NUESTRA CANCIÓN: CREEMOS MARCA

España ha participado un total de 56 veces en el Festival de la Canción de Eurovisión si contamos a nuestra última candidata, Barei. Es decir, no ha dejado de participar un solo año desde que enviásemos a Conchita Bautista al festival de 1961. El proceso de selección de nuestro candidato ha ido variando a lo […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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NUESTRA CANCIÓN: CREEMOS MARCA

España ha participado un total de 56 veces en el Festival de la Canción de Eurovisión si contamos a nuestra última candidata, Barei. Es decir, no ha dejado de participar un solo año desde que enviásemos a Conchita Bautista al festival de 1961.

El proceso de selección de nuestro candidato ha ido variando a lo largo de los años. La cadena pública de nuestro país ha decidido qué candidato y con qué canción nos representaría un total de 33 veces, mientras que en 4 ocasiones (1964, 1969, 2012 y 2013) nos ha dado la posibilidad elegir entre varias canciones para un cantante ya elegido por Televisión Española. ¿Esto qué significa? Significa que TVE solo ha organizado una preselección de diferentes cantantes con su(sus) canción(es) en 19 ocasiones. De las 19 preselecciones que hemos vivido en este país, solamente en 2 ocasiones hemos repetido formato: Eurocanción del 2000 y 2001, que nos dieron a conocer a las Alazán, Raúl, Sonia y Selena, Merche o David Civera, entre otros, y Operación Triunfo en 2002, 2003 y 2004, cuya lista de cantantes de reconocido prestigio a día de hoy en nuestro país es bastante amplia.

Curiosamente, fue durante esos años en que repetimos formato cuando mejores posiciones alcanzó nuestro país en el festival. Si pienso en cuál puede ser la razón, me pregunto a mí mismo: “¿no tendrá algo que ver la alta participación de los espectadores en el proceso, proceso que siguen año tras año, y la unanimidad a la hora de elegir la candidatura más adecuada?”

Eurovisión es un festival que siguen cada año 200 millones de espectadores en todo el mundo, y entre 5 y 7 millones sólo en España, una audiencia que difícilmente puede conseguir una cadena como TVE en un día normal. Es por ello que llama la atención que los procesos de selección de canción y/o artista para representarnos no hayan llegado siquiera a los 2 millones de espectadores en la última década.

Ya va siendo hora de presionar a nuestra cadena pública para que escoja un rumbo fijo y devuelva a España la ilusión por el festival, el interés no solo por parte de los eurofans que somos fieles año tras año a cada proceso, sea cual sea, sino por parte del público general, el mismo que sigue formatos como La Voz o Tu Cara Me Suena.

No es cuestión de compararnos con festivales de prestigio como el Melodifestivalen sueco, el Festival di Sanremo italiano o los Melodi Grand Prix danés y noruego, que llevan décadas de tradición, no. Pero sí podemos compararnos con otros países que en los 2000 entendieron las dimensiones que estaba alcanzando este Festival de Eurovisión y en esta nueva década han optado por crear marca. A Dal (“La Canción”) en Hungría, Eesti Laul (“La Canción de Estonia”) en Estonia, Supernova en Letonia, Uuden Musiikin Kilpailu (“El Nuevo Concurso Musical”) en Finlandia o Evrovizijska Melodija (“La Canción para Eurovisión”) en Eslovenia, todos ellos con enorme éxito en sus países, con un formato claro y que se repite cada año, un formato que atrae a cantantes y compositores más que decentes y que luego se refleja en audiencias y en posiciones en el festival.

Escojan un nombre para el formato (Nuestra Canción, Mi Canción, La Canción, o algo completamente diferente como Operación Triunfo), sienten unas bases que sean públicas y conocidas por todos (10 participantes, una final X día de febrero – marzo, etc.) y erijan un plató en condiciones con el que se pueda jugar cada año para ir variando, un plató en el que quepan más de 50 personas (no voy a entrar en el bochorno de Objetivo Eurovisión porque ese es otro tema…). Si no hay presupuesto para montar un tinglado con un aforo decente (pongamos 500, 1000 personas…), pongan entradas a la venta y les aseguro que obtendrán beneficios.

La población de Estonia es 1.325 millones; la población de España es de 46.77 millones. ¿Es de recibo que el aforo del recinto en que se celebra el Eesti Laul sea de 5000 espectadores y el aforo del recinto en que se celebró Objetivo Eurovisión (cifra que no es pública, por cierto) no llegara ni a 100? No, no lo es.

Señores de Televisión Española, hagamos las cosas bien. Creemos marca, generemos interés tanto para los espectadores como para los artistas que se exponen a una elección tan importante. Cuidemos el formato porque solo así obtendremos el éxito que llevamos décadas sin cosechar.

Y si no hay presupuesto, no hay ganas o no hay ideas, siempre pueden delegar en una cadena privada que sepa apreciar la audiencia que genera el festival.

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