VALSES EUROVISIVOS, PRIMERA PARTE

Este año sí que sí. Este año hemos hecho los deberes como debe ser. Sacamos calidad, la mejor calidad de lo que hubo en nuestra preselección el pasado 22 de febrero. Es la elegancia, la sobriedad cómo hacía años que no veíamos. Y eso, queridos, no puede dejar indiferente a nadie, no hay más cáscaras. […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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VALSES EUROVISIVOS, PRIMERA PARTE

Este año sí que sí. Este año hemos hecho los deberes como debe ser. Sacamos calidad, la mejor calidad de lo que hubo en nuestra preselección el pasado 22 de febrero. Es la elegancia, la sobriedad cómo hacía años que no veíamos. Y eso, queridos, no puede dejar indiferente a nadie, no hay más cáscaras. Daniel Diges es magistral, y cómo está llevando esto de Eurovisión. Más profesionalmente no se puede mantener uno ante en vendaval que se avecina. Con Dani llevamos por segunda vez un vals, pero no ha sido el primero, ni será el último. Suelen ser temas deliciosos queden en la plaza que queden, en mi columna eso quedará bien patente. 

Sería muy complicado hacer un recorrido por aquellas canciones de Eurovisión que suenan a vals o son valses propiamente dichos, un tres por cuatro que gusta a todos porque incita al baile y agrada. Es muy popular, porque ya el vals nació como música muy popular, nunca pasada de moda, eso está claro. 

Pues como decía, no me puedo parar en todos los valses de la historia de Eurovisión, por eso lo haré en dos columnas y con siete temas cada una, destacando los que a mí me apasionan y por eso hago este ramillete de canciones, dedicadas no sólo a todos los que nos leéis en eurovision-spain.com, sino también y muy especialmente a Daniel Diges.  

En 1958 ganó Eurovisión el rey del charme francés, el Príncipe Blanco de la canción francesa desde los años cuarenta, monsieur André Claveau. Cuando llevó a Hilversum “Dors mon amour” o “Duerme mi amor” tenía ya 46 años y mucha carrera anterior. Nos dejó en 2003 con 91 años y fue una figura mítica en su país, retirado de los escenarios en los años sesenta. La cadencia elegante del tema que ganó en la tercera edición suena mucho a vals. Es de una compostura perfecta, sin perder la energía nunca, pero sin dispararse en ninguna nota que magistralmente también dirigió otro grande de la música, el añorado Franck Pourcel. Sube y va meciéndose como eso, como una canción de cuna porque nos dice duerme, duerme mi amor, duerme en la cruz de mi corazón… Deliciosa, en el vídeo de abajo lo comprobamos.

Suiza en 1961 quedó tercera con otro tema en forma de vals con Franca Di Rienzo y su “Nous aurons demain”, fantástica en Cannes. De hecho llevaba los mismos compositores que dieron la victoria a Lys Assia en 1956. Suena romántica porque es un puro romance con sones de primavera y ella cantó con esa sencillez que da la experiencia en los escenarios. Esta mujer también tenía una carrera sólida, justo el mismo año en que nosotros debutamos con nuestra querida Conchita Bautista. Esa mirada de melancolía de la intéprete como de no haber roto un plato nunca resulta maravillosa, puesta a merced de una letra mágica.

Otro vals, anfitrión en el Festival de 1964, fue la canción de Bjorn Tidmand, con los arreglos musicales de Kai Mortensen que dio el triunfo al tema ganador del año anterior de Grethe & Jorgen Ingmann. Es una canción totalmente señorial, lástima que de ese año no haya imágenes porque como todos sabemos se quemaron en los estudios de la cadena danesa poco después del Festival en un maléfico incendio que acabó con casi todos sus archivos de entonces. Pero tenemos el sonido de audio ya que se emitió por emisora de radio también. Pues bien, este señor ya quedó segundo en la preselección de su país el año anterior, y en Copenhague '64 sólo pudo ser noveno. Su éxito se prolongó en el tiempo y también se hizo un referente en la música nórdica desde la década de los sesenta, todavía en activo, ya no sólo como cantante, sino también como presentador de fama, sobre todo en la década de los ochenta. Aún hace conciertos, es todo un clásico. Aquí el vals de Tidmand “Sangen om dig”…

