1956

En la noche del 24 de Mayo, pero de hace sesenta años, empezaba un programa de música ligera que más tarde se convertiría en un acontecimiento de masas y un icono pop. Nacía el Festival de la Canción de Eurovisión. Antes de hablar un poco de esta edición, hablemos un poco de cómo surge la […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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1956

En la noche del 24 de Mayo, pero de hace sesenta años, empezaba un programa de música ligera que más tarde se convertiría en un acontecimiento de masas y un icono pop. Nacía el Festival de la Canción de Eurovisión.

Antes de hablar un poco de esta edición, hablemos un poco de cómo surge la idea. Era la década de los 50 y Europa estaba renaciendo de sus propias cenizas tras la Segunda Guerra Mundial.  Es en este momento cuando nace la Unión Europea de Radiodifusión. Su primera reunión se realiza el 12 de Febrero de 1950 en Torquay (Reino Unido), a ella asistieron 23 países (de la Europa Occidental y de la cuenca mediterránea), con el objetivo de colaborar en intercambiar contenidos y difundir ideas. En 1951 se usa por primera vez el termino Eurovisión para hacer referencia a la red europea, fue acuñado por el periodista británico George Campey para el periódico Evening Standard de Londres.

Unos años después, el 6 de Junio de 1954 tiene lugar la primera emisión de la red de Eurovisión: imágenes del Narcissus Festival de Montreux (Suiza). Al año siguiente, en Enero de 1955, en una reunión celebrada en Mónaco, Marcel Bezençon propuso la idea de emitir en directo una competición musical, basada en el Festival de San Remo (Italia) que ya llevaba unas cuantas ediciones, y que sería emitida simultáneamente a todas las televisiones que formasen parte de la red. La intención era la de unir y transmitir una conciencia europea a los televidentes  tras las heridas de la guerra, y probar los límites de la red tecnológica en nombre del progreso pues esta idea de emitir simultáneamente era salomónica.

Por fin,  el 24 de Mayo de 1956 se organiza la primera edición del Grand Prix Eurovision de la Chanson Européenne. Así era como se llamaba originalmente el programa musical, también era conocido como Eurovision Song Contest Grand Prix. Ambos nombres sufrirían abreviaciones hasta el nombre que todos conocemos hoy. Lo que no ha cambiado desde entonces es la sintonía de inicio de la UER: el preludio del “Te Deum” de Marc-Antoine Charpentier.

Desde el Teatro Kursaal de Lugano (la zona de habla italiana de Suiza) catorce canciones de siete países lucharon por alzarse con el primer premio. Es la única vez que un país podía enviar dos canciones a la vez, pero esto era debido a los pocos debutantes. Estos fueron: Paises Bajos, Suiza, Bélgica, Alemania Occidental, Francia, Luxemburgo e Italia. Aunque también fue emitido en Austria, Dinamarca y el Reino Unido, que se habían quedado fuera de la competición por presentar la candidatura fuera de plazo. Debutarían al año siguiente.

El programa fue comentado completamente en italiano por Lohengrin Filipello, aunque las delegaciones enviaron a un comentarista para que los televidentes entendieran al presentador en su propia lengua. El animador, aparte de introducir a la audiencia al artista y al director de orquesta, describía la letra y el mensaje de la canción participante. El director de orquesta principal fue Fernando Paggi que dirigió las canciones de Países Bajos, Suiza y Alemania. No obstante, el resto de delegaciones envió a su propio director: Léo Souris por Bélgica, el mítico Franck Pourcel por Francia, Jacques Lassry por Luxemburgo, y Gian Stellari por Italia.

La primera canción de la noche y, por tanto, la que ostenta el título de Primera canción del Festival de Eurovisión, sería la neerlandesa. El honor lo ostenta la cantante Jetty Paerl con De vogels van Holland, o lo que es lo mismo, Los pájaros de Holanda. Complicándolo todo un poco más, Jetty es la primera mujer cantante en aparecer y la primera representante de Paises Bajos. A pesar de este reconocimiento, al igual que gran parte de los festivales emitidos en blanco y negro, ha sido ignorada por muchos fans del programa.

Tras Países Bajos debutaba el país anfitrión, Suiza, y lo hacía de la mano de Lys Assia interpretando la primera canción en alemán de la noche, y posteriormente de toda la historia, Das alte Karussell. Seguidamente, el francés haría lo propio de Bélgica con el tema Messieurs les noyés de la Siene, es decir, Los hombres ahogados del Sena, que se diferenciaba de muchas canciones al hablar sobre el suicidio, interpretado por Fud Leclerc. Fud tiene el privilegio de ser el primer artista masculino en actuar en la producción europea.

