Chipre ya ha iniciado la búsqueda de representante para el año que viene. Según el medio EurovisionFun, la Corporación Chipriota de Radiodifusión (RIK) está haciendo hincapié en dos características que su futuro abanderado tendrá que cumplir: la primera, más evidente, ser capaz de pisar con fuerza el escenario de Eurovisión y llevar a cabo una actuación a la altura de las circunstacias. La segunda, en cambio, se presenta como una novedad: tras las elecciones internas de Andrew Lambrou y Silia Kapsis, ambos nacidos y criados mayoritariamente en Australia, la RIK quiere apostar ahora por un perfil más puramente chipriota.

En las próximas semanas, un grupo de profesionales de la música y expertos en Eurovisión evaluarán los distintos nombres que se pongan sobre la mesa y, al comienzo del otoño, conoceremos al artista seleccionado. Este tendrá la difícil labor de ampliar un track record bastante favorable, pues la isla mediterránea solo se ha perdido una final de Eurovisión en los últimos diez años. Además, se quedaron muy cerca de la victoria en 2018, gracias a Eleni Foureira y su Fuego, su mejor posición desde su debut en 1981.