Solo faltan 24 horas para el desenlace del culebrón del verano. Lejos de solucionarse durante el día de hoy el pulso entre el gobierno y la televisión pública de Israel, la batalla dialéctica no ha hecho sino aumentar, haciendo por primera vez creíble y probable que el país vaya a perder la organización de Eurovisión.

Ante ese supuesto, la Unión Europea de Radiodifusión ha entrado discretamente al trapo afirmando que tienen un Plan B. “La UER está trabajando codo con codo con Kan adelantando cuestiones acerca de la próxima edición de Eurovisión en Israel, todo ello antes del plazo para ingresar el depósito de garantía que finaliza mañana”, afirma el organismo europeo y añade que “Cada año hay que realizar ese ingreso antes de comenzar con la planificación sobre el terreno y anunciar la sede”. “Si la situación se torna irreversible y la televisión organizadora no puede cumplir con sus compromisos, siempre hay un plan de contingencia, como es normal en este tipo de eventos internacionales que implican a tantas personas”, remata. 

LA BATALLA EN ISRAEL

La penúltima batalla en Israel comenzó esta mañana con el Ministro de Finanzas, Moshe Kahlon, culpabilizando a los directivos de la televisión pública de la posible pérdida de los derechos para organizar Eurovisión 2019. “Kan puede pagar la fianza en un minuto, si no lo hace estará cometiendo un grave error ya que es una entidad pública que recibe dinero del estado y debe trabajar de acuerdo a las reglas”, afirmó. “La celebración del festival en Israel solo depende de ellos, nadie se interpone en su camino”, declaró Kahlon.  

El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha elevado considerablemente el tono amenazando con llevar al parlamento una ley para cerrar, de nuevo, el canal público si “por su culpa” se pierde la organización de Eurovisión. Los directivos de Kan se siguen escudando en que sin la ayuda económica estatal se verán obligados a despedir inmediatamente a 200 trabajadores y a paralizar un buen número de producciones. A todo esto hay que añadir la singularidad del estado de Israel y sus permanentes conflictos armados. Si Kan asume la factura del festival y se desencadena una nueva guerra que obligue a la UER a trasladar de última hora la sede del mismo, el agujero en las arcas de la televisión serían inasumibles. 

Los políticos también están que trinan con el pulsito entre unos y otros, si bien es cierto que la oposición ha salido en bloque a morder a Netanyahu. “La organización de Eurovisión está bajo amenaza, y usted es el único culpable, el público no le perdonará que por su pequeña pelea con la televisión pública perdamos este evento que emociona a toda la nación”, ha tenido que escuchar hoy el Primer Ministro. El alcalde de Tel Aviv, a últma hora del día, ha propuesto asumir todos los costes del festival en un intento a la desesperada por retener el Eurofestival en su ciudad, la favorita para convertirse en la sede.