Después de asistir en directo a los primeros ensayos de los 35 semifinalistas de Eurovisión 2019 y, en algunos casos, también lo segundos, solo nos faltaba por conocer a seis de los protagonistas de esta edición del festival, el Big 5 formado por España, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, y la anfitriona Israel que se presentaron ayer por primera vez en el escenario de la EXPO de Tel Aviv. En esta crónica analizaremos la carta de presentación de nuestros cinco compañeros y rivales, mientras que la explosión de color, la casa y la marioneta de la teatralizada puesta en escena española la puedes leer en su correspondiente artículo. España. ¡Descúbrela!

Francia se ha convertido en una de las grandes sorpresas de Eurovisión 2019. Ninguneado por algunos, infravalorado su mensaje y valentía por otros, y olvidado a estas alturas por la gran mayoría, el primer ensayo de Bilal Hassani arrancó una estruendosa ovación en la Sala de Prensa que incluso llevó a varios periodistas a ponerse en pie en sus mesas de trabajo. Con un evidente entrenamiento vocal y una feminizada y embellecida imagen, las claves de su actuación se centran en dos bailarinas con las que comparte un generoso protagonismo, una de ellas con obesidad y la otra sorda, quienes realizan una espectacular coreografía, tanto en solitario, como interactuando con el cantante, así como en diferentes mensajes de autoafirmación en las pantallas que se pueden resumir en el definitivo “todos podemos ser reyes, todos podemos ser reinas”. Un espectáculo emocionante, emotivo e impactante que ha evitado irse por otros derroteros más previsibles y, ahora, incluirá en su mensaje a otro público con el que a buen seguro conectará su mensaje de superación.

La anfitriona Israel también ha despertado buenas sensaciones con una elegantísima, sentida y sobria actuación de Kobi Marimi. Arropado por seis paneles de líneas rectas e irregulares sobre los que se proyectan diferentes escenas de su videoclip y se duplican en la pantalla trasera, así como por cinco coristas en la clásica formación hebrea. A pesar de los malos augurios a su clasificación en la gran final, su gran voz y excelente directo, su enorme capacidad interpretativa y su contagiosa sensibilidad, llegando a romper en lágrimas al final de su ensayos, deberían tener su justo reconocimiento por parte de los jueces y televidentes europeos.

El italiano Mahmood, por su parte, realizó un descafeinado pase marcado por una evidente desgana y, probablemente, los problemas de salud que sufrió días atrás. La delegación realizó tres escenografías distintas en cuanto a coreografía, realización y visuales, con características similares, y ahora se decantará por una o combinará los puntos fuertes de todas ellas. La relación paternofilial, el maldito dinero y las reminiscencias árabes están muy presentes sobre el escenario en el que destacan los tonos rojizos, azules y negros, sombras adultas e infantiles y mensajes en pantalla que, al igual que el año pasado, permiten al espectador entender la letra de la canción.

Alemania pasó sin pena ni gloria por la EXPO de Tel Aviv con una actuación tan agradable y sencilla como poco competitiva. S!sters cantan e interpretan bien, tienen algo especial en sus miradas y sonrisas y transmiten a través de la pantalla una necesaria complicidad, pero en definitiva poco o nada pueden hacer por levantar una candidatura que, si bien no es mala, tiene muy difícil sobresalir frente a las otras 25 finalistas. A los juegos de realización, luces y sombras entre ambas cantantes, se suman a partir del último estribillo multitud de vídeos en la pantalla LED con imágenes de relaciones familiares, sentimentales o amistosas entre mujeres de diferentes edad que refuerzan la idea de hermanamiento del tema.

Finalmente, el Reino Unido echó por tierra cualquier atisbo de éxito en Eurovisión 2019 en el que participa con la que sin ninguna duda es una de sus mejores canciones de esta década, pero también con una de sus peores puestas en escena. Frente a la historia mostrada en el su bellísimo videoclip, uno de los más aplaudidos de la edición, sobre el escenario sucede la nada más absoluta durante tres minutos. Michael Rice poco puede hacer escondido sobre unos pálidos filtros, perdido entre unos sosísimos visuales y acompañado por un coro que cuando aparece ya hemos perdido toda la atención e interés. No deja de ser llamativo que dos obras creadas por el mismo autor, el sueco John Lundvik, y a pesar de las notables diferencias artísticas entre ambos, vayan a quedar en extremos opuestos de la tabla, síntoma del vergonzante trato que la BBC da al que sigue siendo uno de sus programas estrella.

Mañana, último día de ensayos individuales también protagonizados por el anfitrión y el Big 5, llegará nuestra última crónica previa en la que recopilaremos las mejores y también las peores actuaciones de la segunda vuelta de los 41 países de Eurovisión 2019.  

EUROENSAYOS10M: 

VOTACIÓN PRESS CENTRE:

1º. Francia: 111 puntos
2º. Italia: 68 puntos
3º. España: 50 puntos
4º. Israel: 37 puntos
5º. Reino Unido: 32 puntos
6º. Alemania: 17 puntos

PUNTUACIÓN EUROVISION-SPAIN:

1º. Francia: 8/10
2º. España: 8/10
3º. Israel: 8/10
4º. Italia: 7/10
5º. Alemania: 5/10
6º. Reino Unido: 3/10