ADVERTENCIA: ¡QUE NI RODOLFO NI TVE ENGAÑEN A ESPAÑA!

La televisión española del sr. Pons y La Sexta, su cadena amiga, o mejor dicho, la cadena de su amigo Andreu Buenafuente, se están volcando este año como nunca con la promoción del representante español en el Festival de Eurovisión, el cómico, enredador y de poco juicio -según la RAE-, Rodolfo Chikilicuatre. Pero se trata […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ADVERTENCIA: ¡QUE NI RODOLFO NI TVE ENGAÑEN A ESPAÑA!

La televisión española del sr. Pons y La Sexta, su cadena amiga, o mejor dicho, la cadena de su amigo Andreu Buenafuente, se están volcando este año como nunca con la promoción del representante español en el Festival de Eurovisión, el cómico, enredador y de poco juicio -según la RAE-, Rodolfo Chikilicuatre.

Pero se trata de una promoción interna, cuyo único fin es ganar dinero y audiencia para el día del festival, nada que ver con ganar Eurovisión, a pesar de que es lo que se pretende vender (perdón, se me olvidaban los pack Chiki Chiki de la teletienda).

Llama la atención que con la cantidad de dinero que se están embolsando tanto TVE como La Sexta, Chikilicuatre no haya puesto un pié más allá de los Pirineos, ni siquiera en Andorra. ¿Ese es el verdadero interés por ganar el festival?

Recordemos que el año pasado el país pirenaico ni un solo voto dio a la representación española, así que estaría bien que Rodolfo se dignara, por ejemplo, en bailar el brikindance, el crusaito y el robocop entre montañas nevadas, lagunas caudalosas y bosques frondosos, o en acudir a Malta, Chipre, Grecia, Bulgaria, Bélgica o Portugal, verdaderos graneros de votos, y se dejara de tantos premios de motociclismos, copas del rey de futbol y galas autonómicas trasnochadas de donde no obtendrá punto alguno.

Independientemente del lugar que se obtenga este año, parece que el interés de TVE por alzarse con el triunfo es nulo, el mismo que tiene por el propio festival. Si de verdad Eurovisión les interesara algo, emitirían las dos semifinales, y todo apunta a que no será así.

Ahora bien, estoy cansado de escuchar en insignes programas de merecida baja audiencia, como Dansin Chiki Chiki, a aún más insignes expertos eurovisivos de renombre internacional como Torrente, digo Santiago Segura, vomitar a toda una audiencia: “Este año ganamos Eurovisión. Chikilicuatre, campeón”, o escuchar en programas como Corazón, Corazón o Gente que Rodolfo es favorito para alzarse con el triunfo. ¡Basta ya de engaños! ¿No os recuerda esto a la misma estrategia empleada el año de Rosa, el año que TVE batió su record de audiencia?

Prueba de ello también es volver a recuperar al histórico y vendido José Luis Uribarri para comentar el festival de este año. El público general si a alguien relaciona con Eurovisión es a Uribarri, pues que mejor que recuperarlo para que la mezcla explosiva para ganar más audiencia entre los no eurofans esté completa. Si Uribarri gozaba ya de una credibilidad más que dudosa, ahora, tras la bajada de pantalones ante el sr. Pons, ha perdido la poca que le quedaba. Otro que instrumentaliza Eurovisión por unos miseros euros, y otro que volverá a fomentar, con una más que previsible mala posición de Chikilicuatre, el vecinismo y el politiqueo en el festival.

Sr. Pons, sr. Buenafuente, esta estrategia es muy obvia y está muy manida ya. No se puede engañar a todo un país con baja cultura eurovisiva gracias a la falta de interés por fomentarla de TVE haciendo ver que somos favoritos para luego pegarnos el batacazo en Eurovisión (y ¡ojo! que un séptimo puesto como el de Rosa es todo un exitazo) y acusar a los malvados países nórdicos y del Este de confabulación política e, incluso de crímenes musicales de Estado.

Sr. Pons, sr. Buenafuente, la audiencia española tiene derecho a saber que esa estrategia de ir de favoritos, que no es más que humo, tiene un único fin: ganar audiencia para la noche del 24 de mayo.

Para que el batacazo después sea más leve, e insisto, independientemente del puesto que al final se logre, la audiencia tiene que saber que a priori ni entre los expertos en Eurovisión, ni entre los seguidores del festival, ni entre los medios especializados Chikilicuatre es favorito para ganar en Belgrado, más bien lo contrario.

Se cuentan con los dedos los puntos que en los diferentes sondeos de clubs y webs eurovisivas de fuera de España dan a Rodolfo. Ahora bien, Chikilicuatre sí es favorito entre los politonos (4 euros cuesta bajárselo) y en la teletienda (un pack a un módico precio de 40 euros), quizá el único fin que persiga TVE y la Sexta.

Y basta ya, sr. Mauro Canut, de intentar vendernos que Chikilicuatre es diferente al resto de propuestas que pisarán el escenario del Belgrado Arena, como si este año con el friki estuviésemos descubriendo la pólvora. Desde hace más de 20 años, en Eurovisión siempre ha habido alguna propuesta friki, así que dejémonos de ir de progres y modernos en un supuesto festival trasnochado, y lanzar a toda una audiencia mensajes falsos y erróneos fruto de la ignorancia que sobre el festival en este país se tiene. Eurovisión no es frikivisión, no es lo que TVE intenta vender en España. Que quede claro, y quien quiera conocer que se documente a través de los más de 50 años de historia del más importante festival de música del mundo.

Si realmente la televisión de un país quiere promocionar a su representante para atraer votos en el festival, organiza un tour promocional por varios países europeos, participando en programas de televisión y concediendo mil y una entrevistas a los medios locales.

Así lo hacen los países del Este, como Armenia, Serbia, Ucrania, Rusia, Rumania y Bulgaria, sí esos países a los que la mayoría de españoles y algunos directivos del ente público sin cultura eurovisiva (véase el sr. Canut) acusan de ganar festivales por vecinismo, sin reparar en que quizá las apuestas de esos países más modestos son verdaderos profesionales de la música (y no fantoches) con grandes canciones, apoyadas por discográficas potentes y algunas producidas por popes de la música como el gran Timbaland (véase “Believe” con la que Dima Bilan intentará alzarse con el triunfo en Belgrado este año).

Y así lo está haciendo este año una televisión modesta como la andorrana, que ha apostado este año por la profesionalidad de una cantante de la talla de Gisela, ganadora del Festival de Viña del Mar, antaño rechazada para acudir a Eurovisión por la todopoderosa TVE, recordemos uno de los países del Big4.

¿Alguien se sorprende entonces de por qué los seguidores del festival en España apoyan a Gisela, Jelena, Dima, Ani, Charlotte… y no al innombrable politono?

Ah, señores de TVE, y si de verdad quieren que un programa musical tenga audiencia no hay más que apostar por la calidad y la profesionalidad, conceptos que en los últimos meses parecen ausentes por los pasillos de Prado del Rey.

Para muestra, miren la última gala de Operación Triunfo en Telecinco (tercer espacio más visto del día con 3.582.000 espectadores y un 22,6% de cuota de pantalla), con artistas invitados de la talla de Craig David y Lenny Kravitz. En la misma franja horaria se emitió la gala Dansin Chiki Chiki (1.996.000 espectadores y un 10,9% de cuota de pantalla, superada por todos sus competidores), con los Mojinos Escocíos como artistas estrella. Las comparaciones, a veces, son odiosas, y hablan por sí solas.

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