ZOON POLITIKÓN

“Animal político”. Así describía Aristóteles al hombre en el siglo IV a.C. En líneas generales decía que este carácter político era el que diferenciaba a los hombres de los animales. El ser humano era capaz de crear sociedades y organizar la vida sociopolítica en las ciudades. Quién no pudiese o no necesitase vivir en comunidad […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ZOON POLITIKÓN

Animal político”. Así describía Aristóteles al hombre en el siglo IV a.C. En líneas generales decía que este carácter político era el que diferenciaba a los hombres de los animales. El ser humano era capaz de crear sociedades y organizar la vida sociopolítica en las ciudades. Quién no pudiese o no necesitase vivir en comunidad era o un animal o un dios.

La órbita política va más allá de las discusiones en un parlamento sobre cómo sacar al país de una crisis, de las investigaciones judiciales contra la corrupción, o de las tensiones entre el gobierno central y un gobierno regional. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, hacemos política aunque no nos demos cuenta. Vemos en los telediarios como gente se queda sin casa. Leemos en el periódico que el derecho de asilo es denegado en muchas partes del mundo. Escuchamos en la radio que ha muerto el último oso polar del Ártico.

Por todo ello, el Festival de la Canción de Eurovisión también es Política. Pero la política de verdad, no la de “Es que se votan entre ellos”. Los artistas mandan su mensaje a la audiencia. Ya sea pedir paz, cuidar el planeta, o contar historias para no caer en errores del pasado. Por mucho que ha querido la UER, el Festival no deja de ser hijo de su tiempo y así lo muestran muchas de sus canciones o momentos promovidos por espontáneos, presentadores, portavoces, televisiones participantes, etc. La intención de esta columna es la de hablar sobre esos momentos que han surgido gracias al contexto en el que vivieron. Me centraré en representaciones pero vamos a empezar con una anécdota.

Corría el año 1964. Apunto de cumplir diez años, el Festival de Eurovisión se celebraba por primera vez en Copenhague (Dinamarca). Desde la sala de conciertos del Tivoli, dieciséis países optaban al premio gordo, que se acabaría llevando el mítico tema italiano Non ho l’età. Debutaba Portugal, siendo protagonista indirecto de la anécdota política. Tras la actuación de la representante suiza, Anita Traversi, un espontáneo bien vestido para la ocasión (eran otros tiempos) subió al escenario danés a mostrar una pancarta. El mensaje era claro: “Boycott Franco & Salazar”. Boicot a las dos dictaduras existentes en la Europa Occidental, la española y la portuguesa. Los espectadores desde sus casas, mientras el ambiente se calmaba y el hombre era expulsado, solo vieron imágenes de la clasificación. Aquí el susodicho y su pancarta:

Avanzamos un poco en el tiempo y llegamos a 1971. En el primer festival, de seis, celebrado en Dublín (Irlanda) aparece la primera canción de corte ecologista. La República Federal de Alemania (la del Oeste, la capitalista) era representada por Katja Ebstein en su segunda participación interpretando Diese Welt. El mensaje es obvio:

El humo de mil chimeneas desciende
Sobre la ciudad y sobre el campo. 
Donde ayer estaban nuestros hijos 
Ahora el petróleo cubre la playa. 
Volamos hasta el mañana en potentes aviones. 
¿Cómo será ese mañana? ¿Insensato o lleno de sol?

No ha sido la única canción ecologista. Chipre en 1991, Mónaco en 2004, Andorra en 2007, o Ucrania en 2010 son algunos ejemplos destacables de que la ecología es un tema recurrente para los cantantes. Y no serán los últimos. Pero eso da para otra columna porque la ecología es una idea muy usada en la música más comercial. Ya he comentado que todo es política en la vida, y la ecología no es menos. La sociedad exige cambios a los gobiernos para que dejen de contaminar y dañar el planeta. Exigen responsabilidades a quién se pase de la raya. Es esta relación entre ciudadanos y gobiernos los que hacen que el tema de la ecología se convierta en problema político. Los activistas medioambientales que luchan contra los lobbys y las grandes compañías hacen política.

