POR QUÉ ESPAÑA VOLVERÁ A FRACASAR EN EUROVISIÓN 2019… O NO

Dejando a un lado la generalizada y muy criticable apatía, desidia y falta de profesionalidad y respeto ante la charla sobre Eurovisión del equipo de RTVE.es de unos cantantes noveles que deberían aprovechar y valorar más una oportunidad única, como es esta de Eurovisión, el escenario más grande al que jamás se subirán, no se puede […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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POR QUÉ ESPAÑA VOLVERÁ A FRACASAR EN EUROVISIÓN 2019… O NO

Dejando a un lado la generalizada y muy criticable apatía, desidia y falta de profesionalidad y respeto ante la charla sobre Eurovisión del equipo de RTVE.es de unos cantantes noveles que deberían aprovechar y valorar más una oportunidad única, como es esta de Eurovisión, el escenario más grande al que jamás se subirán, no se puede obligar a un artista a ir donde no quiere.

Acudir a un festival obligado, al final, se traduce en falta de ganas, de interés e implicación, lo que repercute directamente en el resultado final de la candidatura. Eurovisión es un festival muy exigente, y un artista desmotivado y apático no luchará por la excelencia de su candidatura. Al contrario, adoptará una actitud sumisa, de marioneta ante quien mueve los hilos –sin mucha fortuna– sobre Eurovisión en la delegación española. Después de los resultados de los últimos años, no invita a ser muy optimistas.

Acudir a un festival a defender un producto impuesto, en el que no crees y donde no has tenido ni voz ni voto, más siendo un producto, de primeras, con unos cuestionables estándares mínimos de calidad, como las demos presentadas, repercutirá en las ganas de acudir al festival y en el resultado final de la candidatura.

Convertir Eurovisión –o al menos dar esa imagen durante las galas de OT– en un mero trámite o en un añadido indeseable, más que promocionarlo como lo que es, el programa no deportivo más visto de la cadena y una oportunidad única para cualquier artista, que bien aprovechada, sea una plataforma de visibilidad y promoción profesional en toda Europa, contribuye a devaluar más aún la marca Eurovisión entre el público y los propios aspirantes, e incrementar así la apatía y desidia por acudir al festival del futuro representante español en Tel Aviv.

Todo ello demuestra que vincular de nuevo Eurovisión y OT ha sido un error, y que a TVE no le importa ganar o lograr una buena posición en Tel Aviv sino la audiencia que le reportará un candidato salido de OT. El camino fácil, pero no el camino correcto.

Ojalá me equivoque pero de estos polvos, no puede obtenerse buenos barros, salvo carambola con una candidatura que impacte de primeras como puede ser María y su adictivo Muérdeme (bien producido) que tanto recuerda a María Isabel y su Antes Muerta Que Sencilla, ganadora del Festival de Eurovisión Junior en 2004.

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