Termina ahora el primer ensayo general. Después de ver a las 14 parejas en acción sobre un escenario que sí parece más grande que el del año pasado, pero que nada tiene que ver con el de Eurovisión –quizá me recuerda en algo al de Misión Eurovisión, salvando las distancias obviamente porque éste es mucho mejor–, empiezan las apuestas. ¿Quién se llevará el gato al agua?

Yo particularmente no sé distinguir entre tanta lentejuela, brillo, cambios de vestuario en plena acción y pierna larga a las parejas favoritas, porque uno de Joana Subirana tiene más bien poco, ahora bien parece que gustan Holanda (sobre todo, la bailarina), Finlandia con un tango muy sobrio, Austria, Dinamarca y Ucrania. Grecia y Azerbaiyán son también parejas con mucha fuerza y elegancia.

Reino Unido es quien pone la nota española con su baile, el bailarín holandés nos ha salido además cantante, Suecia, con un Danny Saucedo seductor, recurre al Hung up de Madonna, y Azerbaiyán al típico pero efectista Fantasma de la Ópera. Los más sosos, Irlanda, que nos deleitarán con una danza tradicional. ¿Alguien se acuerda de Dervish? Pues así, pero en baile. Por cierto, Portugal se ha proclamado vencedor en este primer ensayo.

Otra curiosidad es el nuevo sistema de votación que la UER, como conejillo de indias, ha implementado en este certamen. Se trata de un sistema mixto, jurado-televoto. El jurado está compuesto por cuatro jueces. Al final de cada actuación, cada juez otorga a cada pareja de 1 a 12 puntos. Se suman y se obtiene una puntuación. La pareja más votada por el jurado recibirá 48 puntos (cuatro doces), la segunda 40 puntos (cuatro dieces), la tercera  32 puntos (cuatro ochos) y así sucesivamente.

Luego entra en juego el televoto, y el sistema de votación es el tradicional en el Festival de Eurovisión donde cada país participante otorgará de 1 a 12 puntos. ¿Llegaremos a ver algún día este sistema de votación en el Festival de Eurovisión?

De momento, es todo, que me voy a preparar para ir a alguna fiesta de alguna de las delegaciones o al Euroclub. Ah no, que aquí no hay Euroclub.