La UER se mantiene firme en su política de proteger a los artistas

Hace meses, la UER anunció que daría prioridad a la seguridad y el bienestar de los artistas y, para ello, en esta edición de Eurovisión ha puesto en marcha una serie de medidas destinadas a tal fin. Po ejemplo, en Basilea ha construido un «pabellón de bienvenida», diseñado por Artur Deyneuve y Alain Fiechter e inspirado en una cabaña de madera, como las que nos podríamos encontrar en las montañas suizas (ver imagen). En su interior hay una pantalla en la que los artistas pueden ver los ensayos y estarán en contacto con el «Welfare producer», o «responsable de bienestar», una nueva figura que sirve de persona de contacto entre la UER y la delegación y que se encarga de garantizar que el entorno es seguro y respetuoso para todos los participantes durante toda su experiencia eurovisiva.
Además, los horarios se han modificado para darles a los artistas más tiempo de descanso (o para explorar Basilea). También se han establecido unas zonas sin cámaras, claramente delimitadas, para que las delegaciones sean conscientes en todo momento de cuándo pueden ser grabados. Por supuesto, todos los vestuarios están en zonas sin cámaras, para que los artistas puedan prepararse a gusto. Del mismo modo, se ha limitado la exposición de los ensayos, para que los equipos puedan analizar el trabajo realizado sin estar tan expuestos a la opinión del público. Así, como ya sabemos, de los primeros ensayos solo se publicarán algunas fotos, mientras que no habrá clips de vídeo hasta el segundo ensayo. Por otra parte, en el primer dress rehearsal sí podrá haber prensa acreditada, aunque no estará permitido tomar fotos ni grabar vídeos.
Del mismo modo, se han introducido dos documentos: un «Código de conducta» y un «Protocolo de diligencia», que todas las personas acreditadas deben seguir en todo momento. En ellos, se reafirma la responsabilidad de todos para que los artistas no estén sometidos a un estrés innecesario y para garantizar la seguridad y el bienestar de todos ellos, así como para reducir los posibles riesgos durante el festival. También se plantea que estas medidas redundarán en una mayor calidad del show: si los artistas se sienten protegidos, darán más rienda suelta a su creatividad.
Bakel Walden, del grupo de referencia, añade que todos estos cambios suponen una evolución importante y un paso fundamental para que el festival siga evolucionando, y de forma responsable. En la misma línea, la UER anima a los fans y los medios a que se sumen a este espíritu de Eurovisión, en el que la música haga de puente y que permita a todos los artistas brillar en un entorno seguro.