VASILE, FELICÉRRIMO POR LA VUELTA DE ITALIA

Dando saltos de alegría se halla por los pasillos de Fuencarral. Así tenemos a Paolo Vasile tras la buena nueva -qué expresión más rancia, por cierto- que nos trajo la UER a comienzos de diciembre. Si es que Svante no podía irse y dejar su gran asignatura pendiente, así que agotó sus últimos cartuchos, hincó […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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VASILE, FELICÉRRIMO POR LA VUELTA DE ITALIA

Dando saltos de alegría se halla por los pasillos de Fuencarral. Así tenemos a Paolo Vasile tras la buena nueva -qué expresión más rancia, por cierto- que nos trajo la UER a comienzos de diciembre. Si es que Svante no podía irse y dejar su gran asignatura pendiente, así que agotó sus últimos cartuchos, hincó los codos y en la convocatoria de diciembre se ha quitado de encima su espinita: la RAI, de nuevo en Eurovisión.

Pero que no eclipse nuestro venerado Svante al homenajeado de hoy en esta columna, el signore Vasile. Este italiano, que dirige la cadena insignia de la telebasura en España, ha logrado llevar a Telecinco al liderazgo anual en repetidas ocasiones y, dentro de las privadas, goza del reinado desde los últimos 7 años… ahí es nada.

Así todo, el signore oculta algo que a todos os va a sorprender muy gratamente, que no porque sea muy muy patriótico salta por los estudios por la vuelta de la RAI… Sino que os puedo asegurar, y aseguro, que el consejero delegado más famoso de la televisión es -please, pay attetion!- ¡todo un eurofan! (un fundamentalista, un integrista, según su propia cadena). El gran magnate audiovisual ha demostrado a lo largo del último año y medio la importancia que tiene la producción europea para él, ¡toda una obsesión!

A lo largo de mi parrafada -tras más de medio año abandonados por el que escribe, queridos lectores- os daré detalles y pruebas de este gran descubrimiento: ¡La pasión de la purpurina, focos, ventilador y schlager de Paolo Vasile!

PRIMER LANCE: Karmelita

Remontémonos a agosto de 2008. Plató del programa de sobremesa Sálvame. Batallitas varias de los “colaboradores”. Karmele Marchante, ebria de gloria y felicidad. La casi septuagenaria danza y “karaokea” (porque recordemos que lo suyo no puede calificarse de canto) las antiquérrimas canciones que interpretaba con sus compañeras pubérticas en el cole, de allá, de los años de Francisquito. Y de repente, comienza la coña del año, la que nos daría tantas visitas a esta web (Karmele, te queremos). “Karmele a Eurovisión”. Comienza el chow.

Vasile queda fascinado por la sensual idea y anima a La fábrica de la tele, productora del programa, para que tire del carro, que da para una trama larga y puede cubrir horas mil de las tardes entretenidérrimas de Telecirco. Barapitupendo.

¿Qué se vendía? Eurovisión.

SEGUNDO LANCE: Y gira…

El circo estaba montado y no había tarde donde Eurovisión no fuera protagonista, todos los días comentarios, vídeos, falacias, qué más da, minutos y minutos de televisión vaya, casi nada.

Se siguieron las votaciones con lupa diariamente, lo que no hicieron con las normas vamos, y hasta hicieron reportajes en La noria, de la que su redacción pidió consejo a esta web, por cierto.

Finalmente, tras semanas y semanas alimentando el guión de Sálvame, tuvieron que decir adiós. Publicamos el reportaje sobre las normas incumplidas, pataleo, puerta de atrás y se esfumó.

A mí, personalmente, me dio incluso pena… pero realmente le hicimos un favor, la hostia hubiera sido muy superior si le llega a pasar algo como a John Cobra, pero a escala de 20.000 personas en plena capital escandinava.

Y por cierto, que Karmele se iba a presentar en Oslo en plena semana eurovisiva, pero finalmente sabiendo que su idea no “vendería” en el primer mundo, Noruega, excusó hacernos la visita. Mi idea a su llegada era hacerme la foto del beso de judas con ella, una pena.

A todo esto, ¿qué vendía todos esos meses Vasile en ambos programas? Eurovisión.

TERCER LANCE: Habemus voluntârius

Y cuando todo parecía que había acabado, Sálvame intentó alimentar durante las semanas anteriores su programa con el evento de la UER. Se hablaba del representante de TVE, de las reacciones de Coral, tonterías por aquí y por allá, lo de siempre. Pero, sorprendentemente, seguían cubriendo minutos de algo que a ellos les es indiferente, del que carecen de cultura y que, supuestamente, es “una frikada que no interesa a nadie” (persona-que-preguntes-por-la-calle dixit).

