La ucraniana Anastasia Prikhodko confiesa estar arrepentida de haber representado a Rusia
ESC Portugal
Anastasia Prikhodko nació en Kiev en 1987 y desde muy pequeña sintió interés por la música, en gran medida gracias a su madre, que trabajaba como crítica de teatro en el Ministerio de Cultura ucraniano. Estudió piano, flauta y guitarra, pero fue su profunda voz de contralto lo que hizo que empezara a destacar. Llegó a cantar con Josep Carreras en España y saltó a la fama en el mercado musical rusófono gracias a su victoria en la versión rusa de Star Factory en 2007. Dos años después, decidió presentarse a la preselección ucraniana para Eurovisión con la canción Mamo, pero, debido a una serie de carámbolas, terminó representando a Rusia, algo de lo que recientemente ha confesado que se arrepiente.
Lo que ocurrió fue lo siguiente: la preselección ucraniana consistía en una primera fase, no televisada, en la que un jurado valoraba las 30 candidaturas, y en una final televisada con los quince finalistas. En la primera fase, Anastasia interpretó el tema Vsë za tebya y no fue una de las quince elegidas para pasar a la final. Su equipo argumentó que no sabía que hubiera que cantar el tema candidato a Eurovisión, alegando que pensaban que en esa fase solo se valorarían las apitutdes vocales de los candidatos, y acusó a los jurados de falta de transparencia. El caso llegó a los tribunales, lo que hizo que la final se retrasara, y, aunque la justicia finalmente le dio la razón, entretanto se había presentado también a la preselección rusa y se había alzado con la victoria por unanimidad de público y jurado.
Dicha victoria tampoco estuvo exenta de polémica. Para empezar, la lista de finalistas se había cerrado en quince antes de la inclusión de Anastasia, lo que provocó protestas entre los demás representantes. Además, la letra de Mamo incluía partes en ucraniano, y hubo voces en contra de que una canción en ucraniano representara a Rusia, sobre todo teniendo en cuenta que ese año era el país anfitrión tras la victoria de Dima Bilan con Believe en 2008. Incluso hubo acusaciones en contra de los jurados de la preselección rusa. A pesar de todo, al final fue ella quien abanderó a Rusia en Eurovisión, donde consiguió un meritorio undécimo puesto con 91 puntos, incluyendo el 12 de Armenia.
Años más tarde, cuando Rusia se anexionó el territorio de Crimea, Anastasia anunció que no volvería a cantar en Rusia e incluso llegó a decir de los rusos que eran «estrechos de mente» entre otros calificativos. Esa decisión le llevó a perder gran parte de sus ingresos, pues Rusia constituía su principal mercado, pero siguió defendiendo la causa ucraniana de diferentes maneras: empezó a priorizar el uso del ucraniano en sus canciones, hizo una gira por todo el país para animar al ejército e incluso se llegó a presentar a la preselección ucraniana en 2016, aunque no pasó del antepenúltimo puesto en su semifinal. Posteriormente, ha estado vinculada con partidos políticos proucranianos y, aunque en las últimas elecciones no llegó a conseguir su escaño, declaró que seguiría políticamente activa. Todo ello ha llevado a que recientemente haya confesado que se arrepiente de haber representado a Rusia en Eurovisión y de que su nombre haya pasado a estar vinculado con el del país «enemigo».
EL CONFLICTO RUSO-UCRANIANO EN EUROVISIÓN
No es la primera vez que las rencillas entre Rusia y Ucrania salpican Eurovisión. Además de la ya mencionada polémica por la participación de Anastasia en Eurovisión representado a Rusia, son varios los episodios que han estado marcados por la situación política. En 2015, Ucrania no participó en Eurovisión por la crisis que estaba atravesando el país, en parte debido a la guerra en Crimea. En 2016, Rusia acusó a Ucrania de incluir mensajes políticos en su canción, 1944, que a la postre terminó llevándose el micrófono de cristal, cuando precisamente Rusia había sido la favorita en los meses previos. Esa victoria hizo que en 2017 la sede del festival fuera Kiev, pero el gobierno ucraniano prohibió la entrada al país de la representante rusa, Julia Samoylova. El motivo era que la intérprete había actuado en Crimea, algo que era ilegal y le prohibía la entrada en todo el territorio ucraniano. La imposibilidad de alcanzar un acuerdo entre las dos partes y la UER llevó a que Rusia se retirara del festival y confirmara a Julia como representante para la siguiente edición, donde no pudo pasar a la final.
El último escándalo, y uno de los más sonados, ocurrió en 2019, cuando Maruv arrasó en la preselección ucraniana con el tema Siren song, que instantáneamente se convirtió en una de las favoritas. Sin embargo, el hecho de que Maruv hubiera dado conciertos en Rusia en los meses anteriores hizo que el gobierno no estuviera confome y retrasara su confirmación como representante. En realidad, toda la preselección estuvo manchada por alusiones políticas y preguntas personales por parte del presentador y de algunos miembros del jurado (en el que estaba Jamala, ganadora en 2016) a los participantes sobre su ideología o sobre qué opinaban de la situación de Crimea. La falta de acuerdo entre Maruv y el gobierno, así como la negativa de los demás participantes en el Vidbir a ser los representantes ucranianos en Tel Aviv, hicieron que finalmente Ucrania se retirara del festival y que cambiara drástciamente sus normas para la edición de 2020.
A pesar de esos cambios, o gracias a ellos, para la pasado edición de 2020 no hubo grandes polémicas entre ambos países. De hecho Uno, la canción elegida para representar a Rusia, de mano del celebérrimo grupo Little Big, era una de las grandes favoritas para llevarse el triunfo. De momento, la cadena ucraniana ha confirmado a Go-A, ganadores del Vidbir de 2020, como sus representantes para 2021 y solo queda esperar que no haya más problemas en los meses que restan para el festival de Róterdam y que ambos países mantengan sus buenas rachas.
Conversación
Sin duda que la evolución de las relaciones entre ambos países desde que ella participó ha ido a peor, algo con lo que seguramente ella no contaba. Visto ahora es lógico el arrepentimiento. Ahora bien, su magnífica canción y esa puesta en escena tan impactante y desgarradora con la que nos deleitó, siempre quedará como uno de los puntos álgidos en la historia del festival.
Bueno Yo opino que nunca es tarde para asumir lo que sentimos en nuestro fuero interno. Quizás en aquellos finales de los 2000s aunque fuese una "pseudo-traición" a su Patria Ucraniana entraba dentro de lo que podría ocurrir pero ya de 2013 en adelante es algo más que condenatorio sabiendo cuál es la actual relación entre ambos Países