Continuamos en 1975 y volvemos a hablar de Portugal. Justo un año antes había tenido lugar la Revolución de los claveles que había depuesto al Estado Novo gobernado por António Oliveira Salazar. Es normal que la representación lusa para el Festival de Eurovisión, que se celebraba por primera vez en Estocolmo, estuviese relacionada con el momento más importante de su historia contemporánea. Duarte Mendes fue el cantante que se subió al escenario. Era militar y su intención era de actuar vestido de uniforme pero nuestra amiga la UER no le dejó, por lo que Duarte se conformó con un clavel en la solapa de la chaqueta. Hablemos del tema, Madrugada. Hace referencia al nuevo comienzo democrático y libre que estaba acaeciendo en Portugal. La letra no puede ser más esclarecedora. Algunos de sus versos son:

“De aquellos que murieron sin saber por qué”
“De las cicatrices de mi vieja patria”

“Hombro a hombro y una flor en cada arma”
“Estoy cantando las alabanzas de la tierra que renace”.

Madrugada no fue la primera canción de Portugal que hablaba de la reivindicación (Tourada en 1973), ni fue la última en hablar sobre el nuevo comienzo (Portugal no coração en 1977), ni la última en hablar sobre la historia lusa (Conquistador en 1989). Además su tema de 1974, E depois do adeus, fue usado como mensaje clave para dar comienzo a la revolución contra Salazar. Cuanto tiene que aprender España de su hermanísimo.

Y saltamos al Festival de Eurovisión 1976. Una de las primeras canciones protesta en la historia del programa musical. Panagia mou, panagia mou de la griega Mariza Koch. Es toda una declaración de intenciones. Es una bofetada con toda la mano abierta a Turquía. La canción habla sobre la invasión turca de la isla de Chipre en 1974. Actualmente es un conflicto que todavía persiste de una manera mucho menos intensa ya que la isla sigue dividida en una parte turca (solo reconocida por Turquía) y una parte griega (que es la que todos conocemos). Centrándonos en la canción, no evita ser directa ni esconderse detrás de métaforas y símiles  para hablar de muertos y refugiados. Es más su versión en inglés se titula The death of Cyprus. Para darle mayor emoción y solemnidad, Mariza tenía la intención de actuar solo con el acompañamiento de un laúd pero la UER le dijo que tenía que usar la orquesta sí o sí.  

En este lugar, cuando vayáis,
Si veis tiendas en fila
No será un camping para turistas,
Serán solamente refugiados
Y si veis ruinas destruidas
No serán de otras épocas
Con napalm han sido quemadas
Y si veis tierra recién arrasada,
No será un campo fértil
Serán cruces plantadas
Que las pudrirá el tiempo

La tensa relación entre Chipre, Grecia y Turquía da para mucho. Pero lo podemos resumir así: Grecia debuta en 1974, se retira al año siguiente argumentando problemas internos y Turquía aprovecha para debutar, y luego esta se retira al año siguiente porque vuelve Grecia. En 1978 ambos países actúan en la misma edición y en 1981, con el debut de Chipre, el trío Zapatista se completa. Pasan los años y parece que los países empiezan a limar asperezas. En 1988 Turquía vota por primera vez a Grecia con 3pts. Grecia hace lo propio en 1997 con 7pts a Turquía. Sin embargo, los chipriotas seguirán recordándonos la crisis política que se vive en la dividida isla mediterránea. Primero en 2003 con el incansable portavoz Loukas Hamtasos que llamó la atención a Europa y pidió paz para la isla justo antes de decir 8 points goes to Turkey. Y después en 2006, en un festival celebrado en Atenas para más inri, el eurovisivo portavoz chipriota Constantinos Christoforou volvió a hacer referencia a la división isleña con un “Good evening Athens, this is Nicosia calling. Unfortunately the only divided capital in Europe”. Mientras el estadio ovaciona a Constantinos, habría que ver la cara de la representante turca. Sería impagable.

Minuto 8:40 para el histórico momento en el que Chipre votaba por primera vez a Turquía.

