LOS AUSENTES SIEMPRE VUELVEN

Uno de los grandes contrasentidos del Festival de Eurovisión es lo que se refiere al número de participantes y de ausentes. Cuando parece que todo ha resurgido dejando atrás los horribles e inciertos años ‘80 en los que algunos empezaban a asegurar que Eurovisión había entrado en un callejón sin salida, y cuando el peso […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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LOS AUSENTES SIEMPRE VUELVEN

Uno de los grandes contrasentidos del Festival de Eurovisión es lo que se refiere al número de participantes y de ausentes. Cuando parece que todo ha resurgido dejando atrás los horribles e inciertos años ‘80 en los que algunos empezaban a asegurar que Eurovisión había entrado en un callejón sin salida, y cuando el peso específico del Festival se ha ido desplazando hacia el Este absorbiendo como una esponja a nuevos estados ilusionados por tomar parte en este juego, ahora que somos unos 40 y que ha habido que sacarse de la manga una Semifinal para que la audiencia pueda digerir semejante desfile de países sin atragantarse, vemos como sigue habiendo ausentes, esporádicos o indefinidos, que con su actitud parecen ir contracorriente al resto.

Mientras unos se vuelven locos por participar, otros casi hay que rogarles que vuelvan, o que no se vayan. Quizás esto de las ausencias sea muy notorio hoy día, más que nada por los casos de Italia y Luxemburgo, pero lo cierto es que en todas las épocas de la vida del Festival ha habido ausencias de todo tipo y por diversas razones. Incluso alguna más larga que la de Italia. Hagamos un repaso por las más destacadas:

Y comencemos por la primera, que aunque la razón dada es bastante insulsa, quedó como la primera de la historia… ¿qué país fue el primero que se ausentó alguna vez tras su incorporación?. El Reino Unido en 1958. Los británicos se habían incorporado el año anterior, y el programa musical que habían aprovechado como preselección nacional se celebró en 1958 más tarde que Eurovisión! Razón suficiente (a la par que tonta) para no haber podido participar ese año.

A lo largo de los años ‘60 la incorporación de países era imparable. Algo que tampoco le importó mucho a Dinamarca, o mejor dicho, al director de programas musicales de la DR entre 1966 y 1977 quien opinaba que participar en el Festival era tirar el dinero, razón por la cual mantuvo al país fuera de concurso mientras duró en el cargo. Habían vencido en 1963 y acogido la edición del año siguiente, pero dos años más tarde desaparecieron para no volver hasta 1978, tras 12 ediciones de ausencia.

También en los ‘60 otro país de actualidad por este tema comenzó sus andadas como “desaparecido”. Austria, que acababa de organizar la edición de 1967, faltó en los años ’69 y ’70, y ’73 a ‘75. Al Festival de Madrid anunciaron que no asistirían debido a que Franco aún gobernaba (y eso que el realizador era austriaco), y en el ’70 decidieron apoyar el boicot de los países escandinavos contra el impreciso sistema de votación de entonces y tampoco asistieron a Ámsterdam. Ante el cuádruple empate del año anterior, Suecia, Noruega, Finlandia, Austria y Portugal (quien incluso ya tenía canción) decidieron no participar dejando al Festival “patas arriba” con sólo 12 participantes.

Aquel año las primeras voces críticas ya se habían alzado, calificando al evento como algo que empezaba a quedarse antiguo. Por vez primera se temió por el futuro de Eurovisión, pero la televisión holandesa dio un giro de 180º a aquella edición del ’70 dando un aire ultramoderno a todo, y finalmente fue un éxito. Para 1971 se revisaron las reglas, se instauraron los videos de canciones (el de Karina haciendo auto-stop a Don Quijote al son de “En un mundo nuevo” no tiene desperdicio) y se cambiaron las votaciones, y todos volvieron en masa en 1971 (salvo Dinamarca que aún andaba perdida).

Precisamente en ese 1971 se incorporaba Malta, que tras dos años seguidos cantando en maltés, abandonó por sus malos resultados. Volvieron solamente en 1975 cantando en inglés, pero volvieron a esfumarse hasta 1991. A finales de los años ’80 se había acordado que no habría más de 22 participantes. Pero ante la ausencia de Holanda en 1991 por coincidir con su fiesta nacional (la misma razón por la cual no estuvieron en 1985) se permitió excepcionalmente a Malta probar suerte ese año. Tras su buena clasificación se les permitió reincorporarse hasta nuestros días.

