GRANDE AMORE

Hoy es uno de mis días favoritos del calendario, la final de Eurovisión, la mayor de todas mis aficiones. Una fecha que me trae muchísimos recuerdos personales compartidos con mis seres queridos, familiares y amigos, y hoy se hacen más presentes que nunca. También muchas vivencias de los últimos ocho años, los cuales he tenido […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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GRANDE AMORE

Hoy es uno de mis días favoritos del calendario, la final de Eurovisión, la mayor de todas mis aficiones. Una fecha que me trae muchísimos recuerdos personales compartidos con mis seres queridos, familiares y amigos, y hoy se hacen más presentes que nunca. También muchas vivencias de los últimos ocho años, los cuales he tenido el privilegio de vivir este sueño en primera fila, o línea de guerra en algunos momentos. Un año más estamos aquí para vivir ese cúmulo de sensaciones inexplicables y mágicas que solo conocen aquellos que sienten con tanta pasión algo como nosotros lo hacemos con este festival. Mañana se mezclará la despedida de Viena con la bienvenida a un destino todavía por conocer, con las conclusiones de lo que ha dado de si esta temporada, y la tristeza de tener que esperar otros, aproximadamente, 365 días, para volver a vivir todo esto. 

27 candidaturas en competición, entre las que destacan Suecia e Italia cuerpo a cuerpo, y Rusia, Bélgica y Estonia a la caza, parten como favoritas a apoderarse del preciado trofeo. Una finalidad común que, sin embargo, no debe despistarnos del privilegio de asistir al evento audiovidual más importante del mundo, con una calidad excelente en una cosecha diferente por la sencillez y sobriedad de muchas candidaturas, sin olvidar a los grandes espectáculos siempre presentes en el certamen. Albania, Alemania, Azerbaiyán, Chipre, Eslovenia, Francia, Israel, Lituania, Noruega o Rumanía son solo 10 ejemplos que, cada una en su estilo y para un público, nos ofrecerán actuaciones maravillosas. 

España, entre el triunfo como objetivo, y la calidad de nuestra candidatura, no solo tendrá la complicada misión de competir por la victoria, sino también de conseguir conquistar alos jueces y a la audiencia europea en una de las carreras más complicadas de la historia del festival. El previo paso a ese fin es realizar una buena actuación, garantizada en la voz y la piel de una Edurne que nos ha conquistado esta semana gracias a su amabilidad, profesionalidad y trabajo, y segura en una escenografía que después de numerosas críticas a su realización han conseguido narrar la historia creada por Miryam Benedited y ejecutada por Giuseppe di Bella. Hoy es el momento de dejar de analizar, para lo que habrá tiempo después e independientemente del resultado que hoy esperamos mejor que ayer, y pasar a disfrutar y a apoyar a nuestro país, a nuestra televisión y, sobre todo, a una artista que nos va a representar a todos y cada uno de nosotros ante todo el mundo, y desde hoy y para siempre pasará a formar parte de la historia de nuestra Eurovisión.

No quiero dejar de dar las gracias, de nuevo, desde mi espacio personal a todos vosotros por el seguimiento a nuestra aventura en Viena demostrándonos vuestro interés, tanto para lo bueno como para lo malo, así como por todo el apoyo que nos habéis transmitido en determinados momentos, un cariño que es mutuo y de corazón, por el que os quiero enviar un millon de besos, tantos como accesos hemos tenido esta quincena batiendo hasta el momento tres récord de audiencia que nos llenan de felicidad. Nos vemos el año que viene en Estocolmo, Gotemburgo, Roma, Turín, Moscú o San Petesburgo, o Madrid, y tan ricamente. 

Viena, a 23 de mayo del 2015.

Mis 10 candidaturas favoritas de la gran final del Eurovisión 2015, sin incluir a España y por orden de preferencia, son: Italia, Suecia, Rusia, Israel, Francia, Estonia, Noruega, Bélgica, Azerbaiyán y Eslovenia

Mi predicción para España, es: 10º

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