La pandemia mundial de Coronavirus está afectando a todo el planeta y a todos los sectores, también al audiovisual y cultural, e inevitablemente a Eurovisión. La preselección de preselecciones, el Melodifestivalen de Suecia, lleva por este motivo mucho tiempo en el punto de mira de cara a su próxima edición. Hoy, el principal periódico sueco, el Aftonbladet, avanza que el concurso no saldrá de gira por todo el país como es tradición durante sus cuatro semifinales y repesca, sino que también se verá obligado a “quedarse en casa”, en la capital Estocolmo.

La SVT habría decidido cancelar el tour del Melfest para no comprometer la seguridad del público, ni su reputación entre los espectadores, ni poner en riesgo sus finanzas ni las de los ayuntamientos implicados ante la segunda ola del Covid-19. Suecia, uno de los países que menos ha intervenido en la vida diaria de su población en busca de una fallida y muy costosa inmunidad de grupo en términos de defunciones, sí tiene restricciones para los eventos limitados a un máximo de 50 personas. El Gobierno, actualmente, estudia la ampliación a 500, si bien es una medida que dependerá de la evolución de la enfermedad. 

El Aftonbladet señala dos posibles localizaciones para la nueva edición de la preselección, el primero, la sala anexa al majestuoso Globen Arena, donde se situó la sala de prensa de Eurovisión 2016, y el segundo, el Estudio NEP, en el que se graba la versión sueca de Idol. Otro de los aspectos pendientes de confirmación es la presencia de público con la obligatoria distancia de seguridad en los programas. El tabloide también apunta a que la televisión pública sueca ya tendría favorito para conducir el Mello, el cómico David Sundin, quien repetiría por segundo año consecutivo tras el buen sabor de boca dejado la pasada edición, a la vez que se valoran otros nombres para acompañarle sobre el escenario.