El próximo Festival de Eurovisión, que se celebrará en mayo de 2013 en la ciudad sueca de Malmö, dejará de lado toda la ingeniería técnica desplegada en ediciones anteriores, como las de Moscú en 2009 o Bakú en 2012, para centrarse en las emociones y en relatar una historia “orgánica” y con una continuidad narrativa a través de un único presentador para las semifinales y la gran final.

Así lo ha avanzado el equipo de la televisión sueca, la SVT, que se está encargando de la organización del certamen europeo, liderado por el productor Ejecutivo, Martin Österdahl.

Suecia quiere dotar a Eurovisión de una nueva dimensión, tal y como revelan los documentos que maneja el comité organizador, de los que se hace eco la web oficial, eurovision.tv, dimensión que pasa por aparcar el uso de la tecnología para “inyectar nueva vida a la competición”.

Y es que, según los organizadores, los ganadores de las tres últimas ediciones, la alemana Lena, los azeríes Ell y Nikki y la sueca Loreen, apostaron por la moderación en el escenario y consiguieron así conectar con el público.

Si echamos la vista atrás, candidaturas como las de la ucraniana Ruslana en 2004 o la griega Helena Paparizou en 2005 emplearon números muy efectistas, con muchos bailarines, para ganar el festival. Los efectos especiales fueron la baza de Lordi en 2006 y Dima Bilan en 2008 para hacer lo propio. Sin embargo, desde que esto ocurriera, los ganadores han sido artistas con candidaturas más sencillas, no tan abrumadoras en lo escénico, a pesar de que las televisionies organizadoras de cada edición seguían empeñadas en el uso excesivo de los elementos tecnológicos.

UN NUEVO RUMBO

Esta tendencia es la que la SVT quiere parar. Para ello, los planes que se están llevando a cabo de cara la organización del festival de 2013 han tomado un nuevo rumbo. “El actual formato de Eurovisión ha caducado. No seguiremos la senda tomada por Moscú o Bakú. Es imposible crear un espectáculo tan extraordinario desde un punto de vista técnico y de iluminación que el realizado en la capital rusa. Por lo tanto, si queremos que el festival avance, hemos tenido que elegir un nuevo camino, y nuestro camino se dirige hacia las emociones y una buena narrativa. Es la nueva dimisión que queremos otorgarle”, explica Martin Österdahl.

El productor ejecutivo de Eurovisión 2013 también señala que la manera en que realicen la próxima edición del Melodifestivalen, la preselección sueca, afectará a la forma de hacer el Festival de Eurovisión, que se celebrará justo tres meses después. “Melodifestivalen ha conseguido atraer cada año a todo tipo de géneros musicales y lo mejor del pop sueco. Participan artistas de diferentes tendencias, todos muy actuales. Y sin duda, esto tendrá su efecto en Eurovisión”, señala.

Österdahl insiste en que en Europa hay una saturación de candidaturas excesivas en su planteamiento escénico. “Con candidaturas que utilizan grandes pantallas LED y efectos lumínicos deslumbrantes, los planos de cámara tienen que ser muy generales, lo cual quita importancia al cantante, que se ven muy pequeños. Se genera mucho aire entre el artista y lo que le rodea, y no creemos que ahí exista el compromiso emocional que debe haber. Pensamos que la gente se ha empezado a dar cuenta de eso, de una forma más consciente, si cabe”, relata.

“Con Loreen —continúa— se eliminó todo ese background accesorio, de forma que los espectadores pudieron estar más cerca de la cantante y las palabras de su canción comenzaron a tener un significado. La conexión que se establece entre el cantante y el espectador es decisiva. Y ese es el camino que seguiremos”.

SIN ESLOGAN Y CON UN ÚNICO PRESENTADOR

Incluso, dentro de este nuevo enfoque de festival, es probable que no haya un eslogan como el de años anteriores, ya que para Österdahl no es compatible con el concepto de certamen que se quiere para 2013.

Todos estos detalles se suman al ya anunciado de que habrá un único presentador. La idea que se tiene es que éste sirva de nexo entre las diferentes partes tanto de las semifinales como de la final. Se jugará con diferentes formas e, incluso, se incluirá al presentador en las postales de entrada, de tal forma que las transiciones sean más naturales. “Es la manera de aprovechar la oportunidad que te puede dar el material pregrabado y cómo conectarlo con las partes del programa de una forma natural y con una mejor dramatización”, concluye Österdahl.