El spin-off del festival europeo para la región del Asia-Pacífico se estrenaría el año que viene, como recoge ESC Insight en una entrevista con el productor ejecutivo del concurso regional, Paul Clarke, que también es el jefe de la delegación de Australia en Eurovisión. “Trabajamos seriamente en el proyecto audiovisual”, tras materializarse el acuerdo entre la televisión australiana SBS, la productora Blink TV y la Unión Europea de Radiodifusión (UER) en marzo de 2016. Este festival asiático con sello europeo seguiría el mismo cometido que el concurso de Europa, según el director general de la SBS, Michael Ebeid, “estrechar lazos multiculturales a través de la música”.

Las televisiones de Australia, China, Japón y Corea del Sur constituirían un Grupo de Referencia propio, un Big Four, a la espera de la corporación india, también interesada en el proyecto eurovisivo en Asia. Esta competición pretende reunir a una veintena de países, aquellos entre Oriente Medio y el óceano Pacífico, por el ansiado micrófono de cristal, y, además, el ganador de la cita musical asiática acudiría a Europa en mayo para batirse con las naciones europeas. En este sentido, la superproducción de Asia de la UER tendería puentes con el concurso original europeo, y entraría en competencia directa con el festival de la Unión Asiática de Radiodifusión (ABU).

El lanzamiento del certamen para el Asia-Pacífico se ha retrasado por situaciones políticas. Las reticencias de China a una posible victoria de Japón sobre su vasto territorio podrían abrir ampollas entre ambas naciones. Al mismo tiempo, el gigante asiático ha prohibido la entrada al país a varios artistas surcoreanos. Mientras, las ciudades interesadas en albergar el futuro concurso se han enemistado: Sydney, Hong Kong y Singapur. Por ahora, la urbe australiana cuenta con la candidatura más sólida, pero el gobierno de Singapur ha puesto sobre la mesa hasta cuatro millones de dólares para organizarlo. Hong Kong habría incurrido en la misma jugada.

Eurovisión se ha vuelto global. Más de 200 millones de personas siguen con atención la superproducción europea, pero muy pronto la audiencia potencial del concurso podría superar los 1.000 millones de telespectadores. Desde otoño de 2016, los miembros asociados de la UER son elegibles para participar en el festival, previa decisión del Grupo de Referencia del ente europeo, abriendo las puertas de la competición de Europa a los Estados Unidos, Canadá, China, Hong Kong, Corea del Sur, Japón, Brasil, Chile, Cuba, India, Bangladés, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Malasia, Islas Mauricio, Kazajistán e Irán.