Especial 2019: ¡y sólo quedó la alegría!
A pesar de que los amantes de Eurovisión vivimos nuestro particular fin de año el pasado sábado 18 de mayo, y ahora comenzamos nuestro propio periodo estival, el común de los mortales celebra hoy la Nochevieja, el momento perfecto para recapitular lo que ha significado este 2019 y marcar nuestros propósitos para el 2020.
Eurovisión 2019 será recordado por el triunfo de Duncan Laurence con Arcade por Países Bajos, 45 años después de la última vez; el subcampeón Mahmood con Soldi por Italia, convertida en el gran éxito musical de la edición; el regreso de Sergey Lazarev con Scream por Rusia, colándose de nuevo en el podio; la victoria en el jurado de la también repetidora Tamara Todevska con Proud por Macedonia del Norte y en el televoto de KEiiNO con Spirit in the sky por Noruega; y actuaciones tan espectaculares como las del suizo Luca Hanni, el sueco John Lundvik, el azerí Chingiz, la australiana Kate Miller-Heidke o los islandeses Hatari.
También recordaremos un espectáculo televisivamente impecable en el que Israel mostró al mundo su mejor cara, al menos de puertas para afuera, mientras que entre bambalinas la realidad fue bien distinta, con la organización más caótica de la historia reciente del festival que ocasionó numerosas tensiones entre el Gobierno de Netanyahu, la nueva televisión pública Kan y la UER; una sede, Tel Aviv, prácticamente vacía de eurofans, debido a los desorbitados precios de las entradas y alojamientos, y al rechazo que el propio Estado provoca en muchos turistas y la opinión pública; y unos errores en las votaciones que terminaron por deslucir la edición.
Róterdam, la segunda ciudad neerlandesa situada en la región de Holanda Meridional, tomará ahora el testigo de un certamen del que ya conocemos a los presentadores, escenario, logotipo y eslogan, en unos preparativos que están destacando por la calidad, la eficiencia y la tranquilidad que corresponden al país puntero en materia televisiva de Europa, y todo ello tirando de recursos locales sin las habituales interferencias suecas que han sido imprescindibles para sacar adelante el concurso los últimos años. La historia continuará a partir de aquí y la seguiremos escribiendo y contando en Eurovision-Spain.
SOLO QUEDÓ LA ALEGRÍA
En clave española, tres han sido los grandes protagonistas del año, Miki Núñez, Melani García y Blas Cantó. El 2019 comenzó con una de las finales nacionales más polémicas y ridículas de la historia de España en Eurovisión, y no porque la calidad de los cantantes y las canciones fuera mala, de hecho, se trataba de una de las mejores cosechas de las infames preselecciones públicas de TVE, sino por la negativa de la mayoría de los candidatos a ir al festival, algo que visto con la perspectiva que dan los 12 meses de rigor, a nosotros y a ellos, no merece mucha más atención. El pasaporte a Tel Aviv, por suerte, se lo adjudicó Miki Núñez, quien se había quedado a las puertas de la última lección en La Academia, pero rápidamente supo ver la oportunidad que tenía ante sí. Su tema, nuestra “venda”, compuesta por Adrià Salas de La Pegatina, se anticipó a su propio sonido, se convirtió en una de las canciones del verano y también en uno de los mayores éxitos de esta tercera generación de triunfitos.
TVE, a pesar del conflictivo inicio de temporada, pudo reconducir la situación y realizó una de las mejores campañas en Eurovisión, probablemente la mayor desde que con la primera promoción encabezada por Rosa y Beth se quisiera traer el festival a España, sin intención de ganar, pero sí de agradar, lo cual es de agradecer viniendo de donde veníamos. Bajo el mando de Ana María Bordas, responsable del cambio de rumbo de la delegación española, todavía no conseguimos salir del pozo en el que llevamos sumidos ya un lustro, pero todos los caminos comienzan con un paso, y en la actual dirección ha habido numerosas señas, gestos y, lo que es más importancia, hechos que esperemos que lo antes posible nos lleven, si no a lo más alto, sí hacia la luz.
