40 AÑOS DE ESPAÑA EN EUROVISIÓN

Llevo 40 años viendo Eurovisión. El primer festival que recuerdo es 1977, con Marie Myriam. Desde entonces, los he visto todos, sin faltar a ninguno. Nunca he podido asistir a un directo, pero quién sabe. Algún día llegará. En mi trayectoria vital, he vivido tres años en el extranjero, en países europeos. Tres de mis […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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40 AÑOS DE ESPAÑA EN EUROVISIÓN

Llevo 40 años viendo Eurovisión. El primer festival que recuerdo es 1977, con Marie Myriam. Desde entonces, los he visto todos, sin faltar a ninguno. Nunca he podido asistir a un directo, pero quién sabe. Algún día llegará. En mi trayectoria vital, he vivido tres años en el extranjero, en países europeos. Tres de mis festivales los vi desde otro país: 1987 en Austria, 1992 en el Reino Unido y 1996 en la República Checa. Casualmente, han sido tres victorias irlandesas.

Yo tengo mi propia opinión de la trayectoria de España en Eurovisión. Y repito, no es una verdad absoluta, es sólo mi opinión, después de 40 festivales, y de conversaciones con eurofans, seguidores o simplemente espectadores de toda Europa.

Mi visión durante estos 40 años es muy simple: España NO QUIERE ganar el Festival de Eurovisión. Creo que ha habido alguna excepción, y es especialmente notable la de Rosa, pero sigo pensando que NO QUIERE. Voy a justificar mi opinión.

Pero antes quiero decir que no me pronuncio sobre la calidad de las canciones, sino sobre su idoneidad para Eurovisión. Creo que un claro ejemplo de ello son Paloma San Basilio o Remedios Amaya. Dos grandes cantantes, absolutamente dispares, pero ambas con una gran carrera, con trayectorias de éxito y con un reconocimiento unánime en su campo, pero sus canciones no eran “eurovisivas”, y por eso en el festival no tuvieron el éxito que tal vez su propuesta merecía. 

Voy a clasificar las candidaturas de estos años en dos grandes apartados: las que jamás tuvieron una oportunidad (y repito, no por su falta de calidad en la mayoría de los casos, sino porque no eran adecuadas para el Festival), y las sorpresas o apuestas mínimamente ganadoras de España.

Para mí, jamás tuvieron ninguna oportunidad de ganar: Enséñame a cantar (77), Bailemos un vals (78), Quédate esta noche (80), Y sólo tu (81), Él (82), Quién maneja mi barca (83), La fiesta terminó (85), Valentino (86), No estás solo (87), Made in Spain (88), Todo esto es la música (92), Hombres (93), Ella no es ella (94), Ay que deseo (96), Sin rencor (97), ¿Qué voy a hacer sin ti? (98), No quiero escuchar (99), Colgado de un sueño (00), Brujería (05), Bloody Mary (06), I love you mi vida (07), Baila el Chiki Chiki (08), La noche es para mí (09), Algo pequeñito (10), Que me quiten lo bailao (11), Quédate conmigo (12), Contigo hasta el final (13), Dancing in the rain (14), Amanecer (15).

30 de 39 canciones. Algunas directamente eran malas canciones (como Bloody Mary), otras inadecuadas para Eurovisión (Sin rencor), y otras simplemente no aportaban nada a Eurovisión (Amanecer).

Nos quedan nueve canciones. En cuarenta años, nueve canciones con alguna posibilidad. Descorazonador. Vamos a examinarlas.

1979: Su canción. Una segunda posición que pudo ser primera. El final de los 70, cuando España se abrió al turismo y a la democracia… y yo creo que Eurovisión dejó de importar.

1984: Lady lady. Terceros. Después del descalabro de Remedios Amaya, se optó por una apuesta de calidad. Pero… ¿Quién se acuerda de ellos?, Eurovisión dejó de verse en España en 1983. Durante 30 años, hasta que llegó Operación Triunfo, la última canción que el público recordaba de Eurovisión era Quien maneja mi barca. Por lo tanto, si al público ya no le interesaba, ¿Por qué molestarse? Y ahí empezó el desierto de España en Eurovisión, que incluyó muchos años de retransmisiones por el segundo canal.  

1989, 90 y 91. Un pequeño paréntesis de tres años, con Nacida para amar, Bandido y Bailar pegados. Las canciones de Nina y Sergio eran copias de las ganadoras del año anterior, pero esta estrategia no funcionó. En cuanto a Azúcar Moreno, merecen una mención aparte por su gran profesionalidad al empezar de nuevo su actuación; sin duda les dió votos, pero su canción en ningún momento se acercó al triunfo.

1995: Vuelve conmigo. Mi opinión personal es que fue un “accidente”. Nadie se esperaba que una cantante desconocida mostrara esa presencia en el escenario y esa voz, y acabara en segundo lugar. Según la propia Anabel ha declarado, en la discográfica siempre le dijeron que no iban a ganar, que con un top ten se daban más que satisfechos. 

2001: Dile que la quiero, una sexta posición. Una selección española decente con un ganador que llegó al top 10. Parecía una promesa.

Y llegó el paréntesis de Operación Triunfo, en el que España verdaderamente intentó ganar Eurovisión. ¿Verdaderamente? No sé.

2002: Rosa de España, Europe’s living a celebration. Aunque esta vez sin duda puede decirse que lo intentaron, jamás llegó a tener posibilidades reales.

2003: Dime, o cómo destrozar con un mal vestuario, una peor coreografía y unos coros espantosos, la canción que iba favorita en las casas de apuestas.

2004: Para llenarme de ti. Pero… ¿de verdad querían ganar Eurovisión, o ya se habían cansado del tema? La canción no estuvo mal, pero no olvidemos que los miembros del jurado eliminaron a Davinia y Mi obsesión, una apuesta que muchos eurofans consideramos como muchísimo más acertada.

Y a partir de ahí… Desastres absolutos (Bloody Mary, Brujería, Baila el chiki chiki), o canciones dignas pero sin posibilidades (Quédate conmigo, Amanecer).

Además, hay un punto que en España parece un tabú: el inglés. Desde 1999 todas las canciones ganadores, excepto una, han sido en inglés, y España sigue sin apostar por el inglés. Porque lo poco que han usado, a mi me ha resultado más irritante que comunicativo: “Europe’s living a celebration, es tu sueño”, “I love you mi vida”, “Come on and shake me, quiero saber lo que sientes por mi”, o “I’m dancing in the rain, deja la lluvia caer”.

Veamos una pequeña estadística sobre las canciones en el top 5 desde que se reintrodujo la libertad de idioma, y veamos las que fueron cantadas en inglés total o mayoritariamente, y las que se cantaron en otros idiomas

Años

Canciones en el top5 en inglés

%

Canciones en el top5 en otros idiomas

%

2000 a 2007

32

80

8

20

2008 a 2015

37

92,5

3

7,5 

Nos guste o no, cantar en español es una barrera para la gran mayoría del público europeo. Mientras sigamos apostando por el español, hemos de tener claro que va a ser muy difícil conseguir una nueva victoria en Eurovision. Y esto lo sabe TVE.

En definitiva, yo me reafirmo en mi opinión: creo que España no quiere ganar Eurovisión. Hay años con apuestas más o menos dignas, pero en ningún caso ganadoras. Y esto lo sabemos los eurofans de toda Europa, lo saben las casas de apuestas, y sin ninguna duda, lo sabe TVE. Dicen que lo importante es participar. Tal vez ése sea el lema de TVE.

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