Los países que le siguieron fueron Alemania Occidental con Walters Andreas Schwarz e Im Wartesaal zum großen, y Francia con Mathe Altery con Le temps perdu. El ritmo de la gala se aceleraría un poco con la canción uptempo, Ne crois pas de Michèle Arnaud por Luxemburgo. El último país en debutar fue Italia y, por consiguiente, el italiano fue el último idioma en debutar aquella noche. Los italianos no se comieron mucho la cabeza y enviaron a la ganadora de la sexta edición del Festival de San Remo: Franca Raimondi y su alegre Aprite le finestre.

La actuación italiana ponía fin a la primera parte del programa. En la segunda parte, los países presentarían otra canción, siguiendo el anterior orden, interpretada o por un artista distinto o bien por el mismo anterior. Así, Países Bajos era representada por Corry Brokken con Voorgoes voorbij, Suiza por la ya mencionada Lys Assia con Refrain, Bélgica por Mony Marc con Le plus beau jour de ma vie, Francia por Dany Dauberson con Il est là, Luxemburgo por la ya mencionada Michèle Arnaud con Les amants de minuit, e Italia por Tonina Torrielli con Amami se vuoi (que fue la segunda clasificada de San Remo). De entre estas canciones sobresalía la canción alemana: So geht das jede Nacht de Freddy Quinn ya que introducía el rock ‘n’ roll diferenciándose, así de sus competidoras que seguían el patrón de la moda musical europea, la chanson, que dominaría el festival hasta 1965 con la introducción de la música ye-yé.

Como vendría siendo habitual, tras las canciones los jurados de cada país votarían a su canción favorita. Cada delegación envió a dos miembros a tierras suizas para elegir a una ganadora. Mientras deliberaban, se organizó un intermedio a base de música y silbidos de la mano de  Les Joyeux Rossignols & Les Trois Ménestrels.

En este primer festival los jurados tenían total libertad a la hora de votar, es decir, que podían votar a su propio país. Hubo un problema con el jurado luxemburgués porque no pudieron llegar a la sede por lo que se autorizó al jurado suizo votar en nombre de ellos. Fue una votación secreta y los resultados no se han hecho públicos a pesar de algunos intentos de reconstruirla. Únicamente se anunció el tema ganador: Refrain de Lys Assia por Suiza, que a día de hoy se ha convertido en todo un himno entre los admiradores del festival. Lys Assia cuando volvió a interpretar su tema una vez hecha ganadora, de la emoción no pudo continuar por lo que la orquesta se detuvo y tuvo que volver a empezar aceptando las disculpas de la artista. Se desconoce por completo la clasificación final pero la rumorología dice que Walters Andreas Schwarz pudo haber sido segundo, lo que explica que la segunda edición de Eurovisión se celebrase en Frankfurt am Main (Alemania).

Cabe destacar que no existen imágenes televisivas del programa porque esta primera edición fue concebida como un programa de radio, su siguiente edición ya sería emitida con imágenes. Se conserva un material visual de Lys Assia intepretando su tema pero sin audio, aunque la UER remasterizó ese video en 2005 sincronizando la imagen con la versión en esutido del tema ganador. Por su parte, el audio se conserva casi en su totalidad salvo algunos fragmentos del intermedio.

Una vez bajado el telón, se concluyó que el Festival de Eurovisión había sido todo un éxito. Así comenzaría uno de los programas de entretenimiento más longevos del mundo, que este 2016 cumple 60 años (que no ediciones).

PD: Debajo podeís trasladaros a otra época y escuchar la primera edición del “programa favorito de Europa”. Antes de que hagan una aproximación a esta etapa casi olvidada del Festival de Eurovisión, os pediría que dejasen los prejuicios atrás. Eran otros tiempos con otro tipo de música. No era ni mejor ni peor. No la desecheís al baúl de los recuerdos sin darle la oportunidad de sorprenderos. Intentad disfrutar de la experiencia y de la música independientemente de gustos. Es hora de que las primeras ediciones sean recordadas por lo que fueron, pioneras.

PD2: Como ya he dicho, el audio esta en italiano pero es muy fácil seguir el ritmo del programa.


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