Uno de los momentos más emocionantes para quien escribe estas líneas, precisamente, se vivió este año en Tel Aviv, cuando después del ensayo de Miki, sus coristas y bailarines, todo el equipo se fundió en un abrazo entre lágrimas de emoción, del primero, al último. Por supuesto que todos, vosotros, ellos y nosotros, queremos ganar el micrófono de cristal, pero esa ilusión y ese trabajo es la mayor exigencia que se le puede pedir a la televisión pública. Y, entre tantas emociones, Miki terminó enamorado del festival y los eurofans de él, pues su cercanía, sus ganas y su profesionalidad lo han convertido en uno de los representantes más queridos y aplaudidos.
La actuación alcanzó el decimocuarto puesto del televoto y el penúltimo del jurado, con un único y humillante punto, un inmerecidísimo marcador que desconcertó a todos, menos a Miki, quien tuvo los pies en el suelo durante toda la quincena de expedición eurovisiva. Desde la distancia, y desde la templanza que solo da el tiempo, probablemente no funcionó la puesta en escena, restándole toda la personalidad y espontaneidad de cuando fue elegida por el público español frente a la gran favorita; ni tampoco Paco, la marioneta que se llevó toda la atención, y todos los memes, cuando el único protagonista era y tenía que ser el propio artista. Sea como fuere, y con todos los errores y las consiguientes críticas constructivas a TVE, la mayoría volvimos a casa con una sonrisa que ojalá se mantenga durante mucho tiempo.
Para sorpresa de muchos, Eurovisión tuvo una segunda parte este 2019, el esperado regreso de España a Eurovisión Junior. Prácticamente a la vez que conocimos la gran noticia, tambien nos presentaron a nuestra abanderada infantil, una encantadora Melani que nos ha robado el corazón a todos con su desbordante talento, su almibarada dulzura y su inagotable entusiasmo. A sus 12 años se marcó la que podría ser una de las mejores actuaciones españolas de la década en ambos festivales, sino la mejor, un canto contra el cambio climático bordado con un extraordinario directo, una impecable interpretación y una puesta en escena que le valieron el bronce para los jueces, la plata para el público y una tercera posición en la clasificación general que supo a oro.
TVE consiguió así la mejor de las estrategias de marketing, volver al concurso del que se fueron siendo una superpotencia, beneficiarse del injusto pero favorecedor sistema de votación y apaciguar a uno de los sectores más críticos con su trabajo, los eurofans, pero equilibrando la balanza, tampoco nadie puede negar que el trabajo realizado en el Junior rozó una excelencia de la que todavía estamos muy lejos en el clásico, por mucho que el sistema de elección deba ser mucho menos opaco, la campaña de promoción nacional algo más eficaz, y la estrategia de comunicación y redes bastante menos improvisada.
Prácticamente sin despedirnos de Miki, saludamos a Blas Cantó, nuestro nuevo representante en Eurovisión. Su elección interna y tempranera, el segundo artista seleccionado para Róterdam, tenía la clara intención de seguir dando buena muestra del cambio de rumbo en la planta noble de Torrespaña, y aunque se pueda criticar, y se critica, no haber tenido en cuenta la canción, si se aplaude el hecho de haberse decantado por alguien con una sobrada trayectoria profesional y una enorme experiencia televisiva, acompañado por un equipo repetidor en el festival del que se quieren quitar una espinita, y con las cualidades y el criterio suficiente para hacer lo que quieran sobre el escenario del Ahoy en Róterdam. En el próximo capítulo cabe esperar lo mejor del 2019, unido a los aprendizajes que nos deja este mismo año, y ojalá todo ello reflejado en forma de un sinfín de 12 puntos.
NO HAY DOS SIN TRES
Eurovision-Spain ha alcanzado en 2019 su mayor número de colaboradores en sus 19 años de historia, un equipo formado por nada más y nada menos que 45 personas, grandes profesionales y apasionados eurofans que con su trabajo día a día, hasta un total de 365, llevan a los ordenadores, móviles y redes sociales toda la información y el entretenimiento relacionado con Eurovisión y, desde hace tres años, también traen a nuestro país un cachito de la magia del festival a nuestro país, la PrePartyES. Juntos y tan solo separados por una pantalla, o un escenario, hemos formado una gran familia a la que solo le podemos desear lo mejor para el 2020. Mucho trabajo, muchos momentos y muchos puntos. Y mucha alegría.
Eurovision-Spain.