Hagamos otro salto en el tiempo, esta vez a 1982. El mundo vivía en tensión. La Guerra Fría se había intensificado y el fantasma de la guerra nuclear se levantaba de nuevo. La guerra de Afganistán pasaba por su peor momento. La guerra civil en El Salvador había tenido repercusión internacional. Comenzaba el conflicto de las Malvinas entre Argentina y Reino Unido. Y un largo etcétera del que no vamos a hablar. Con todo lo que estaba pasando, no es de extrañar que la primera canción pacifista del programa musical, la archiconocida Ein bißchen Frieden, venciera la competición. Y no ha sido la única que ha pedido paz: Países Bajos en 1993, Austria en 1994, Georgia en 2008 o Israel en 2009.

Pero alguien más habló de paz pero en otro nivel, Finlandia. Pocos se acuerdan de esta canción que hablaba directamente de la guerra nuclear, si bien estaba escondido en el refrán finés “Duerme hasta (oír) la bomba” que es el equivalente al español “Pegársele las sábanas a alguien”. La amenaza de guerra nuclear continúo durante los noventa y los primeros años del siglo XXI. Así nos lo hizo saber en 2007 Israel con “Push the Button” haciendo referencia a Irán que había conseguido tener su propia bomba atómica provocando una nueva desestabilización en el Próximo Oriente. 

La paz y las tensiones políticas desaparecerían en Europa entre 1989 y 1990. La democracia y la libertad se hacían un hueco con la caída del muro de Berlín. El telón de acero desaparecería. Familias enteras se volvían a reunir. Y la Unión Europea y el tratado de Maastrich estaban a la vuelta de la esquina. Por tanto, la edición de 1990 de Eurovisión se llenó de canciones sobre la paz, la libertad y la unidad de los pueblos. Encima, el escenario no pudo ser más propicio: Yugoslavia, el último país comunista que se desintegraría en el continente pocos años después. Entre las canciones que hablan sobre política tenemos a Reino Unido, Suiza, la Alemania unificada, la ganadora Italia y Austria. Sin embargo vamos a destacar la propuesta noruega. Ketil Stokkan recogía y aglutinaba los sentimientos de todos lo europeos que habían vivido un acontecimiento del tal calibre. Las barreras y los muros habían sido derribadas, ahora empezaba un nuevo y luminoso comienzo. El futuro lo pintaban brillante y alentador. Fue la referencia directa al contexto europeo porque su canción se llamaba Brandenburger Tor. Nos ponía a todos en el momento en el que el telediario emitía las imágenes de miles de berlineses rodeando el monumento y echándolo abajo.

El mundo entero estaba presente
para compartir lo que ocurrió este otoño.
Vimos gente llorar de alegría
y una frontera abriéndose al este.
Nadie pudo evitarlo, todo el mundo estaba ahí
y tuvo que ver la Puerta de Brandeburgo.

Nos vamos a parar en este viaje por las reivindicaciones en el Festival de Eurovisión 1992 celebrado en Malmö. Y volvemos a hablar de Grecia. Esta vez el problema no era con Turquía sino con la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Vamos a resumir la disputa con la mayor brevedad posible: Yugoslavia se desintegra a lo largo de 1991-1993. Surge la República de Macedonia pero Grecia no acepta que haya un país que se llame igual que su región y que use símbolos nacionales griegos como el Sol de Vergina o a Alejandro Magno como héroe nacional. A alguien se le ocurre el nombre de ARY Macedonia pero a los macedonios no les gusta que les relacionen con Yugoslavia. Total, se pone sobre la mesa mil nombres que no gustan ni a griegos ni a macedonios, estos últimos tienen que cambiar hasta de bandera.

Mientras se debate el nombre en las altas esferas de la Comunidad Económica Europea, la OTAN y la ONU, se van celebrando Eurovisiones donde Grecia manifiesta su postura anti-macedonia. Dos canciones destacan entre las demás: Primero en 1992 llevan la canción sobre la esperanza Olou tou kosmou i elpida, y su cantante Cleopatra mostraba un gigantesco colgante con el Sol de Vergina. Y, después, en 1995 con Elina Konstantopoulou interpretando Pia prosefxi que incluía unos versos en griego antiguo. Estos eran “Quieren profanar el honor de esta tierra sin darse cuenta de la soberbia que cometerán”. Clarificador como poco.

