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Diana Gurtskaya

Georgia: ¿La paz vendrá?

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All Over Europe

Georgia: ¿La paz vendrá?

Escrito por Carles Batlle

07 de noviembre de 2024


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La cultura musical del Cáucaso es impresionante, diferenciada de la que conocemos en Europa Occidental, y que merece un estudio y una entrada de este blog donde podamos conocerla más. Pero la situación geopolítica actual nos lleva a estudiar en primer lugar su sociedad actual. El área geográfica que estamos analizando está formada como mínimo por tres países eurovisivos que en su tiempo fueron antiguas Repúblicas Soviéticas: Armenia, Azerbaiyán y Georgia. Y los conflictos entre ellas no son menores.

Empezaremos con Georgia (საქართველო en georgiano), ya que sus mayores problemas son con el gran vecino del norte, Rusia, que también tiene pretensiones territoriales en este país, al igual que vimos en Ucrania y Moldavia.

Recordemos el mapa que vimos en la anterior entrada de Moldavia, donde podemos ver que dos territorios discuten su pertenencia a la República: la región de Abjasia, que aspira a la independencia, y la región de Osetia del Sur, que aspira a la reunificación con Osetia del Norte, que forma parte de Rusia.

En el año 1018 se documentó por primera vez la existencia del Reino de Georgia independiente. Los siguientes siglos, XI y XII, se consideran la edad de oro del país. Posteriormente sufrió la invasión del Imperio Mongol, y en el siglo XV quedó dividido entre el Imperio Persa y el Otomano. Esta división se nota hasta hoy en día, ya que la parte occidental del país tiene una gran influencia y relaciones con la vecina Irán, mientras la parte occidental tiene más influencia turca.

En el año 1800 se incorporó al Imperio Ruso, y en 1917 surge el moderno estado de Georgia, que se incorpora como una república a la Unión Soviética, pero con pérdidas territoriales a favor de todos sus estados vecinos: Rusia, Turquía, Armenia y Azerbaiyán. Además, Rusia llevó a cabo una peculiar división de los territorios del Cáucaso. En su gran mayoría, se trataba de territorios rebeldes que no querían formar parte de la Unión Soviética, y la decisión de Rusia fue unir territorios que tradicionalmente estaban en disputa, y dividir otros que formaban una unidad, todo ello con el objetivo de debilitar a los dirigentes de los entes administrativos que se crearon.

De esta manera, Abjasia, que había mantenido tradicionalmente malas relaciones con Georgia, quedó incorporado dentro de esta República. Y Osetia, en cambio, fue dividido en dos partes. La zona norte fue una República Autónoma dentro de Rusia, y la zona sur lo fue dentro de Georgia. Bajo el férreo control soviético, esta política cuasi surrealista de división administrativa no tuvo graves consecuencias, pero con la disolución de la URSS en 1991, y la independencia de las repúblicas federadas, muchos conflictos internos se convirtieron en internacionales.

La moderna Georgia se independizó de la Unión Soviética el 9 de abril de 1991, pero unos meses después se produjo un golpe de estado que desembocaría en una guerra civil hasta 1995, año en el que Eduard Shevardnadze fue elegido presidente, cargo que ocuparía hasta el año 2004. Sin embargo, la violencia continuó en Abjasia y Osetia del Sur, donde se expulsó a parte de la población local y se declararon sus independencias. Aunque no les fue reconocida internacionalmente, Georgia dejó de controlar estas dos regiones.

La región del Cáucaso era un polvorín, y la situación de Georgia especialmente delicada. Del 9 de diciembre de 1994 al 31 de agosto de 1996 se produjo la Primera Guerra de Chechenia, que indirectamente afectó a las vecinas repúblicas caucásicas. Los Estados Unidos dieron un gran apoyo a Georgia, enviando tropas y hasta 3.000 millones de dólares en ayudas en estos años. ¿Generosidad? Tal vez, pero sin duda influyó la necesidad de garantizar el oleoducto que transcurría por el territorio de Azerbaiyán, Georgia y Turquía, y que permitía llegar el petróleo y gas de la primera al mar abierto, evitando cruzar el territorio ruso.

El presidente Shevardnadze siempre se mostró favorable a los acuerdos con Estados Unidos, pero finalmente tuvo que renunciar a su cargo tras una revuelta popular (en la que no hubo derramamiento de sangre), la llamada Revolución de las Rosas, que tuvo lugar del 3 al 23 de noviembre de 2003, con manifestaciones de 40 y 50 mil personas cada día.