Pero llegó la guinda, el patetismo de este país se vio reflejado en la actuación española en Oslo de la mano del espontáneo con menos cociente mental que una zanahoria en celo, Jimmy Jump.

Cómo no, “minutos en La noria y Sálvame, por favor”, pidió Vasile enérgicamente. La televisión española no podía dejar pasar el carro tras John Cobra, así que sacó tajada: más minutos y entrevista en exclusiva en el programa de J.J.

¿Y qué seguía vendiendo? Eurovisión.

CUARTO LANCE: Kiko y su purpurina

Para junio, la atmósfera eurovisiva ya había pasado, pero no se iba a permitir que hubiera acabado aquí, no. En pleno agosto, y para animar esas refrescantes sobremesas, Kiko Hernández y Rosario Mohedano, gente que la canciller Merkel contrataría para suplir esos puestos profesionales de alta formación, tuvieron a bien soltar que ellos se presentarían como dúo al festival. Toda una honra, sin duda (para el signore Vasile, claro).

La alegría duró algunas semanas, pero digamos que durar… duró poco. Ambos discutieron en el programa, por lo que ella le mandó a tomar vientos a él. Este se presentó en solitario e incluso antes de que el jurado del casting le dijera “tararí” lo expulsaron por el apoyo mediático, o mejor dicho, sacar audiencia a costa del ESC. Fastuoso todo.

Vasile se deprimía, nunca llegaría a Eurovisión con su cadena, y con la ingente ilusión que le hace tras tantos intentos. “¿Por qué los de La Sexta pudieron y yo no?”, pensaba.

Pobre hombre.

QUINTO LANCE: Creando híbridos

Pero entonces, harto ya de tener que depender de TVE para sentirse en el medio del huracán, o más bien del ventilador, pensó: “pues si no puedo me hago mi propio Eurovisión”. Y de ahí empezó la máquina de ideas del magnate…

¿Primer resultado? La gala Juntos, con Soraya incluida. Mucha purpurina, ventiladores y, lo que no podía faltar, ¡puntos! Points y más points, con jurado incluído. Disfrazado de dúos, Vasile mojó los Abanderado.

Pero la cosa no acababa ahí… Como el italiano es bien conocido por su ambición y quería seguir metiendo a presión todo aquello que oliera a schlager, siguió barrenando hasta que cayó: “¡GHVisión!”. Dicho y hecho. Lo planteó a Endemol y hablaron con los demás Grandes Hermanos: Grecia saltó de la alegría e Israel ya no te digo, el share iba a explotar cual escote de Chari.

El caso es que no se inventaron canciones y el homenaje fue tal cual. Los concursantes de España retaron a los de Israel y se cantaron los unos a los otros, A-ba-ni-bi y Bandido, con una pronunciación bastante aceptable, aunque no entendí como teniendo “j” en nuestro abecedario, los concursantes españoles no fueran capaces de pronunciarla como es debido en hebreo (y que fueran ingleses…).

La verdad es que el momento eurovisivo en GH me pareció realmente surrealista, me puso hasta nervioso, y Vasile debió quedar cual primeriza recién acabada de parir: por fin Eurovisión con todas sus letras en Telecinco.

…¿SEXTO LANCE?

Dudo que el gran patrón italiano se quede contento y no tenga ansia de más. Cada día veo más cerca una copia descarada del festival de la UER realizada en España por la cadena de Fuencarral para hacer competir a Catalunya con Andalucía y así hasta 17 autonomías, ya sabéis por donde voy, ¿no? Mejor no doy ideas…

Queridísimo Paolo, como gran empresario de este país, gracias por demostrar que el formato europeo es lo más explotable y audimétricamente destacable que se puede emitir en televisión. Has dejado en claro, de manera práctica y muy patente, lo que todos negáis para seguir dándole cuerda al juguete: Eurovisión vende y está por encima de vuestros guiones.

De nuevo, gracias 🙂

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VERSIONANDO… 14

Tras citar tanto ese estilo tan característicamente sueco, el schlager, que ya está grabado a fuego en la historia de los dos festivales, Melodifestivalen y Eurovisión, en este nuevo Versionando traigo una gran cover de Darin, interpretando Hurts, de la carismática Lena Phillipson (Suecia 2004), en su versión original en sueco,  Der gön ont.

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