¿Por qué los solistas masculinos tienen tan mala suerte en Eurovisión?

Desde luego que resulta una catástrofe para los solistas masculinos el Festival de Eurovisión, incluso cuando han sido dúo o trío tampoco han conseguido muchas victorias. En todo momento pensé que este año 2004 iba a ganar un hombre, y cuando vi en directo los temas de Serbia Montenegro con Zeljko Joksimovic –segundo lugar- y […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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¿Por qué los solistas masculinos tienen tan mala suerte en Eurovisión?

Desde luego que resulta una catástrofe para los solistas masculinos el Festival de Eurovisión, incluso cuando han sido dúo o trío tampoco han conseguido muchas victorias.

En todo momento pensé que este año 2004 iba a ganar un hombre, y cuando vi en directo los temas de Serbia Montenegro con Zeljko Joksimovic –segundo lugar- y el de Grecia con Sakis Rouvas –tercer puesto- lo tuve más claro aún. Primero porque siendo solistas masculinos cada uno llevaba un tema de composición totalmente distinta. El serbio se inclinó por la balada bien hecha e interpretada, con música folk, muy apropiada para la victoria. Y el griego optó por los ritmos festivaleros y discotequeros, tan pegadizos y que han hecho de esas canciones clásicos eurovisivos en otras ocasiones. Pero no, de nuevo una mujer, que cantó muy bien, y bailó como nadie, con una puesta en escena impecable, se llevó el éxito. Reina del tacón como La Fornarina, Ucrania y la guapa Ruslana arrasaron al final de los votos, y quedó primera. Con ella, 32 mujeres han ganado el Festival. Vaya récord.

Tampoco hay que olvidar que había otros intérpretes masculinos que figuraron como favoritos en las apuestas pero que perdieron interés en el directo. Ramón lo hizo bien, pero le faltó quizá algo más de convicción, aunque 87 votos y el décimo puesto es muy digno, ole por nuestro canarito. Otra vez será. También estaban el expresivo Deen de Bosnia Hercegovina que sólo fue noveno, cuando muchos pensaron que estaría en el top cinco y más con el montaje escénico y coreográfico que llevó. Le jugó una mala pasada el pinganillo que le colgaba durante todo el número.

No podemos olvidar la peculiar actuación del alemán, Maximiliam Muztke que estuvo todo el rato en los votos alternándose el puesto con Ramón, punto arriba punto abajo, y al final consiguió ser octavo con 93 votos. Era una especie de blues que se salía de los cánones eurovisivos y podía haberse llevado un rotundo fracaso, pero al final gustó porque Max tiene una voz estupenda, aunque su imagen era algo desangelada. Por lo menos podrán agradecer nuestro 12, a cambio del 2 que ellos nos dieron. España fue el único país que votó un 12 a Alemania y así batimos nuestro propio de récord, los alemanes siguen siendo nuestros favoritos, nosotros no lo somos tanto. Si la canción de Max no nos hubiese gustado de esa forma tan exagerada, Ramón habría ganado un puesto en la tabla, y Alemania hubiese perdido dos. Pero esto es Eurovisión y en la cuña del séptimo al décimo puesto estaban en un pañuelo. Albania con 106, Alemania con 93, Bosnia Hercegovina con 91 y España con 87. Porque la rusa Julia Savicheva ya se descolgaba con 67 votos al undécimo puesto, y gracias a que le votaron todos los países vecinos, menudo chollo, Estonia y Lituania le dieron un 8 cada una, Letonia y Ucrania un 10 cada una, y Bielorrusia, debutante para animar el cotarro ruso, un 12. Sumen y comprueben.

Hubo mucha hermandad vecinal este año, demasiada, incluso diría abusiva. España mismo, si no hubiese sido por el 12 de Andorra y el de Portugal, más el 8 de Francia, hubiéramos quedado como el rosario de la aurora. También debemos agradecer el empujoncito de los mediterráneos, como Israel que nos dio un 8, Chipre un 7, Grecia y Mónaco un 3 cada una, Turquía un 2. Algo es algo, pero nunca suficiente para que nosotros ganemos. Y lo digo sin acritud, como decía Felipe González, es sólo una observación que supongo todos tenemos en cuenta.

Pero vamos a los datos antiguos y comprobar que a parte del afortunado Johnny Logan, hombre que ha ganado por Irlanda dos veces como intérprete y otra como autor, en 1980, 1987 y 1992 respectivamente, no ha habido santo varón afortunado con tal distinción en los casi cincuenta años de Eurovisión.