La respuesta de ARY Macedonia tardaría en llegar. Debutan en la competición en 1998 pero el mal resultado les obliga a esperar un año y volver en el 2000, pero les pasa lo mismo. Así, en 2002 este país es representado por Karolina Gočeva con el tema “It depends on us”. Ella subió al escenario de Tallin vestida de rojo y con una armadura dorada. El mensaje visual era evidente: emular a Alejandro Magno con los colores de la bandera de la república macedonia. Dos por el precio de uno. Quizás la letra no fuese tan evidente al estar en macedonio y que estaba escondida entre una historia de amor pero si la traduces es obvia, siempre que conozcas un poco la discusión. No querías caldo, pues toma dos tazas. Juzguen ústedes mismos:

Intenta imaginar, por un momento
Un lugar, un trozo de tierra al sur
Que puede ser el paraíso para ti
Pero eso, ya sabes, depende de nosotros

ARY Macedonia también sabía jugar a lanzarse indirectas pero los griegos, orgullosos ellos, se lo devolvieron. Atenas celebro la 51º edición del Festival de Eurovisión y a Grecia viajaba la delegación de la antigua república yugoslava. Desde el debut del país balcánico, la UER ha usado siempre la forma abreviada del nombre provisional: F.Y.R. Macedonia. Sin embargo 2006 fue la excepción ya que la televisión griega escribió todas las letras del nombre: Former Yugoslav Republic of Macedonia. Tú te llamas así y punto. Aquello ocupaba casi media pantalla, quedaba fatal en la clasificación y la pobre Maria Menounos casi se atraganta al decir el largo nombre durante las votaciones. No obstante, los 7pts de ARY Macedonia a Grecia en aquella edición demuestran que las personas vamos un paso por delante que nuestros políticos.

La disputa entre ARY Macedonia y Grecia tras la desintegración de Yugoslavia nos lleva hasta el primer conflicto armado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial: las guerras yugoslavas, más concretamente a la Guerra de Bosnia (1992-1995) entre serbios, croatas y bosnios. En medio de la guerra debutaba Bosnia-Herzegovina. El grupo Fazla llegaba, tras casi jugarse la vida en los pasos fronterizos, a Millstreet con un mensaje de conciencia sobre lo que estaba pasando en Europa. Dos versos de la canción son claves para entender el momento: “Todo el dolor del mundo está en Bosnia esta noche”. Como era de esperar, la delegación bosnia fue de las más aplaudidas y buscadas por la prensa. La BBC emitió hace un par de meses el documental 60 Years of Eurovision y a partir de su minuto 1:01:45 dedican todo un apartado a Bosnia-Herzegovina en 1993. Muchos se preguntaban ¿cómo es que una canción usaba un mensaje tan políticamente contundente en un festival tan blanco? Esta fue la respuesta de una de las componentes a un reportero: “No estamos aquí para usar la tragedia en nuestro país. (…) Esa es la realidad en mi país. Pasa, ha pasado y está pasando ahora. Tienes que entenderlo. Está pasando de verdad.” Las imágenes de la rueda de prensa son emocionantes.

Sin embargo el momento más solemne de la noche fue cuando tocaba a Bosnia-Herzegovina votar. El mundo sabía que iba a ser difícil la conexión y cuando el portavoz Senad Hadžifejzović anunció “Hello Millstreet, Sarajevo calling” el público presente estalló de alegría. La votación vía teléfono fue complicada con un pitido constante las primeras veces y la voz del hombre alejada. La propia presentadora, Fionnuala Sweeney, recordó a los espectadores que la UER llevaba todo el día intentando mantener una comunicación constante con el país balcánico. Algo similar volvió a ocurrir en 1994 y en 1995 con las votaciones. En 1994 a la portavoz bosnia Diana Grković-Foretić le temblaba la voz del miedo y la emoción; y en 1995 detrás de ella aparecía en color rojo el número 21 en escritura romana. Momentos que ponen los pelos de punta.