Conversación
La evidencia nos muestra sobradamente que participar en Eurovisión en sí favorece la carrera de los artistas participantes al margen del puesto en que se quede. Quedas bottom, pues ?no pasa nada?, ?estoy orgullos@ de mi actuación?, ?nos tienen manía en Europa? y ya está. Mientras se vaya a Eurovisión a ?hacer un buen papel?, sin ansias de ganar, y sólo para promocionarse, nunca nos sacarán del bottom. Y no porque nos tengan tirria en Europa.
Blas Cantó irá como todos a ganar. Otra cosa es que cambie de opinión cuando vaya viendo la competencia y las preferencias del público. No creo que Blas quiera ir para ser despellejado hasta por los calzoncillos que lleve y cuestionado profesionalmente de por vida con la etiqueta de "fracasado" por no hacer top 10 en Eurovisión.
Pues yo era de las que La Venda me gustó, sabiendo que no era un temazo pero disfrutando con el entusiasmo de Miki y su actuación, que, para mi, quedó estupenda. Sin duda, posición aparte, uno de nuestros mejores representantes. Nunca había seguido Eurojunior y me enganché, y me encantó Melani y su Marte, con otra actuación de las que te quedas orgulloso y feliz. Y ya nos queda Blas, con el que creo vamos a disfrutar mucho también, así que esperando que se acaben estas fiestas y dejar atrás un pesadísimo 2019 para mi, y empezar otra vez y por suerte para nosotros otra aventura más en Eurovisión. Como siempre, gracias Vicente por tus artículos que tan bien lo resumen todo, y aprovecho para desearos a todos un feliz twenty twenty!!
Blas Cantó, ¿cómo va a atreverse a decir que va a ESC a ganar con semejante plantel de "fans" que hay en España? Lo más seguro es que sea bottom, y ojalá me equivoque, lleve la canción que lleve. La venda podrá gustar más o menos pero la cantidad de mierdas a las que los jurados dieron más de un punto mira si fue larga...
Buen artículo, estoy de acuerdo con todo menos con llamar espectacular a la actuación del suizo Luca Hanni, una de las actuaciones más sobrevaloradas de los últimos años.
Feliz 2020 a todos y enhorabuena Vicente por tu magnífico artículo. Efectivamente el balance es en general positivo, tan solo discrepo en una cosa, no creo que sea cuestión menor el hecho de que una serie de artistas noveles rechacen una oportunidad de ir a Eurovisión, yo creo que son las consecuencias del maltrato y el abandono al que TVE ha sometido a la marca Eurovision durante mucho tiempo y que ahora, al equipo de Bordás le va a costar remontar. Espero y deseo que con tesón lo consiga.
Blas Cantó: no va a Rotterdam con intenciones de ganar. Lo confirmó anoche en la gala de Nochevieja (tras la pregunta de Roberto Leal). Esto me molesta mucho y hace que me resulte muy difícil entusiasmarme con este chico. Pero bueno, ¡FELIZ 2020!
Aunque el resultado de "La venda" no acompañó, nos dejó un sabor muy agradable, como pocas veces hemos tenido en estos últimos años. Y resumo aún más el resumen anual de Vicente (fantástico, por cierto) destacando sobre todo el cambio de rumbo de TVE y Ana María Bordas. La demostración de que vuelven a tener ganas de Eurovisión ha sido lo mejor del año para mí. Y ojalá el 2019 haya sido el punto de inflexión para que nuestras candidaturas rocen la excelencia, como ha ocurrido con Melani en el Junior. Sigue así, TVE. Y mi enhorabuena un año más al equipazo de Eurovisión-Spain por acompañarnos y alegrarnos la vida. Ojalá que el 2020 sea un gran año eurovisivo.
La verdad es que leyendo el artículo uno se da cuenta de lo apasionante que ha sido este año. A pesar del mal resultado de La Venda, he notado por primera vez ganas de hacerlo bien (a nivel interno de TVE me refiero), y sumado al regreso y éxito en el Junior y la elección interna temprana de Blas Cantó, como artista que está en el mejor momento de su carrera, creo que podría tratarse de un punto de inflexión para España en Eurovisión. Antes había rechazo y miedo a ganar y tener que organizarlo aquí, pero ahora se perciben ansias de ganar. Estaremos atentos al 2020.
Eso, feliz año compañeros!!!, Éste año puede ser el de la unión y concordia..., ojalá