Los señores solistas iban ganado a uno o dos como mucho por década. De ahí salen, André Claveau por Francia en 1958 con “Dors mon amour”, balada preciosa en la voz de un cantante algo mayor, tenía 46 años cuando ganó, pero muy consolidado como artista. Aunque casi no triunfa porque la gran y habitual en esos años Lys Assia le persiguió en los votos hasta el final y quedó tres puntos por debajo del “Príncipe Blanco” con su pegadizo, aunque ahora algo desfasado, “Giorgio”.

En 1961 sorprendió la excelente y sobria actuación de elegantísimo actor, cantante y showman Jean-Claude Pascal con “Nous les amoreaux” por Luxemburgo. Siendo francés cantó por ese país en sus dos intervenciones. La próxima sería en 1981 sin tanto éxito y con algo menos de glamour. Cosas de la edad y estilos que el tiempo no perdona. Jean-Claude Pascal tuvo como directos rivales en 1961 a los británicos y algo raritos The Allisons, que fueron lo más pop de una noche plagada de baladas. Pero la diferencia se acusó al final de los votos con 31 a 24 a favor de Pascal, gracias a Dios, porque los otros eran un espanto. Y tercera, más recatadita en los votos quedó una mujer, Franca di Rimnzo por Suiza con 16 puntos. Entre las miradas a cámara tan desviadas de los ingleses y la penetrante mirada de Pascal, desde luego no había color. Los primeros planos ese año fueron primordiales, porque había artistas que no tenían el saber hacer de Pascal, con tanta experiencia en el cine y la televisión. Y ya las puestas en escena empezaron a contar y mucho.

El tercer hombre que gana Eurovisión como solista, porque no podemos contar el dúo mixto del ’63 Grethe & Jorgen Ingmann que estarían en esa categoría específica, es un austríaco muy espigado y varonil llamado Udo Jürgens en 1966. Sentado al piano con una balada preciosa, cómo vemos son el fuerte de los hombres, titulada “Mercie Cherie”, dio el primer y único premio que Austria ha conseguido desde su primera participación en 1957. Arrasó en los votos y quedó con 31 puntos frente a los que tuvieron los suecos Lill Lindfors y Svante Thurensson con un infumable tema que consiguió 16 puntos y el segundo puesto gracias a que los vecinos daneses, noruegos y fineses les votaron, no sin los abucheos del público presente en la sala. Ese año nosotros también apostamos fuerte con un hombre, Raphael, que cantó como nadie y sólo fue séptimo con “Yo soy aquel”. ¡Qué le vamos a hacer!.

Hasta 1980 no volvió a ganar otro chico. Johnny Logan empezaba su salto a uno de los éxitos más famosos de la Historia de Festival de Eurovisión. “What’s another year” fue la sorpresa de la noche puesta en la voz de una tímido australiano que residía en Irlanda. Obtuvo 143 puntos y siete países le dieron la máxima puntuación. Dejó en segundo lugar con 128 votos a la más vampiresa de la noche, la que más tablas tenía. Como si fuera un sino agridulce, la alemana Katja Ebstein y su “Theater”, en su tercera intervención se volvía a quedar en puertas del primer puesto. Y mira que ese año se puso más divina que nunca, ese pelo, esa mirada y gesto suelto… con número de circo incluido. En 1970 y 1971 fue tercera, siempre favorita en los años en que participó. La balada irlandesa ya se hizo una marca de la casa y con ellas consiguen el cien por cien de sus victorias, siete hasta el momento.

Y tras “ese año pasado” llegó otro de éxito para Johnny Logan en 1987 con un tema ya compuesto por él, “Hold me now”. De nuevo volvió a arrasar en los votos desde el principio de los mismos y obtuvo 172 con ocho máximas puntuaciones. Y curiosamente los alemanes fueron segundos, como en 1980, pero ahora con el conjunto muniqués Wind que obtuvieron 141, bastante menos que Logan y es que los alemanes sólo tuvieron dos 12.

Antes que Logan ya en 1984 un trío masculino sueco, Herrey’s, ganó con “Diggi-loo-diggi-ley” por delante de la estupendísima Linda Martin. Pero como son un trío y se trata de solistas, los he dejado a parte. También en 1994, 2000 y 2001 ganaron dúos masculinos, por Irlanda, Dinamarca y Estonia, que dejaré para otra ocasión, cuando trate esa categoría.

El último señor solista que ha vencido en Eurovisión ha sido el italiano Toto Cutugno en 1990 con la fraternal “Insieme 1992”, canción que llamaba a la unión de los pueblos europeos con visión futurista. Tuvo 149 votos. Con esa victoria se sacaba la espinita de tantos años sin ganar, desde 1964, cuando habían llevado grandes estrellas de su país casi siempre. En 1990 una mujer, por Francia, Jöelle Ursull y otro señor, por Irlanda, Liam Reilly, quedaron segunda y tercero respectivamente, aunque con los mismos votos, 132, pero la francesa tenía más doces y por eso fue segunda.

