Cuando parece que lo hemos visto todo en la surrealista relación existente entre TVE y el Festival de Eurovisión, los actuales directivos de la corporación pública se afanan todavía más en rizar el rizo para que todo parezca aún más esperpéntico.

En estado de shock todavía me encuentro después de escuchar al director de TVE, Javier Pons, soltar por su boca las perlas más estrambóticas que jamás había oído sobre Eurovisión, la UER y la teoría de las mayorías y las minorías.

Declaraciones que no pueden proceder más que de la ignorancia, bastante atrevida por cierto, y de la falta de interés más absoluta por uno de los festivales de música más importantes del mundo, que por cierto, hay que recordarle al señor Pons le reporta audiencias millonarias a la televisión que dirige para convertirla, según le gusta presumir, en la primera cadena del país reconocida socialmente.

El máximo dirigente de TVE no puede decir, en plan arrogante encima, que ya ha reprendido a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) por cambiar la final de Eurovisión 2010 del tradicional sábado a un miércoles, y encima hacerla coincidir con la final de ese gran evento de masas mundiales, como es la final de la Liga de Campeones.

Al señor Pons parece que se le olvida un pequeño detalle: la final de Eurovisión será el 29 de mayo de 2010 en Oslo, tal y como acordaron ya hace días la UER y la televisión noruega NRK, mientras que la final de la Liga de Campeones es justo una semana antes, a pesar de que en rtve.es siguen manteniendo que ambos eventos coinciden.

Ante tanto cúmulo de incoherencias, sólo me cabe hacer una pregunta: Señor Pons, ¿usted qué se ha fumado? Menudo bochorno (uno más) ante el organismo de televisiones europeo. Todavía deben retumbar las carcajadas del señor Svante Stockselius, supervisor de Eurovisión para la UER, ante tanta paletada e ignorancia española.

Señor Pons, no se puede ser director de TVE y cometer errores de tal calado, que lo único que demuestran es una ignorancia supina y una falta de interés y profesionalidad tremenda. ¿A usted quién le asesora cuando habla sobre Eurovisión, porque cada vez que lo hace se cubre de gloria?

No olvidemos que existe un responsable de Festivales, que a su vez es jefe de la delegación española en Eurovisión, el señor Federico Llano, que a estas alturas de la película, y ante tanto despropósito, debe estar sonrojado no, lo siguiente.

Señor Pons, tampoco se puede ser director de TVE y no saber que quien ha cambiado la fecha de emisión de la final a un sábado es la UEFA con la Liga de Campeones, y no la UER, con Eurovisión, más teniendo en cuenta que es su cadena la que tiene los derechos de emisión de la Champions para 2010, al igual que los de Eurovisión.

También conviene recordarle que ambos eventos no son 'programuchos' de tres al cuarto que no interesan a nadie para que usted mismo, como máximo dirigente de la cadena pública, no sepa los entresijos de ambos. Tanto el fútbol como Eurovisión proporcionan a su cadena audiencias millonarias, así que un poquito de seriedad, que la audiencia española no se merece que le engañen con tanta sarta de mentiras sobre Eurovisión y todo lo que le rodea.

Y el colmo de la paradoja es donde Pons ha hecho estas declaraciones, el programa de la Defensora del Espectador, Elena Sánchez, otra que sobre Eurovisión se entera de la misa la media.

Por no hablar de la teoría de las mayorías, las minorías y el interés general que esgrime Pons para defender que no se haya emitido en directo la segunda semifinal de Eurovisión. ¿Entonces quedamos en que los más de cinco millones que siguieron el festival de Moscú este año, convirtiéndose en el programa no deportivo más visto de la cadena en mayo, son una minoría? ¿Qué un partido de tenis por La 2 era para mayorías y la semifinal de Eurovisión para minorías?

Y el tema de la superposición de contratos que esgrime Eva Cebrián para justificar la emisión en diferido de la segunda semifinal no tiene ni pies ni cabeza. ¿No tiene la corporación dos canales generalistas, La 1 y La 2, y uno temático, Teledeporte? Ya es casualidad que cuando se superponen contratos quien sale perdiendo es siempre Eurovisión.

Dice Cebrián que “para no incumplir ninguno de los dos contratos, TVE decidió emitir primero el Master de tenis de Madrid e inmediatamente después y en diferido e íntegramente la segunda semifinal de Eurovisión”. ¿Y qué pasa con la sanción que la UER va a poner a TVE por no emitir en directo la semifinal? ¿No se ha incumplido el contrato? ¿A quién pretenden engañar?

Si tras los errores por la no emisión del himno nacional en la final de la Copa del Rey -que trajeron consigo la destitución inmediata del responsable de Deportes de TVE así como la apertura de expedientes disciplinarios a varios trabajadores-, Pons apela a que los profesionales de TVE hagan bien su trabajo y asuman responsabilidades ante sus errores, quizá ya va siendo hora de que cunda con el ejemplo, asuma su ignorancia eurovisiva y sus errores, pida disculpas y se autodestituya.