HISTORIA DE UN DESENCANTO

Todos los seguidores de Eurovisión que tenemos recuerdos del Festival anteriores al 2000, que guardamos en la memoria imágenes de Betty Missiego y su coro infantil, de la elegancia clásica de Paloma San Basilio o de la excelente actuación de Nina y su horroroso vestido, llevamos sufriendo años de este proceso de involución de España […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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HISTORIA DE UN DESENCANTO

Todos los seguidores de Eurovisión que tenemos recuerdos del Festival anteriores al 2000, que guardamos en la memoria imágenes de Betty Missiego y su coro infantil, de la elegancia clásica de Paloma San Basilio o de la excelente actuación de Nina y su horroroso vestido, llevamos sufriendo años de este proceso de involución de España en el Festival de Eurovisión, que ha desembocado en la situación que, por desgracia, observamos en los últimos años: España ha dejado de estar en Eurovisión, se obvia a España, somos un país de relleno que a priori no despierta un especial interés y que suele ser ‘ninguneado’ por los medios y el interés eurofan allende nuestras fronteras.

Varios factores pueden habernos llevado a esta situación: un desinterés generalizado del público español por un festival que ha ido ganando detractores año tras año, una desmitificación de un evento que muchos consideran caduco sólo por el hecho de haber coexistido con un periodo de dictadura que hacía de Eurovisión una plataforma desde la cual se intentaba vender una imagen nacional distorsionada y, sobretodo, el desgaste que provoca la derrota reiterada certamen tras certamen.

Es difícil determinar qué es causa y qué es efecto; ¿Fueron las discretas (cuando no desastrosas) posiciones en la clasificación eurovisiva las que provocaron el desinterés tanto de un público otrora fiel como de un ente público que siguió participando por compromiso en el Festival, o fue el desinterés de TVE ante Eurovisión al considerarlo un evento del pasado lo que llevó a una dejadez a la hora de seleccionar representante el causante de las sucesivas ‘derrotas’ de España en el Festival?.
 
Hoy en día, España en Eurovisión es la prima pobre. No acaba de formar del todo parte de la fiesta eurovisiva europea y no suele despertar el interés que otros países despiertan: Suecia, Azerbaijan, Rusia, incluso Alemania, que vivió durante muchos años la situación que ahora vive España, pero que tras Lena y su Satellite consiguió renacer en Eurovisión.
 
Este año muchos seguidores de Eurovisión de este país hemos creído ver el final de la étapa oscura de España en el Festival de festivales: se hablaba de nuestros posibles representantes, nos posicionábamos altos en las casas de apuestas, interesaba nuesta final nacional, etc. y hemos creído ver en Brequette y Run el motor de este cambio. Creencia que parece haberse reforzado tras la elección de nuestra representante: España cae en las apuestas, se deja de hablar de España en los foros de otros países y la representación española se perfila como una más a la espera de que los países ‘punteros’ presenten sus propuestas de las que se hablará sean éstas buenas, malas o regular mientras que España se va diluyendo en el olvido previo a la final del certamen.
 
No es fanatismo ni devoción desmesurada hacia Brequette lo que nos mueve a muchos a ser demasiado críticos con Dancing In The Rain, sino ese sentimiento que se nos ha quedado dentro al intuir que hemos dejado escapar nuestra oportunidad de estar ahí, de volver a ser parte de Eurovisión, de que se hable de nosotros… Porque lo que muchos queremos es que España triunfe en Eurovisión y abra las puertas a un futuro en el que nuesto país deje de ser ignorado y es por ello que no anteponemos el cantante a las posibilidades.

Ahora sólo el tiempo dirá si estábamos equivocados, si nuestro desencanto era fruto de una idea errónea. Sin embargo, hay que dejar claro que ya es imposible saber qué hubiera pasado si y que si Dancing In The Rain no consigue el éxito eso será solo prueba de que no era el tema apropiado y no de que Run hubiera quedado mejor, cosa que ya nunca se sabrá.

Feliz Festival y sobretodo Ojalá…

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