Eurovisión

Moldavia sorprende y triunfa en los primeros ensayos de la segunda semifinal de Eurovisión 2018

DoReDos han hecho realidad su “día de fortuna” con un ensayo que ha puesto en pie a la sala de prensa por su divertiísima y muy original puesta en escena. Noruega sube al segundo puesto de las casas de apuestas con una notable actuación que se beneficia del pinchazo de otra favorita, Australia. Rusia suspende en su primer y criticadísimo ensayo
Vicente Rico. Enviado especial a Lisboa · Fuente: eurovision-spain.com
Publicado el día 01 de mayo de 2018
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DoReDos (eurovision.tv
Thomas Hanses)

Moldavia sorprende y triunfa en los primeros ensayos de la segunda semifinal de Eurovisión 2018

My lucky day. Dicho y hecho. Moldavia y su representante, DoReDos, ha hecho realidad su particular “Día de Fortuna”, sorprendiendo y triunfando en la tercera jornada de ensayos de Eurovisión 2018 que hoy hemos cubierto desde primera hora de la mañana hasta la última de la tarde en la capital portuguesa, Lisboa. Una cobertura cuyo hashtag oficial, #EuroEnsayos1M, se ha convertido en el primer trending topic nacional en Twitter. No solo Moldavia ha conquistado la sala de prensa y las redes sociales con su buen rollo, también Noruega y San Marino, cada una con un perfil y en niveles distintos. En el lado contrario de la balanza, continúan las decepciones, en el día de hoy, la australiana, y también los pinchazos, como el neerlandés.

Gran parte del triunfo de Moldavia se debe a una escenografía tan sencilla como tremendamente divertida, original y vistosa. Con un panel como protagonista, formado por tres puertas que, a su vez, se dividen en tres ventanas cada una, realizan un número cómico a medio camino entre las Matrimoniadas y el camarote de los Hermanos Marx. Marina, la solista femenina, juega a dos bandas con los dos miembros masculinos del trío, primero coquetea con uno, después tontea con el otro, y entre medias se persiguen, se escoden y se espían entrando y saliendo de todas las maneras habidas y por haber en la estructura.

Cada cantante, por si hubiera poco caos y locura, tiene su respectivo doble que, como no podía ser de otra forma, también entran en el enredo. Un vestuario setentero con los colores de la bandera moldava, y grandes dosis de alegría y buen humor, han conseguido que My lucky day despierte en las casas de apuestas y haya ganado por goleada la votación de esta jornada en la sala de prensa donde algunos periodistas, incluso, se han puesto en pie para aplaudir la actuación. 

En líneas generales y a juzgar por la reacción de los apostantes, Noruega también ha gustado y mucho, si bien es cierto que su candidatura no deja indiferente a nadie, o la amas, o la odias. Alexander Rybak traslada al escenario de Eurovisión la misma actuación del Melodi Grand Prix, incorporando nuevos hologramas e infantilizando, más si cabe, su actuación. Un espectáculo pensado por y para el directo, con los cambios de ritmo, solos instrumentales y subidones, y unos bailarines que a lo largo de toda su coreografía no dejan de interactuar con el público y buscar su implicación. Noruega, por mérito propio y demérito de sus mayores rivales, ya es número dos en las apuestas. 

Con pocas o nulas posibilidades de clasificarse para la gran gala del sábado noche, San Marino se marca una actuación muy divertida y entretenida, donde además de la alegría e ilusión que desprende la maltesa Jessika y el carácter que imprime la alemana Jenifer Brening, hay que destacar a los cuatro robots que comparten escenario con ellas. Tres androides que saludan, bailan y dan palmas, mientras que un cuarto intenta llamar la atención de la solista de quien está completa y cibernéticamente enamorado. Una propuesta desenfadada para pasarlo bien, aunque solo sea eso, y más que bienvenida en el orden de participación después Rumanía y Serbia de las que hablaremos más adelante. 

Dinamarca, al igual que Noruega, también traslada la actuación de su final nacional al contexto eurovisivo, en su caso, incorporando simplemente una bandera de más y toneladas de crema capilar y tratamientos faciales en los vikingos más metrosexuales jamás vistos. En lo estrictamente musical, Rasmussen cumple en lo vocal, a pesar de su gélida expresión e interpretación fruto, quizá, de la nieve y la ventisca que sufren al final de su travesía. Bien recibida en la sala de prensa, no destaca en las apuestas ni en las encuestas, pero al menos sale airoso en su aventura.