Añadir que hubo años en que los hombres casi ganan pero fueron segundos en la tabla. En 1960 Bryan Johnson del Reino Unido quedó detrás de Jacqueline Boyer de Francia. En 1962 François Deguelt por Mónaco, detrás de Isabelle Aubret por Francia. En 1964 el gran crooner inglés Matt Monro, detrás de la italiana Gigliola Cinquetti. En 1967 el irlandés Sean Dunphy fue segundo detrás de la pizpireta británica Sandie Shaw. Estos dos últimos con mucha diferencia en los votos del primer al segundo puesto, más del doble.

Seguimos en los sesenta, vemos que pudieron ganar muchos años los señores, pero siempre se adelantaba una señora de tronío. Como en 1968 Massiel por delante de popularísimo Cliff Richard y su “Congratulations”. Aunque fue por los pelos, sólo un punto más que el inglés de la camisa con chorreras y saltitos para atrás nos dio la victoria. A partir de ahí entramos en unos años donde las mujeres destacaron en los primeros puestos siempre. Después los conjuntos.

No es hasta 1978 cuando un solista obtuvo el segundo lugar. Se trata de Jean Vallée por Bélgica por detrás de los israelitas Yizhar Cohen junto a los Alpha Beta y el famoso “A-ba-ni-bi”. Aquí también el solista era un chico, pero el conjunto le ayudó mucho y los consideró como conjunto. Curiosamente ese año otro hombre, Joël Prevost por Francia quedó tercero, guapísimo, parecía un muñeco de cera. Lo masculino hizo un pleno en París, porque el quinto fue el hiperactivo y teatral irlandés Colm Wilkinson y cuartos un dúo mixto formado por el matrimonio Caline y Olivier Toussaint. Nosotros también llevamos otro señor, José Vélez, encantador y con mucha voz, canario como Ramón, pero sólo fue noveno. Por lo menos ese verano bailamos todos su vals.

En 1982 el marroquí Avi Toledano que representó a Israel con “Hora” quedó segundo detrás de la alemana Nicole, con 61 puntos de diferencia. Distancia abismal, pero muy remarcable la actuación de fornido muchacho que era máximo favorito.

Scott Fitzerald por el Reino Unido fue segundo en 1988 con un punto menos que Céline Dion que representó a Suiza. Fue una votación de infarto porque hasta el final no se descubrió el pastel, y aunque el escocés cantó muy bien la canción titulada “Go”, el tema de la Dion, “Ne partez pas sans moi” tenía más garra y se mereció el triunfo. En 1989 un grupo inglés, Live Report, liderado por un solista masculino con voz ronca llamado Ray Carvana, fueron segundos detrás del grupo Riva de Yugoslavia donde la solista era una mujer muy saltarina, Emilija Kokic.

Otro inglés, en 1992, Michael Ball con “One step out the time” quedó segundo detrás de la irlandesa Linda Martin que cantó el tema de Johnny Logan “Why me”. En los votos estuvieron intercambiándose el primer lugar con la maltesa Mary Spiteri, pero Ball se quedó desilusionado porque al final obtuvo 139 votos frente a los 155 de Linda Martin, y eso que él tuvo más 12.

Cinco años después, en 1997, será un irlandés muy sosito pero con una canción bastante decente el que quede segundo detrás de los ingleses que ese año batieron un récord de puntuación con Katrina & The Waves, 227 puntos. Marc Roberts con “Mysterius woman” fue segundo con 157 votos, setenta menos que el Reino Unido. ¿Era la venganza inglesa por tantos segundos puestos no conseguidos?, quién sabe.

Esa es la historia tan varonil de nuestra querida Eurovisión hasta el caso del 2004 con Ruslana con “Wild dances” que vence a Zeljko Joksimovic y “Lane moje” por 17 puntos de diferencia. Por lo menos le puede quedar la tranquilidad a Zeljko que en la semifinal del día 12 de mayo el ganador fue él por delante de Ruslana, cosas del destino. Decir que con los 36 países que han votado este año se han disparado los récords en los puntos y ya no es Katrina la que más votos ha conseguido en el Eurofestival. Le ganan la ucraniana Ruslana con 280, el serbio Joksimovic con sus 263 y el atractivo Sakis Rouvas de Grecia con 252. Como vemos es un Festival muy femenino donde han ganado grandes voces. En el caso de los hombres destacaron tanto los que fueron primeros como segundos, casi siempre, por sus baladas.

Reyes del Amor, 07/06/04

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