¿LA MALDICIÓN DEL 2? NO, LA MALDICIÓN DE UNAS COREOGRAFÍAS A MEDIO GAS

Daniel Diges actuará en segundo lugar en la final del Festival de Eurovisión el próximo 29 de mayo, tal y como determinó ayer el azar en el sorteo del orden de actuación para las 39 delegaciones que estarán presentes en Oslo. A priori, echando un vistazo a la historia y las estadísticas, el puesto es […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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¿LA MALDICIÓN DEL 2? NO, LA MALDICIÓN DE UNAS COREOGRAFÍAS A MEDIO GAS

Daniel Diges actuará en segundo lugar en la final del Festival de Eurovisión el próximo 29 de mayo, tal y como determinó ayer el azar en el sorteo del orden de actuación para las 39 delegaciones que estarán presentes en Oslo.

A priori, echando un vistazo a la historia y las estadísticas, el puesto es malo. En los círculos eurovisivos es muy conocida la leyenda urbana sobre la maldición de los que actúan en esta posición, ya que ningún país en las 54 ediciones del festival ha ganado saliendo en ese lugar. El mejor resultado, una segunda plaza del Reino Unido allá por 1965. En los años del televoto, sólo Turquía y Reino Unido en 1997 y 2002 acabaron en la tercera posición, los únicos top ten conseguidos saliendo en el puesto número 2. También se dice que las estadísticas están para romperlas.

Handicaps pueden ser, asimismo, que los telespectadores aún estén calentando motores, muchos incluso ni hayan encendido el televisor para engancharse al festival con el riesgo de perderse la actuación española. Además, quedan 23 canciones por delante, y, salvo que impactes, es fácil que Algo pequeñito pase desapercibido y se olvide.

Esta es la teoría, pero este año hay factores que han cambiado. Por un lado, el 50 por ciento de la votación corresponde a los jurados profesionales, con lo cual el puesto de actuación es indiferente, y por otro, este año comienzan las votaciones justo al inicio de la primera canción. Por tanto, habrá que ver cómo afecta esto a las candidaturas que abren el festival. Probablemente, de forma positiva.

Ahora bien, más que por actuar segundos, la delegación española debería preocuparse de la puesta en escena y coreografía que plantee la cuestionada Mayte Marcos.

Ya se lo puede trabajar mucho la coreógrafa en Eurovisión de Rodolfo Chikilicuatre y Soraya y hacer algo sobrio, elegante, original, contundente e impactante, ya que justo después de Daniel Diges aparecerá sobre el escenario el noruego Didrik Solli Tangen, que siendo el anfitrión está más que asegurado para él una puesta en escena y una realización impecable por parte de NRK.

Si la propuesta que plantee la delegación española sobre el escenario del Telenor Arena se queda a medio gas en cuanto a realización, puesta en escena, coreografía, iluminación e impacto vocal y visual, como en parte ocurrió con Soraya, es más que probable que el noruego termine eclipsando a Daniel, y eso será mucho más terrible incluso que actuar en la segunda posición.

Si TVE acude a Oslo para hacerlo bien, pero sin destacar… no sea que se vaya a ganar, como viene siendo la tónica habitual en las últimas ediciones, nadie se acordará de Algo pequeñito, ni siquiera los jurados profesionales, que no solo valoran la voz y la canción, sino un conjunto, y como se presenta en directo sobre un escenario.

Así que más le vale a la delegación española apostar por una puesta en escena compacta, contundente, sobria, acorde con el tema y que destile profesionalidad, al estilo de la del noruego, Didrik Solli Tangen, o la del israelí, Harel Skaat, si se quiere hacer algo en Oslo y contrarrestar el efecto negativo de salir en una segunda posición, para más inri justo delante de los anfitriones.

En mi memoria está la gran Sertab Erener, que actuando en cuarta posición, ganó el festival de Eurovisión de 2003, precisamente por eso, por su puesta en escena compacta, contundente e innovadora, que animó a los europeos a votarle en masa.

Si finalmente Mayte Marcos opta por el punto circense, como parece, hay que innovar y reinventarse, muy al estilo de lo que hace Cirque du soleil, y no quedarnos en ‘amateurismos' baratos y vestuarios y maquillajes de tiendas de chinos.

 

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