La UER viaja a Israel para consensuar sede y fecha de Eurovisión 2019
La victoria israelí de Netta y su Toy en Lisboa 2018 y la designación de Jerusalén como la sede de la próxima 64ª edición de Eurovisión han abierto un nuevo melón político para la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que se desplazará al país judío esta semana para abordar las primeras cuestiones de la futura superproducción europea. Entre las cuestiones, se debatirá la capitalidad del festival, la fecha de celebración y los recursos disponibles, tras la reconversión de la histórica Televisión de Israel el 2017 en la KAN por problemas financieros.
La polémica en torno la ciudad que albergará Eurovisión 2019 está servida. Nada más conocerse el triunfo israelí, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu proclamó Jerusalén como la sede de la competición europea del próximo año, coincidiendo con la inauguración de la embajada de los Estados Unidos en la ciudad en discordia, el pasado domingo, 13 de mayo, que se saldó con la muerte de más de 50 palestinos. Por su parte, el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, se ha descartado de la carrera para acoger la cita musical europea del año que viene.
Conocedor de la situación, el presentador luso de la RTP Hélder Reis, en el programa A Praça, anunciaba para la hasta ahora televisión anfitriona que Lisboa está preparada para celebrar otra edición de Eurovisión, si finalmente no hay un acuerdo entre la UER e Israel. No obstante, en la puja por la sede del certamen también se une Chipre, subcampeona en esta última edición. La prensa chipriota se encontraría presionando a la red europea con el afán de organizar el concurso por la imposibilidad israelí e incluso algún país del Big 5 estaría dispuesto a acogerlo.
Si algo aprendió el organismo europeo en Kiev 2017, es que: Eurovisión debe mantenerse lejos de la política. Sin embargo, Jerusalén es por ahora la opción favorita para la siguiente superproducción europea, con su Jerusalem Arena, con capacidad para 15.000 espectadores. La otra opción, descartada por Tel Aviv y que intentaría imponer la UER, es el Menora Arena para 10.000 espectadores. El resto de estadios de la capital en disputa, Beersheba y Haifa necesitarían de una mayor inversión al carecer de una cubierta, imprescindible para acoger el festival.
Si existen problemas con el “dónde”, también los hay con el “cuándo”. La fecha de celebración de Eurovisión 2019 también ha levantado alguna ampolla. El ministro de Salud israelí Yaakov Litzman, ultraortodoxo, ha solicitado que la competición europea no infrinja las leyes religiosas ni ponga en cuestión el Shabbat, el día de reposo santo, que coincidiría con la víspera del viernes 10 al sábado 11 de mayo del próximo año. La UER ya ha manifestado que no tendrá inconveniente de acomodar el certamen a la ley judía.