TVE, QUE NO SE REPITA

Después de semanas de contenida ausencia e inhibición a la hora de expresar opiniones y juicios de valor por respeto tanto a Televisión Española como a los candidatos al ser aspirante a “quinto elemento” del Jurado Oficial de Eurovisión 2009 (enhorabuena, Víctor), vuelvo a las andadas, que uno tiene ya su mono. Lo primero de […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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TVE, QUE NO SE REPITA

Después de semanas de contenida ausencia e inhibición a la hora de expresar opiniones y juicios de valor por respeto tanto a Televisión Española como a los candidatos al ser aspirante a “quinto elemento” del Jurado Oficial de Eurovisión 2009 (enhorabuena, Víctor), vuelvo a las andadas, que uno tiene ya su mono.

Lo primero de todo, antes de entrar en el meollo de la cuestión, es dar las gracias al equipo de eurovision-spain.com y a todo el mundo que ha confiado en mí y me votó tanto en RTVE.es (¡menuda penitencia de mes!) como en la improvisada semifinal del sábado. Es grato saber que hay tanta gente, capaz de gastarse los euros, para apoyarte e intentar cambiar la idea que se tiene de Eurovisión, aunque la corporación pública, a pesar de insistir en la modernidad y en huir de lo casposo, no lo ponga fácil con tremendo espectáculo presenciado el sábado.

No volveré a recrear los cariñosos y merecidos adjetivos que han dedicado tanto mis compañeros de columna como otros medios nacionales (la gala ha sido “una mierda de colosales proporciones“, se despachaba el Teletridente de elmundo.es) a la corporación pública ante el despropósito del sábado originado por tanta improvisación y falta de profesionalidad de muchos en TVE.

¿Pero dónde está la cualificación, si es que tuvieron alguna, de los técnicos de sonido de la cadena pública? Si la caída del indescriptible Pedro Martínez yes, we can!) me dejó a cuadros, obnubilado sigo aún ante tanto cúmulo de errores con el sonido de los cantantes.

Hubo momentos más propios de una república bananera que de la cadena pública española por excelencia, que para colmo es miembro del todopoderoso Big Four. Temblando debe estar Stockselius de pensar en la remota posibilidad de que un día Eurovisión se organice en España. ¡Pero qué buena prensa la del sábado para esos cursos de formación en imagen y sonido del Instituto de RTVE tan promocionados durante las votaciones en RTVE.es!

Es una auténtica pena que la falta de profesionalidad de muchos el sábado en el Casino-Teatro de L'Aliança del Poblenou empañe y tire por la borda la excelente labor y mejor trabajo que este año están haciendo profesionales como Vicky Bolaños, desde la web de RTVE.es, que es quien realmente se está volcando con este proceso de selección.

Además, con galas de semejante enjundia, el camino recorrido en los últimos meses y el esfuerzo que está realizando el Departamento de Festivales de TVE para intentar atraer a grandes artistas y casas discográficas a las preselecciones eurovisivas caerá en saco roto.

Y también es una pena que el trabajo y el esfuerzo de muchos artistas (Melody, Yulia Valentayn, Noelia Cano… por citar a algunas de las más afectadas) por llegar al escenario de una semifinal y aspirar a acudir al Festival de Eurovisión de Moscú, se vea pisoteado, ¡de qué forma tan miserable!, por tanta ineptitud, torpeza y negligencia juntas de funcionarios que ni por asomo ven peligrar sus puestos de trabajo. Si esto fuera una empresa privada, otro gallo cantaría. ¿Qué pasó, señor Santiago Tabernero, director del engendro?

En cuanto a la audiencia, TVE tiene lo que se merece, un muy pobre 6,5 por ciento de share, gracias encima a los acérrimos eurofans, que estuvieron ahí al pie del cañón, eso sí con palillos en los ojos o cinco copazos encima, hasta ese final que se aproximó a las 3 de la madrugada. ¡Ni en Malta se alargan tanto para elegir a Chiara! ¿Cómo es posible que una semifinal de una preselección dure más incluso que un Festival de Eurovisión? ¿Pero es que nadie de Televisión Española ha visto el Melodifestivalen sueco, que en hora y media se liquidan una semifinal? Y no me vengan con memeces de que Eurovisión en España no gusta o no interesa, cuando siempre y desde hace muchos años es el programa más visto el día de su emisión en mayo. Lo que ocurre, señores de TVE, es que a los españoles no se les puede tomar el pelo a cualquier precio, porque de tontos tienen poco.

Lo mejor, sin duda, la profesionalidad y el savoir faire de Alaska, el equipo de producción con Irene y Montse a la cabeza, y la esperanza de que este cúmulo de errores sirva para que las galas venideras salgan perfectas… ¿o es mucho pedir? Es que hasta Albania y su Festivalii i Kenges son los Grammy en comparación con lo presenciado el sábado.

Mucho ánimo a todos los artistas que saldrán, sin ninguna duda, a comerse el escenario en las próximas galas, y ante todo mucha suerte, ya que, como TVE no cambie, que esperemos que sí, la van a necesitar. Ah, y cuidado que cuenta una leyenda urbana que en el escenario de El retorno existe un agujero negro poseído por el espíritu de un tal Chikilicutre ya fallecido…

P.D. ¡Pero qué bien vimos los quintos elementos la gala desde la salita donde peinaban y maquillaban a los bailarines porque era la única donde en un rincón había restos de comida y una televisión! Toda una experiencia, sin duda, al igual que el comentario de Uribarri tras la gala sobre el criterio para elegir al quinto elemento: “¡Si lo hemos hecho por sorteo!”, espetó. Ver para creer, más sabiendo que el ganador Víctor Escudero —que lo hará fantástico no me queda la menor duda— ya colaboró en su día con el eterno jubilado.


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