Australia también podría decirse que ha aprobado, aunque los apostantes la han crugido casi al instante, y es que Jessica Mauboy ha ido de menos, muy menos, a más en su directo, el cual ha compensado en la medida de lo posible con un derroche de carisma, alegría y sonrisas que por si solas tampoco valen de mucho. Esa positividad, además, se desluce con una iluminación y realización oscura y aburrida. Los australianos no tendrán ningún problema en hacerse con un hueco en la gran final, pero después de lo visto y escuchado hoy, ese segundo puesto que hasta esta misma tarde le daban los jugadores ya parece quedar muy lejano.

Países Bajos, por su parte, se ha convertido en la mayor decepción de la edición para quien escribe estas líneas, y su paso por el escenario no ha provocado más que un desconcierto inicial y una indiferencia posterior en el Press Centre. Waylon ha estado impecable, sobresaliente, en todo lo que depende de si mismo, pero se ve eclipsado por una puesta en escena que mete con calzador una estética y coreografía urbana, acrobacias y breakdance incluidos, en una propuesta country y rockera que pierde absolutamente toda su esencia y personalidad. Los neerlandeses ganarían mucho, muchísimo, si de aquí en una semana dejan al auténtico protagonista solo, se basta, y se sobra. 

Suspenso también para Rumanía y, precisamente, con los mismos argumentos que Países Bajos. Una solista con una voz descomunal y un directo perfecto, aunque sin el carisma y la fuerza de Waylon, que queda enterrada por una escenografía totalmente desacertada, y en su caso, además, ridícula. The Humans aparecen rodeados por decenas de maniquís negros con máscaras blancas, generando una situación angustiante y tétrica que desconcentran de todos los puntos positivos mencionados anteriormente, y de una canción ya de por si poco competitiva. Los rumanos también harían bien en tirar todo a la basura y quedarse ella, ellos y, simplemente, cantar.

La diferencia de calidad entre la primera semifinal, donde se juegan el pase a la gran final prácticamente todos los países, con esta segunda, donde hoy ya hemos castigado a dos candidaturas con sendos suspensos, es más que evidente, pero todavía faltan otros dos por llegar, en su caso, de cero. Serbia nos engaña con una propuesta falsa, carente de autenticidad y personalidad, a rebufo de tantas y tan buenas canciones que nos han regalado durante toda su historia eurovisiva. Sanja Ilic y Balkanika nos cuelan un tema que podría haber competido en Estambul 2004 aunque con una calidad sonrojantemente inferior a la de Zeljko Joksimovic. Los instrumentos étnicos, la estética tribal y los músicos octogenarios ya no son ninguna sorpresa en el festival, y tampoco esa mezcla, en este caso fallida, entre el pop y el folk; lo único que sería una sorpresa es que superaran la prueba de fuego del televoto y el jurado europeo el próximo martes.

El otro cero, no solo el de eurovision-spain.com, sino también el mismo que ha recibido en la votación de los periodistas acreditados, es para Rusia. Subida en lo alto de una estructura con forma de montaña, acompañada por tres coristas con mucho mérito y dos bailarines intensitos, Julia Samoylova perpreta I won't break con el directo que todos esperábamos desde el mismo momento que se presentó su candidatura. Una actuación que genera tristeza, incomodidad y muchos sentimientos negativos, también muchas preguntas y la pena de ver hasta donde llegan algunas delegaciones para hacerse notar. 

Israel sigue en lo alto de las casas de apuestas y sigue, también, su descenso tan discreto como continuado, con Noruega y Francia reduciendo la distancia con la gran favorita a cuotas de ya solo dos o tres euros ganados por cada uno apostado. La debacle australiana permite a Bulgaria, Estonia y Chequia mantenerse y alternarse el #4, #5 y #6, y a Suecia, curiosamente, mejorar notablemente sus cifras. El excelente ensayo de ayer de Chipre le ha permitido entrar por primera vez en el top 10, concretamente, en el 9, mientras que Italia también se cuela en el #10 adelantando a España, en este momento, undécima. Al cierre de esta crónica, Moldavia es decimoséptima y Países Bajos vigesimoprimera, y no dejarán de subir la una y bajar la otra a lo largo de esta noche. 

Mañana pondremos punto y final a los primeros ensayos individuales de las semifinales de Eurovisión 2018. Desde las 11:00 CET, y a lo largo de todo el día, retransmitiremos en directo las reacciones a los nueve últimos países. Georgia será la primera en salir y Ucrania la última y, entre ellos, descubriremos las cartas de Suecia y Hungría, entre otros.

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