La cantante neerlandesa Anneke Grönloh, representante de su país en Eurovisión 1964 con Jij bent mijn leven (en castellano, Tú eres mi vida), ha fallecido durante la madrugada de este viernes en su residencia particular en Francia, de acuerdo con las declaraciones de su mánager, Bart Peeters. La artista se había visto forzada a abandonar los escenarios el año pasado, a causa de dos embolias pulmonares que había sufrido en 2016 y que la obligaron, a partir de ese momento, a transportar constantemente una bombona de oxígeno como aparato de respiración asistida.

A pesar de que su participación en Eurovisión solamente se saldó con un décimo puesto, Anneke ha gozado de una destacadísima y extensa carrera musical, no sólo en Países Bajos, sino también en Alemania y el sureste asiático. Nacida en Indonesia en 1942, pasó sus primeros años de vida en un campo de concentración japonés, tras lo cual se trasladó junto con su familia a Holanda. Sus singles Brandend Zand y Paradiso de 1962 marcaron el inicio de una meteórica trayectoria que se prolongaría durante medio siglo e incluiría más de 30 millones de copias vendidas, cinco discos de oro en un período de 10 meses -lo que le valió una aparición en el Libro Guinness de los Récords– y un fuerte compromiso social hacia las personas afectadas por el SIDA, cediendo parte de sus beneficios a asociaciones de lucha contra la enfermedad.

Grönloh también haría historia en Eurovisión por ser la primera artista de ascendencia no europea en participar en el Festival, abriendo un camino que poco después seguirían la también neerlandesa Milly Scott en 1966 o el portugués Eduardo Nascimento en 1967. Su implicación con Asia, sin embargo, va mucho más allá de la anécdota. Con motivo de la independencia de Malasia en 1963, Anneke grabó el single Oh Malaysia, que rápidamente se convertiría en el himno no oficial del nuevo país y contribuiría a la formación de un espíritu nacional. Durante los años 60 y 70 la influencia de la cantante en la escena musical de Malaysia y Singapur sería sobresaliente, llegando a ser todo un ídolo en el sureste asiático. Hoy se apaga la luz, no sólo de una de las intérpretes más exitosas de todos los tiempos en Países Bajos, sino también de una de las artistas más internacionales que hayan pasado nunca por el festival.