VERGÜENZA AJENA

Hace apenas unas horas que ha terminado la primera gala del mítico Melodifestivalen. Como espectador no puedo evitar mostrar mi más sincera admiración, como eurofan la envidia de no tener esto en casa y como español la vergüenza ajena de nuestra final. No me entendáis mal, nuestros eurocandidatos de este año me parecían, al menos […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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VERGÜENZA AJENA

Hace apenas unas horas que ha terminado la primera gala del mítico Melodifestivalen. Como espectador no puedo evitar mostrar mi más sincera admiración, como eurofan la envidia de no tener esto en casa y como español la vergüenza ajena de nuestra final. No me entendáis mal, nuestros eurocandidatos de este año me parecían, al menos la mitad de ellos, dignos del festival, pero no TVE.

Un sonido cuánto menos horrible, una producción casposa, unas posibilidades escenográficas penosas y es que… En serio, ¿Soy al único al que ese escenario le pareció patético? Han pasado muchos días, gracias a los que podré realizar esta columna de un modo más objetivo, pero no puedo evitar hacer un breve análisis de lo que para mí fue esa final.

Bien, comenzaré por el escenario. Un escenario del cual si algo me sorprendió fue para mal, muy mal. Lo peor de todo, esa improvisada y cutre Green Room y la rejilla que había justo detrás del jurado, ¿Nadie en TVE vio que estaba torcido y mal colocado? Si tuviera que decir algo bueno, solo me saldría señalar al “logotipo” de Eurovision, luego recuerdo el de Destino Oslo (por ejemplo) y se me pasa, vuelve a ser otro detalle muy negativo. Por no hablar de la única mini pantalla led que había en todo el escenario. Una TVE ejemplar con los recortes, incluso de pantallas led.

Si tuviera que analizar el sonido no cesaría en mi crítica ya que no dieron una, todo estuvo mal. Por no hablar de los fallos de sonido e interferencias del micro de Julia Varela e Irene Mahia.

Nuestros candidatos, por fin algo bueno de lo que poder hablar de esta gala. Pero antes me gustaría romper una lanza a favor de TVE también por el jurado propuesto este año, realmente competitivo (y no es ironía). BAREI, qué decir de ella, su música y su estilo la encumbran, Say Yay tiene un rollo muy especial que simplemente transmite (por algo era mi favorita). ELECTRIC NANA, otra canción que me parecía muy competente en el festival pero ese minutito que faltaba me temo que le jugó una mala pasada. SALVADOR BELTRÁN, una canción que en el audio me parecía bastante simple, y he de decir que me sorprendió para bien en el directo. XUSO JONES, su canción era digna de Eurovisión pero me temo que no hubiéramos conseguido más que llevar algo ya sonado y manido. MAVERICK, sigo sin entender como algo que parecía que iba a ser muy grande acabo en eso, una canción bastante plana. Y, por último, aunque no menos importante, MARIA ISABEL (Marisa para los amigos), bien, el tema era movido, bailable, con una puesta en escena dinámica pero la canción también sonaba manida, tampoco tenía nada especial con lo que decir… ¡ES ESTA! La única que a mi me transmitió tal afirmación fue la de Barei, incluso Electric Nana también me lo transmitió, pero ninguna más. 

Hasta aquí el primer análisis de mi vergüenza, y es que esto no es todo, por desgracia. No puedo evitar pronunciarme acerca del berrinche que se ha pillado la Real Academia Española por el hecho de que nos represente una canción en inglés. Señores de la RAE, ¿Preferirían enviar una canción en español, verdad? A ustedes no les representa la lengua de Shakespeare pese a que, y cada día más, es una realidad en la vida de los españoles. Me hace gracia que en España, un país donde si no dominas el inglés o cualquier otro idioma europeo ni siquiera tienes derecho a sacarte una carrera, se critique a una artista que quiera cantar en uno de esos idiomas. Claro que no me queda más que sonreír y desearles un buen bote de vaselina. Si a ustedes no les representa el inglés, a mí no me representa una lengua que acepta palabras como “toballa”, “almóndiga” o “culamen”… Lo próximos me temo que será “cocreta” y “pograma”… Señores de la RAE no, no están bien dichas, por mucho que digáis que sí. Lo mismo que escoger una canción en inglés no es el apocalipsis, tranquilos, habrá más elecciones internas pero, de vez en cuando, la voz del eurofan debe oírse y así ha sido.

Si me gustaría añadir, para finalizar, que desde aquí mando todo mi apoyo a nuestra candidatura: una candidatura fresca, con buen rollo, buen mensaje (y un mensaje que llegará) y sobre todo una artistaza que la defenderá, BAREI, una mujer apartada de los focos y la fama pero que, sin duda, es uno de los motivos por los que descubrir a nuevos artistas es tan importante. Artistas que buscan la gran oportunidad para sus vidas y carreras, gran oportunidad que puede ser y es perfectamente Eurovision. Todos recordamos lo conocidísima que era Ruth Lorenzo en España antes de que los eurofans le apoyaran (Ironía modo ON). 

Lo dicho, Eurovision si interesa, Eurovision si tiene público y Eurovisión si es rentable… Pero hasta que TVE no aprenda estas tres simples ideas nunca viviremos dentro de nuestras fronteras nada parecido a un Melodifestivalen. Y es una lástima, porque este año parecía que TVE empezaba a hacer las cosas bien, esperemos que todo lo que han ahorrado en Objetivo Eurovision sea invertido en una buenísima puesta en escena; ya que, por lo pronto, solo habeis conseguido que la imagen de 'Eurovision España' en Europa sea un poco penosa. No me extraña que no ganemos, ¿Creeis que Europa se arriesgaría a una cagada así en pleno Eurovision? 

Bien, hasta aquí mi primera columna, podría seguir páginas y páginas de verborrea en la lengua de Miguel de Cervantes pero me temo que sería repetirme. Say Yay!

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