OPERACIÓN TRIUNFO Y EUROVISIÓN

¡Hola a todos! Ahora que empieza la temporada eurovisiva y son muchos los países que están dando información sobre sus respectivas preselecciones, me parece pertinente escribir algo acerca del proceso que usará TVE para Eurovisión 2019: Operación Triunfo. Como todos sabéis, salvo que viváis bajo una roca o seáis de Kazajastán y hayáis llegado aquí […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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OPERACIÓN TRIUNFO Y EUROVISIÓN

¡Hola a todos!

Ahora que empieza la temporada eurovisiva y son muchos los países que están dando información sobre sus respectivas preselecciones, me parece pertinente escribir algo acerca del proceso que usará TVE para Eurovisión 2019: Operación Triunfo.

Como todos sabéis, salvo que viváis bajo una roca o seáis de Kazajastán y hayáis llegado aquí por error, Operación Triunfo es un programa musical que muestra la vida y progresos de 16 aspirantes a cantantes. Cada semana, uno de ellos debe abandonar la academia en la que se forman y, al final, el flamante ganador se llevará la victoria y un sustancioso premio económico, mientras que otro u otros (no necesariamente el ganador) asumirá o asumirán el papel de representar a España en el festival de Eurovisión.

Como intuyo que esto ya lo sabíais, procedo a exponer el verdadero motivo de mi columna: si de verdad este es el mejor método. Y la respuesta es… puede.

Veamos. El año pasado, la vuelta de Operación Triunfo después de un largo periodo de barbecho supuso un fenómeno televisivo y, sobre todo, social. Ante tal (inesperado) éxito, TVE decidió remontarse a principios de los 2000 y vincular el concurso con Eurovisión. En 2002, 2003 y 2004 había funcionado, ¿por qué no repetir?

Lo cierto es que la noticia fue una bocanada de aire fresco para los sufridos eurofanes de este país. Después de haber visto que en 2017 no teníamos nada mejor (al menos para el jurado de aquella desconcertante gala) que el DIFYL de Manel Navarro, de haber sufrido todo tipo de desencuentros con los directivos de TVE y de hartarnos del «Europa no nos vota», parecía que por fin había un atisbo de interés en el festival. No obstante, recordemos que los candidatos eran aspirantes en un concurso de formación musical (a los que se informó de la posibilidad de representar a España en directo, en una gala a mitad de programa), que el proceso se abrió casi a contrarreloj y que, en general, Eurovisión quedó relegado a una especie de subproducto de Operación Triunfo.

Es cierto que la gala de selección de canción fue sorprendentemente aceptable. Hubo opciones francamente buenas, como el Que nos sigan las luces de Nil Moliner, defendido por Alfred, o las bonitas baladas Arde y Al cantar, interpretadas por Aitana y Amaia respectivamente, a la postre primera y segunda clasificada del talent show. Además, fueron muchos los compositores de renombre que quisieron participar (Rozalén, David Otero, Funambulista, Sweet California…) y, como colofón, de esa gala salió uno de los hits del verano, el pegadizo Lo malo.

Finalmente, el gato al agua se lo llevó Su canción, una balada de corte intimista hecha a medida de la parejita formada por Alfred y Amaia. Las sensaciones eran buenas y la interpretación de ellos en Lisboa también. Lo malo fue el conjunto, muuuuy descafeinado, y el hecho de que Europa no conocía la historia de amor entre ellos. Además, la suerte o la UER quisieron que la preciosa When we’re old sonara apenas dos canciones después, con una puesta en escena más creíble y más trabajada que borró de un plumazo las pocas opciones que tenía Almaia de colarse en el top ten.

Hasta aquí lo positivo y lo negativo del año pasado. Vamos con esta próxima edición.

Para empezar, muchas cosas han cambiado. Los concursantes ya saben que se exponen a ir a Eurovisión, el proceso se ha anunciado con tiempo suficiente y siguen siendo muchos los artistas consagrados que parecen tener cierto interés en aportar su granito de arena. Además, entre los posibles candidatos hay algunos que tienen las tablas suficientes para hacer un buen papel en Tel Aviv. Más adelante enumeraré los que, en mi opinión, pueden ser dignos representantes.

En el otro lado de la balanza, hay aspectos que siguen siendo criticables, sobre todo para los que, como nosotros, valoramos Eurovisión por encima de Operación Triunfo y queremos que España consiga una buena posición por fin. En primer lugar, insisto en que los concursantes son personas recién llegadas al mundo de la música. Con más o menos tablas y mayor o menor potencial, pero novatos al fin y al cabo. No es que ser un artista consagrado asegure una buena posición en el festival (ejem… Bonnie Tyler, Kate Ryan, Cascada…), pero  tampoco me imagino a un neófito llevando la puesta en escena de Sergey o realizando una interpretación como la de Ermal Meta y Fabrizio Moro.