El nuevo presidente heredó un país con grandes conflictos internos, ya que Abjasia y Osetia eran independientes de facto, aunque no lo fueran de jure. Además, desde 1999 estaba siendo afectado por la Segunda Guerra de Chechenia, que tuvo lugar desde 1999 a 2009 en la vecina república, y que llevó a que soldados rusos se situaran en los territorios en los que había conflictos, incluyendo la república de Osetia del Sur, que formaba parte de Georgia.

En este contexto de inestabilidad se produce la primera participación de Georgia en Eurovisión, como una muestra más dentro de la política de acercamiento del país a Europa Occidental, y a la Unión Europea en particular. Su primera canción fue Visionary Dream, donde Sopho nos cantaba “sailing through my story, sharing my history“, en un juego de palabras en el que la embajadora musical de su país nos contaba que tenía el sueño de llegar a un lugar detrás de las nubes, en el que compartiría su story -su relato- y su history -la historia de su país-. Con su debut, Georgia se clasificó para la final, ocupando un meritorio puesto número 12.

Georgia 2007: Sopho - Visionary Dream

Pero la situación en su país no se dirigía precisamente hacia la paz. Tras su participación en Eurovisión, empezó una nueva serie de movilizaciones en Georgia, con acusaciones de corrupción generalizada, manifestaciones de entre cuarenta y cincuenta mil personas en Tiflis. Ello llevó al presidente a convocar nuevas elecciones, celebradas en enero de 2008 y ganadas de nuevo por Míjeil Saakashvili.

En mayo se produjo la segunda participación del país en Eurovisión. Su siguiente representante fue Diana Gurtskaya, que interpretó Peace Will Come. Y aunque en el estribillo se entonaba un canto a la paz genérica, en el puente de la canción nos decía:

Mi país está llorando, partido por la mitad
Mi mundo está muriendo lentamente
Mi corazón sólo está gritando
Paz y amor

Diana incluso mejoró en un puesto la posición de su debut, consiguiendo clasificarse en la posición número 11.

Georgia 2008: Diana Gurtskaya - Peace Will Come

Sin embargo, su canto de esperanza no se vio reflejado en la realidad de su país. En agosto de ese mismo año se inició la Guerra Ruso-Georgiana. Aunque tan sólo duró dieciséis días, del 1 al 16 de agosto, tuvo unas graves consecuencias que perdurarían en el tiempo: Osetia del Sur y Abjasia declararon su independencia a nivel internacional, aunque tan sólo fue reconocida por Rusia, y se produjo una limpieza étnica de población georgiana de ambos territorios. El siguiente mapa, a pesar de no ser oficial, se convirtió en el mayormente utilizado para mostrar los datos sobre el país, reflejando la tensión interna del país y las malas relaciones con Rusia, el vecino del norte.

Eurovisión reflejó claramente la tensión entre los dos países. En el 2008 se había producido la victoria de Rusia en Eurovisión, con Dima Bilan. La participación de Georgia en el siguiente Festival se puso en duda desde ese mismo momento. Finalmente, la televisión del país confirmó su asistencia, eligiendo internamente al grupo Stephane & 3G con una canción titulada We Don’t Wanna Put In. Aunque se traducía como “No queremos aceptarlo”, tenía la clara connotación política de referirse al presidente ruso Vladimir Putin con un juego de palabras, afirmando que no lo querían a él. La UER no aceptó este título, y dado que Georgia se negó a cambiarlo, decidió retirarse del Festival. Sin embargo, nosotros sí podemos oír a Stephane & 3G cantando su declaración.

 

Georgia 2009 (retirada): Stephane & 3G - We Don't Wanna Put In

En 2013 Giorgi Margvelashvili ganó las elecciones y se convirtió en el nuevo presidente, aunque de su mandato no cabe destacar grandes medidas. En las nuevas elecciones presidenciales de 2018 se escogió por primera vez a una mujer como presidenta del país, Salomé Zurabishvili. Estas elecciones serán las últimas de su clase, ya que el país cambió de un sistema presidencialista a uno parlamentario, en el que el parlamento escoge al presidente del país.

Estos fueron unos años de calma relativa para Georgia. En Eurovisión también tuvo unos relativos buenos resultados; tras su regreso en 2010, obtuvo la que hasta el momento es su mejor posición: el puesto 9 con Sopho Nizharadze y su canción Shine.

Georgia 2010: Sopho Nizharadzhe - Shine

En Georgia eran tiempos para el optimismo, dado el avance de su economía y su acercamiento a Europa. También Eurovisión registró durante estos años su mejor etapa: cinco clasificaciones para la final en siete años, de 2010 a 2016, incluyendo las mejores posiciones en su historia, ya que Eldrine ocupó de nuevo el puesto 9 de su final.

