Amaia y Alfred han querido despedirse esta mañana de los medios españoles antes de su marcha a la capital portuguesa. En la rueda de prensa, dirigida por el presentador de Operación Triunfo 2017, Roberto Leal, los representantes de España aseguran “no estamos nerviosos y sí muy preparados”, y sobre todo, “vamos a Lisboa con la intención de quedarnos contentos con nuestra actuación”.

Los intérpretes de Tu canción tienen claro que van a dar el 100 por cien sobre el escenario y que cada vez que cantan la canción lo hacen de manera única y especial. “Siempre es diferente cantarla, pero la interpretamos con el corazón, ya que habla de nosotros y de por qué estamos aquí”, expresaba Alfred.

Respecto a su futuro profesional después de Eurovisión, han destacado que tienen proyectos por separado, pero no descartan una colaboración conjunta en sus respectivos discos, ya que esta experiencia como dúo ha sido muy gratificante.

TOTAL HERMETISMO Y POLÉMICA ZANJADA

Un Alfred sonriente y una Amaia derrochando esa ingenuidad que conquistó a toda España han desvelado bastante poco sobre la puesta en escena que llevarán al estadio del Parque das Nações de Lisboa. La delegación española guarda en absoluto hermetismo cualquier sorpresa que será desvelada el próximo 12 de mayo. Únicamente han destacado que será una puesta en escena natural, con ellos como protagonistas y que están muy contentos con el resultado. La pareja ha insinuado que podría haber algún elemento sorpresa sobre el escenario.

Sobre la candidatura de RTVE, la comentarista Julia Varela ha querido apuntar que “Tu canción promete mucho, crea una atmósfera especial y va a convenver a Europa”. Mientras, Tony Aguilar ha afirmado estar orgulloso de ellos y “estoy preparándome a fondo para hacer la mejor cobertura”.

Amaia ha protagonizado uno de los momentos más especiales de la mañana cuando se le preguntó qué amuleto llevaría a Portugal. “Voy a llevar el libro de España de mierda que me regaló Alfred”, decía la pamplonica con una sonrisa en la cara, zanjando así la polémica surgida en este último Sant Jordi a causa del libro de Albert Plà.