Además, no podemos dejar de lado el desconcertante factor de que LA MAYORÍA DE ELLOS NO QUIEREN IR A EUROVISIÓN. Esto es algo que a mí, personalmente, me escama mucho. Al fin y al cabo, estamos hablando de potenciales artistas con poco que perder y muchísimo que ganar. Un buen número en Eurovisión les abriría más puertas que cualquier otro proyecto que puedan tener y, lo que es más, ya sabían que se exponían a ello cuando se  presentaron a OT. Las excepciones son Famous y Noelia, que han manifestado abiertamente su interés y que, además, son dos de las mejores voces de esta edición. De hecho, ha llegado el momento de repasar los candidatos con más papeletas y de dar mi opinión sobre cada uno de ellos (por orden alfabético):

  1. Alba Reche: tal vez la concursante con más potencial, por su personal voz, su carisma y su capacidad de hacer grandes interpretaciones (La llorona) y numerazos (Toxic). En mi opinión, no ha sido a lo largo del concurso todo lo regular que podría haber sido, pero con una buena canción podría quedar en un buen lugar en Eurovisión.
  2. Damion: en mi opinión, tenía una de las voces más personales de la Academia y uno de los perfiles con más potencial. Aunque durante su breve estancia en el programa apenas pudo lucirse, creo que con una balada a lo Ed Sheran sería una opción muy digna.
  3. Famous: el ya mencionado Famous es el que tiene más ganas de representar a España en Eurovisión. Por lo que tengo entendido, el año pasado vio la actuación de Cesár Sampson en Lisboa, flipó con él y decidió que él también quería, así que se presentó a los castings de OT, fue uno de los 16 elegidos y, de momento, lo está petando bastante con su voz, su flow y su personalidad. Personalmente, no es de mis candidatos favoritos, pero si resulta elegido tendrá todo mi apoyo. Una vez más, creo lo importante es la canción, y con un temazo Famous puede conseguir algo grande.
  4. Julia: tal vez el color de voz más bello de esta edición. Para que luciera de verdad en una final de Eurovisión ante millones de personas, tendría que llevar una canción espectacular, pero yo no la descarto en absoluto.
  5. Natalia: con Natalia me pasa algo muy curioso, aunque creo que no soy el único: ella es extraordinaria y todo lo hace bien, pero cada vez me atrapa menos. Lejos están sus intachables interpretaciones de las primeras galas, que han sido sustituidas por otras más difíciles y más curradas, pero que a mí, por lo menos, me dejan frío. Creo que sería mejor opción para Eurovisión a dúo con Alba Reche o Famous que en solitario.
  6. Noelia: su salida en la gala 7 me pareció excesivamente prematura para una voz como la suya. Es sin duda la opción más eurovisiva para muchos, y yo me sumo al defender que con una buena canción, que le permita lucirse, y tiempo suficiente para trabajarla, podría representarnos muy dignamente.
  7. Sabela: con tesón y trabajo, Sabela ha conseguido la evolución más notoria de todos los concursante y, de propina, situarse como mi personal favorita al triunfo. La Academia no ha sido particularmente benevolente con los temas que le han asignado y eso ha hecho que su perfil siga siendo un poco difuso, pero la propia Sabela pudo manifestar por dónde irían los tiros cuando estuvo nominada y escogió la bellísima Benditas feridas. ¿A quién no le encantaría algo así, en gallego, en la voz de Sabela? También creo que su voz es lo suficientemente particular como para una balada intimista, que con sus dotes interpretativas luciría de lujo.

 

Entre los concursantes que no he nombrado, también hay otros con bastante potencial: una canción con ritmo para Miki, en línea de Lluna al aigua (y si es en catalán, mucho mejor), un tema que permita a María sacar toda su personalidad y su carisma o incluso una composición para la voz de África.

 

Al final, después de haber valorado los pros y los contras y de haber tenido en cuenta varias de las opciones que nos ofrece el programa, mi conclusión es que Operación Triunfo es un formato de selección aceptable, pero aún nos queda cruzar (mucho) los dedos para que las canciones estén a la altura del mayor espectáculo musical del mundo y, sobre todo, para que TVE ponga de una vez toda la carne en el asador.

 

¿Vosotros qué opináis? ¿Quiénes son vuestras opciones favoritas? ¿Creéis que alguno de ellos nos puede traer la victoria a casa? ¿O al menos colarse en el top ten?

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