Llegamos al siglo XXI y nos vamos a detener en 2005. El festival cumplía cincuenta ediciones y se celebraba en Ucrania. El destino quiso que Eurovisión se celebrase justo después de la llamada “Revolución naranja” motivada por acusaciones de fraude electoral, y la televisión ucraniana no quiso perder la ocasión. La canción Razom nas bahato hacía referencia directa al presidente salido de la revolución, Víktor Yúshchenko, al fraude electoral y a la corrupción político administrativa. A pesar de que la UER obligó a hacer cambios el mensaje era el mismo:

Nosotros, estamos unidos
Nosotros, para siempre
Nosotros, hijos e hijas de Ucrania
Ahora más que nunca, basta de esperar
Unidos somos muchos, no podrán vencernos

Ahora vamos a hablar de lo que pudo ser y no fue. “We don’t wanna put in”. Mensaje subliminal como poco. Las tensiones en el Cáucaso empeoraron con la Guerra de Osetia del Sur en verano de 2008, entre Georgia y las repúblicas de Abjasia y Osetia del Sur apoyadas por Rusia. En un primer momento, los georgianos dijeron que no iban a enviar una delegación a Moscú. Luego recapacitaron y escogieron a Stephanie & 3G. La canción no hace referencia a Rusia pero el juego de palabras entre el verbo “Put in” y el apellido de Vladimir Putin bastaron para que la UER diera un toque de atención. O cambiaban la letra o no iban al festival. Los georgianos optaron por lo segundo. Lo mismo ya había pasado en 2007 con Verka Serduchka, Dancing Lasha Tumbai y Russia Goodbye aunque este caso no se pudo demostrar y el artista ucraniano acabó en segunda posición por delante de Rusia. Cosas de la vida.

Acabamos este repaso en 2015. Dos países llevaron canciones que conmemoraban algo: Armenia, por el centenario del Genocidio armenio, y Francia. Resaltaremos la canción de Francia porque si hablamos de Armenia nos meteremos en terreno pantanoso. Lisa Angell interpretó solemnemente, y demostrando porque era la mejor voz del 2015, la balada N’oubliez pas. El tema giraba en torno al centenario del Primera Guerra Mundial. Un conflicto que cambió la vida de los europeos para siempre. El país galo fue quién más sufrió la contienda ya que prácticamente todas las batallas se llevaron a cabo en suelo francés. Lisa nos contaba que no había que olvidar el pasado para no cometer los mismos errores. Describía como un pueblo era arrasado pero que ella se alzaba para hablar de esperanza y cantar a la vida.

Pero estoy aquí
No olvido
En mi pueblo,
Arrasado por la historia

Todas estas representaciones no han sido las únicas que han llevado un mensaje reivindicativo explícito o implícito. La teoría de la conspiración explica que no fue casual que Irlanda fuese en gaélico en 1972 justo cuando el Conflicto de Irlanda del Norte se había recrudecido. El mismo debut de Israel en 1973 pudo haber tenido alguna intención política después de guerras y tensiones entre sus vecinos árabes. En 1980 Noruega fue representada con la canción Sámiid Ædnan que era una reivindicación del pueblo sami contra la construcción de una presa hidroeléctrica en Laponia y el consiguiente destrozo medioambiental. En 1984 la canción italiana I treni di Tozeur escondía un mensaje contra el colonialismo europeo en África. En 1993 Croacia también llevó una canción nacionalista sobre la guerra aunque mucho más disfrazada que la de sus vecinos. En 2009 Azerbaiyán puso una queja porque en la postal de Armenia aparecía el monumento “Somos nuestras montañas” que se encuentra en el enclave del Nagoro-Karabaj, la televisión rusa eliminó esa parte de la postal y como respuesta la portavoz de Armenia, Sirusho, apareció junto a una imagen del monumento de fondo y en su carpeta donde tenía apuntados los votos. En 2011 y 2012, Portugal y Montenegro respectivamente hablaban de la crisis económica. En 2016 Ucrania hace referencia a la forzosa deportación de poblaciones tártaras de Crimea hacia el Asia central, y Grecia habla sobre la crisis de los refugiados.

Todos estos ejemplos, algunos con más peso que otros, nos demuestran que el Festival de la Canción de Eurovisión no es un evento apolítico y blanco. Como tampoco lo son los Juegos Olímpicos, el Mundial de Futbol o los premios Óscar. Ninguno puede evitar estar influenciado por la política porque somos seres que la necesitamos. Somos seres políticos y es casi imposible separarnos de ella.

¡Viva la política!

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