercer y último aspecto positivo, en la importante primera escucha, es el estribillo, pegadizo, potente y recordable, lo cual es fundamental para captar la atención de los espectadores y jueces europeos en tan solo tres minutos. 

LA PARTE NEGATIVA

A pesar de que la voz e instrumentación, como he defendido anteriormente, están perfectas, siento la necesidad de un impacto final, una leve subida o giro inesperado que, sin caer en el tópico festivalero, sean la guinda del pastel. Por otra parte, me uno a las voces que se han quedado con un sabor agridulce con la letra, sin llegar a extremismos porque, para mi gusto, tiene pasajes muy bonitos y bien interpretados como la primera estrofa, lo cierto es que hay varios momentos muy forzados o carentes de ningún sentido como el imprescindible estribillo. En cualquier caso, la subida de tono, ya que es una opinión generalizada, es de fácil arreglo, y la traducción, a oídos de los europeos, no aspira a ser premiada en unos galardones literarios.

La experiencia es un grado por lo que de aquí a mayo no se debería repetir la misma estrategia promocional que de enero a aquí, sin cebos ni pistas que, por mucho que no hayan desmerecido el resultado, pueden provocar una decepción en el público, quien es lo suficientemente inteligente como para comprar un producto de calidad, sin necesidad de vender infinitas cualidades de antemano que finalmente no cumplan las expectativas de todos.

LA PARTE X

España se encuentra, en este momento, a mitad de camino de Eurovisión. A la espera de los frutos que quedan por recoger, y con el trabajo ya realizado, mis expectativas son muy buenas. TVE aspira a repetir, como mínimo, un top 10, aunque nuestras miras deberían apuntar más alto, también hay que ser muy realistas con nosotros mismos y nuestra competencia.

Una previsión más optimista depende totalmente de la puesta en escena y todo lo derivado de ella, ese envoltorio que debe arropar y embeller el producto en su actuación y en su presentación ante Europa, aunque la candidatura se presta totalmente a infinitas ideas a desarrollar. El Amanecer de Edurne está rodeado por un gran equipo, desde su agencia de representación habitual, hasta sus compositores eurovisivos, todos ellos con una gran experiencia y recorrido profesional y un amplio conocimiento del festival. Por lo tanto, la confianza y la tranquilidad sobre lo que va a ocurrir en el escenario de Viena es absoluta. 

Hoy, como todos los días, ha salido el sol pero ojalá el Amanecer de Edurne sea, de una vez por todas, nuestro Amanecer en Eurovisión, y tan ricamente.

Madrid, a 2 de marzo del 2015.

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