En 1974, la víspera del Festival, Francia anunciaba su retirada por la muerte de su presidente Georges Pompidou, dejando a la cantante Dani y su “La vida a los 25 años” con la miel en la boca, lo que no impidió que fuese un éxito. Ese mismo año se incorporaba Grecia y al año siguiente Turquía, pero por las rivalidades políticas entre estos dos países por la isla de Chipre hicieron todo lo posible por no coincidir en Eurovisión en los primeros años, lo que les llevó a protagonizar ausencias para evitarse, hasta que en 1978 coincidieron en la edición de París sin mayores dramatismos.

También la archi-eurovisiva Suecia en plena fiebre de ABBA se tuvo que ausentar en 1976, pues en el país escandinavo habían tenido lugar numerosas manifestaciones “anti-Eurovisión” con motivo de la celebración del Festival en Estocolmo, alegando que era un concurso ñoño y ridículo cuya organización les estaba costando mucho dinero.

Paradójica fue la ausencia de Israel en 1980. Tras haber ganado dos años seguidos y haber organizado el Festival de 1979, ya en pleno año 80 anunciaron que ni acudirían ni organizarían Eurovisión ese año por coincidir con el día del aniversario de la fundación del Estado de Israel… ¿pero no habían elegido ellos la fecha?

Yugoslavia, que también llevaba fuera de concurso desde 1977, tampoco acudió en 1980 por la muerte del dictador Tito. Y 1980 fue también el año en que Mónaco comenzaba una larga ausencia que se prolongaría hasta el año 2004. Parece ser que tras la renuncia de Israel a organizar el Festival al año siguiente de haber ganado, la UER instauró si no oficial, oficiosamente, la obligatoriedad de que todos los participantes tuvieran la capacidad y se comprometieran a organizar el concurso si ganaban. Como Mónaco en aquel momento decidió que entre otras cosas, ni siquiera disponía de un auditorio en condiciones en caso de victoria, se marchó. Italia, como preludio de su actitud de hoy en día, faltó en los años 81 y 82 enfadados por no haber recibido mejor puntuación en el 80 con “Non so che darei”, canción con la que aspiraban a ganar.

A la ausencia de Italia se sumaron los franceses en 1982, alegando desinterés de su audiencia por el concurso. Volvieron en 1983 tras las quejas del público, año en el que faltó Irlanda, esta vez por razones de presupuesto, pues la organización en Dublín del Festival de 1981 había hecho tambalear las cuentas de la RTÉ.

Hubo otras faltas esporádicas en la década de los ’80, entre ellas Grecia en 1986 cuya canción “Wagon-Lits” fue descalificada, y Chipre en 1988 que se retiró poco antes del Festival.

Ya en los ’90, Luxemburgo participó por última vez en 1993, alegando nulo interés de la audiencia por el Festival. De hecho desde 1992 solamente recibían dos canciones aspirantes para representar al país. Un par de años más tarde, la RTL era la única cadena pública junto con TVE que registraba pérdidas en el ámbito de la UER, por lo que su parlamento decidió privatizar la cadena, aunque la CLT seguía siendo el ente público regulador de la televisión en el pequeño ducado. No se si ahora la CLT dispone de otro canal de televisión público con el que poder participar, pero hace un par de años se les consultó por la posibilidad de que regresaran al Festival al ver su nombre preinscrito para la edición del 2004, y manifestaron que no tenían interés.

Y en cuanto a la tan mencionada Italia, nos dejaron en 1994 diciendo que eran incomprendidos en Europa. Lo cierto es que la música italiana gusta mucho en España y otros países mediterráneos, pero aburre soberanamente al resto de Europa. Casualmente fue un grupo de fans italianos quienes avisaron a Jalisse, duo ganador de San Remo en 1997 que podían ir a Eurovisión, quienes accedieron a presentarse sorprendidos porque nadie en la RAI les había comentado esta posibilidad. Tras quedar cuartos, y alegando que el programa de Eurovisión no era compatible con los intereses publicitarios de la RAI que pretendía poder introducir anuncios en cualquier momento del Festival, se fueron para siempre… ¿o no? El tiempo lo dirá. Si Dinamarca volvió tras 12 ausencias y Mónaco tras 24, ¿por qué Italia, país de los concursos televisivos y de los festivales musicales, no va a poder replantearse su vuelta en un futuro?

El caso es que todo este ir y venir de ausencias, unas voluntarias y otras obligadas por malos resultados en la época de las eliminaciones, ha dejado a España siendo el único viejo país eurovisivo que jamás ha faltado a su cita desde que comenzó a participar.

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