Entramos en los setenta con una canción que aunque no obtuvo ningún punto porque ese año el sistema de votación y la poca participación de países, sólo doce, daba poco margen para destacar en la tabla clasificatoria. Se trata del divinísimo y bellísimo David-Alexandre Winter con la dirección orquestal de Raymond Lefèvre. Dios mío, mejor no se puede cantar, con mayor energía en un Festival delicioso ese año en Amsterdam. Representó a Luxemburgo, pero él nació precisamente en la ciudad donde se hizo el Festival ese año, es holandés y su nombre real es Leon Kleerekoper. Iba a Eurovisión habiendo sido el año anterior récord de ventas con “Oh Lady Mary!” Vendió 750.000 copias nada más y nada menos, es todo un clásico también. Por cierto, ¿alguien puede llevar mejor el traje frac con camisa de chorreras?, que vengan y me lo digan, me enloquece este hombre, su voz. “Je suis tombé du ciel” tenía letra de Eddy Marnay que dio el premio compartido a Frida Boccara en aquel cuadrúple empate de 1969 en Madrid. Esta composición es un verdadero canto al amor de un optimismo pleno.

Y seguimos con otro holandés que esta vez sí representó a su propio país en Luxemburgo en 1973. Se trata de Ben Cramer, muy popular todavía en los Países Bajos, como show man, participante hasta de un reality show en el Gran Hermano Vip holandés en la pasada década. Pero principalmente es cantante de musicales, como “Chicago”, “Evita” o “El Fantasma de la Ópera” en su país. Se apoyó en Eurovisión de acordeón y su música suena orginal y muy circense, como la de nuestro Diges. Aunque el de Diges sea mejor tema que este, no por menos Cramer también lo hizo muy bien y cantó genial su “Viejo músico” “De oude muzikant” compuesta por Pierre Kartner, el mismo que ha hecho la canción de los Países Bajos para Oslo 2010 y que también hizo la música de Los Pitufos, madre mía. A mí me gusta qué quéreis que os diga, aunque creo que la orquesta se cargó un poco la melodía, y el final fue fatal, pero él estuvo muy digno, chorro de voz no le falta al hombre, todo hay que decirlo. Sólo pudo quedar en la plaza decimocuarta. Intentó representar a su país en 1981, pero no fue escogido para ir a Dublín.

España llevó su primer vals con José Vélez bajo el título “Bailemos un vals” y valga la redundancia. Es una canción de Ramón Arcusa y Manuel de la Clava, compositores del “La, la, la” y como todo sabemos, componentes del mítico Dúo Dinámico. José Vélez figuró como uno de los favoritos en París en 1978 aunque sólo quedase en noveno puesto. Su número fue bueno principalmente porque canta muy bien y la canción es muy pegadiza, te sube enormemente la moral. De hecho sigue siendo recordada como una de las canciones más populares de nuestra nómina de representaciones, treinta y dos años después. José Vélez era muy conocido en antes de ir a Eurovisión por su “Vino griego” o “Piel romántica”, canción con la que quiso salir ya en el Festival en 1977. Su carrera fue muy fructífera en esa década y en la siguiente en América Latina. Recuerdo su paso por “Destino Eurovisión” en 2004 y debo decir que jamás he conocido a una persona más encantadora que este gran señor de la canción.

Y para acabar, con la misma canción con la que empezaré mi próxima columna, España 2010, porque me encanta, porque la quiero promocionar, y porque me da la gana. En Oslo estará el madrileño Daniel Diges nacido en Alcalá de Henares en 1981. Actor, cantante y figura de carisma, hay sólo que darle tiempo, ha convertido su tema en un clásico nada más empezar. Es de esas canciones inolvidables, que se pegan por su melodía envolvente y porque como él dijo, menos es más y así ha sido. De Dani seguiré hablando en la próxima entrega y de más valses claro. Me despido por hoy con “Algo pequeñito” de Jesús Cañadilla con arreglos de Alejandro de Pinedo. Sólo me gustaría una cosa, que claro ya es inviable, o no, nunca se sabe, que a Daniel le acompañase detrás una gran orquesta como se hizo con Nina o Sergio Dalma, para engrandecer más una melodía a la que le vendría como un guante. Yo lanzo la idea por si alguien la quiere pillar, sería genial para nuestra canción en esta ocasión.

 

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