Georgia 2011: Eldrine - One More Day

Durante este período, Eurovisión fue vista en Georgia como una ventana al mundo. Pero lejos de mostrar su música y cultura tradicional, “solamente” se usó para mostrar su presencia como un relativamente nuevo actor en la escena mundial. De hecho, de sus 18 participaciones en el festival (incluyendo su retirada en 2009 y el Festival cancelado de 2020), tan sólo dos han sido en idioma georgiano. Y en ninguna de sus finales se ha presentado canción alguna en otro de los trece idiomas propios del país. Las participaciones de este país no han estado exentas de calidad, llegando a ganar el premio Marcel Bezençon en el año 2013 por su canción Waterfall, con Nodi Tatishvili y Sophie Gelovani.

Georgia 2013: Nodi Tatishvili & Sophie Gelovani - Waterfall

Sin embargo, no han mostrado su tradición musical. Aunque cierto es que sus intérpretes siempre han sido ciudadanos georgianos o estrictamente vinculados con Georgia, a nivel estrictamente musical tan sólo una de sus canciones puede considerarse que representa la tradición propia del país, una de cuyas grandes riquezas es la polifonía vocal, que en el año 2008 se incorporó a la Lista de Patrimonio Mundial Intangible de la Humanidad. Fue el caso de la banda de etno-jazz Iriao, que en 2018 defendieron la canción For You (შენთვის en georgiano), pero que ocupó el último puesto en su semifinal.

Georgia 2018: Iriao - For You

El optimismo del país fue decayendo, a medida que empeoraba su situación económica (aumento del paro, de la desigualdad social y de la corrupción). En un mimetismo de su realidad social, su evolución en Eurovisión reflejó este ambiente pesimista en el país, y de 2017 a 2023 no se clasificaron nunca para la final, ocupando incluso en dos ocasiones la última plaza de su semifinal.

La relativa tranquilidad del país todavía se tornó más frágil tras la invasión rusa de Ucrania. A nivel social, porque más de un millón de personas huyeron de Rusia a Georgia para evitar su reclutamiento en el ejército y el posterior destino al frente de guerra.

Tal vez la canción más representativa de esta época es la contradictoria propuesta de Tornike Kipiani en el cancelado Festival de 2020, en la que afirmaba que no quería parecerse a los estereotipos del hombre occidental, pero acababa diciendo “te quiero” en sus idiomas.

Georgia 2020: Tornike Kipiani - Take Me As I Am

A partir de 2023, parecía que la situación del país podía mejorar en los siguientes años: Georgia formalizó su petición de acceso a la Unión Europea en junio de 2022, y en diciembre de 2023  se le reconoció el estatus de candidata a la adhesión, lo que fue acogido con gran satisfacción en todas las instancias del país. Ello llevó a un espíritu de optimismo y confianza que se contagió a diversos ámbitos. Eurovisión fue uno de ellos.

La televisión pública georgiana (GPB) propuso a Nutza Buzaladze, que residía en Miami, donde desarrollaba su carrera musical, ser la próxima representante en el festival de Eurovisión que se celebraría en Malmö. La canción anunciada fue Firefighter (Bombero en español) que, según manifestó la intérprete, era una lucha metafórica contra el odio y la negatividad, representadas por el fuego, que ella siempre intentaba apagar con positividad y amor. Parece que el mensaje caló en el público europeo, que a través del televoto le otorgó la octava plaza de la segunda semifinal y consiguió el pase a la final que se les había resistido en las seis anteriores ediciones.

Georgia 2024: Nutsa Buzaladze - Firefighter

La situación interna del pais en estos momentos, noviembre de 2024, no es buena. El pasado mes de octubre se celebraron unas elecciones consideradas fraudulentas por parte de los observadores internacionales, y la composición de su parlamento y su estabilidad política y social están en juego.  Además, tras la aprobación de la ley que restringe la libertad de prensa y los derechos de la comunidad LGTBI+, el país ha perdido su status de candidato a la Unión Europea. Por todo ello, es muy probable que la industria musical en general y Eurovisión en particular se contagien de estos tiempos difíciles.

Esperamos que la paz vuelva a Georgia, y que Eurovisión pueda poner su granito de arena para conseguirla. Para despedirnos, recordemos una pequeña obra de arte que pasó desapercibida en el Festival de Tel Aviv de 2019: la segunda canción en georgiano de la historia, de Otto Nemsazde, que a pesar de una brillante puesta en escena, no consiguió el pase a la final.

Georgia 2019: Otto Nemsazde - Keep On Going

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