GALA FINAL DESTINO EUROVISION: LA POLÉMICA MÁS ABSURDA

Preselección concluida un año más. Ya tenemos nuevo representante (con sus detractores y seguidores, cómo no). Intentaré no hacer un análisis de toda la última gala porque sería interminable y porque prefiero dar mi punto de vista solo sobre algunas cosas de las vividas ayer: De la canción que nos representará en Düsseldorf, lo primero […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
IMAGENES WEB-03

GALA FINAL DESTINO EUROVISION: LA POLÉMICA MÁS ABSURDA

Preselección concluida un año más. Ya tenemos nuevo representante (con sus detractores y seguidores, cómo no). Intentaré no hacer un análisis de toda la última gala porque sería interminable y porque prefiero dar mi punto de vista solo sobre algunas cosas de las vividas ayer:

De la canción que nos representará en Düsseldorf, lo primero que se me ocurre resaltar es que en mi opinión era la mejor opción posible, al menos de las 9 presentadas públicamente, Que me quiten lo bailao es un tema fresco, desenfadado, pegadizo, optimista y alegre, sin grandes pretensiones, con un estribillo de los que se te meten en la cabeza y con todos los ingredientes para adquirir cierta popularidad en España y estar continuamente sonando en la radio.

Con todos mis respetos para los compositores porque todas tenían algún momento bueno, el resto de canciones en líneas generales me parecía un “más de lo mismo”, “lo de todos los años”, sobretodo las cantadas por las dos chicas. Las vi antiguas en sí mismas, y antiguas más todavía dentro de un festival donde se comienza poco a poco a arriesgar más y a huir del conservadurismo y los tópicos eurovisivos.

Que me quiten lo bailao era tal vez igual de antigua que las otras, o si se prefiere “poco innovadora”, pero al menos engancha por ese optimismo diferente y pegadizo, y que no tendrá semejante directo en Düsseldorf.

En cuanto al desarrollo del programa, parecía que por fin este año sin cobras ni gatos todo se desarrollaba más o menos bien, hasta que tuvo que aparecer la polémica de turno que empieza a ser habitual en las preselecciones españolas: Me refiero al tema del empate a la hora de seleccionar la canción para Lucía Pérez.

El polémico Boris emitía sus votos en último lugar, lo que le colocó en el centro de la polémica cuando no debía ser así. He criticado sin reparos la presencia de Boris en el jurado (porque no creo que sea el mejor indicado para algo así salvo que busquemos montar un poco de cachondeo) y sus argumentos y comentarios algo absurdos. Pero ayer estuvo correcto e hizo lo que tenía que hacer: Mantener su veredicto y apelar al reglamento. Hay mucha gente que está cargando las tintas contra él desde anoche por esto mismo, y yo no acabo de entenderlo.

Recapitulando: Al comenzar la gala Anne Igartiburu explicó el formato de la gala, así como la regla de desempate a aplicar para determinar el ganador en caso de que el jurado empatase a puntos. Y casualmente eso fue lo que sucedió: Dos canciones de Lucía quedaron empatadas en puntos totales, pero con una clara ganadora desde el momento en que había una regla para desempatar.

Me quedé atónito cuando, la presentadora, y todavía no logro entender por qué, trató de “pasarse por el forro” el reglamento e insinuó al jurado algo así como que “reconsiderara sus votos”… o sea “que votasen otra vez para conseguir otro resultado”… ¿pero nos hemos vuelto locos o qué? No había ningún empate en ese momento puesto que había una canción con más “treses” que otra.

¿Alguien pensó en ese momento en el autor Rafael Artesero? ¿Alguien se imagina que en caso de haberle quitado el triunfo delante de sus narices se iba a haber quedado de brazos cruzados aceptando semejante “choriceo”? ¿Pero en qué país vivimos? Resultó todo una falta de respeto hacia él, que, guste o no su canción, había ganado con todas las de la ley. Lo que me parece un poco fuerte es la facilidad con que algunos aceptarían ese “mamoneo” en público solamente para que saliese elegida su canción favorita… ¿en serio?

Otra falta de respeto me pareció ponerle a Boris contra las cuerdas en ese momento, como si todo aquél despropósito fuese culpa suya por el hecho de votar el último. ¿Acaso fue el único que votó de esa manera? No. ¿Entonces?… Soledad Giménez, artistaza donde las haya y ex componente de Presuntos Implicados, votó igual que Boris e incluso resaltó las bondades de Que me quiten lo bailao. Pero a ella se le permite sin problema al parecer porque ni es “maricona”, ni “venezolana”…

¿Se imagina alguien algo similar en Eurovisión? Volvemos a llamar al último país para ver si quiere cambiar su votación. Good evening Dublin, ¿quieren repetir su votación? ¿no prefieren reconsiderar su 10 y su 12?

La culpa fue de Anne Igartiburu por consultarle cuando no procedía, pero Lucía Pérez estuvo muy desafortunada cuando habló, porque le podía pasar lo que finalmente le acabó pasando: que toda España se enterara de que iba a participar en la ronda definitiva con una canción “que no era tu favorita” (por decirlo suavemente).

Destino Eurovisión estaba concebido así: cantantes por un lado, canción por otra, y todo se uniría por la decisión de jurado y televoto a lo largo de las galas. Por eso sea injusto o no, su opinión sobre el tema que le asignaran no procedía para nada. Que estaba “mas cómoda con la otra”… ¿y? Si no aquí no se trata de comodidades de ningún tipo: ya te hemos visto cantar ambas, e incluso “incómoda”, nos has gustado más con esta canción. Pues más mérito todavía ¿no?

Pero el colmo fue cuando terminada la polémica y cuando ya si que no venía a cuento, Lucía siguió “erre que erre” con eso de que “la comodidad” y “la canción”, etc. etc. No se si trataba de arregarlo, pero el caso es que lo empeoró aún más. A Lucía se le disculpa todo esto por los nervios del momento, la tensión de los acontecimientos, etc. Quien no tiene disculpa fue Anne Igartiburu por iniciar una polémica totalmente innecesaria con el jurado y por consultarle a Lucía lo que no tenía que consultarle a ella.

Al parecer hubo un apagón de sonido en el auditorio mientras Lucía cantaba Abrázame, y ella siguió cantando como si nada, tan “como si nada” que por televisión ni nos enteramos, y por tanto el televoto tampoco. El jurado obviamente lo vio, pero del jurado se espera precisamente que tengan su veredicto más formado previamente a la gala final en directo por haber visto los ensayos previos, y esas cosas. Por tanto este argumento del fallo de sonido a mi no me convence demasiado, al menos en este caso.

Otra de las cosas que se comenta es que Lucía ganó gracias al voto gallego: Aunque fuese cierto y todo su apoyo viniese exclusivamente de Galicia, ¿dónde está el problema? Otras veces hay canciones que ganan por “el voto gay”, “el voto eurofan”, “el voto antieurovisivo”… pues mira, ahora “el voto gallego” con igual derecho.

Se podría haber evitado con algo tan simple como poner votaciones separadas por comunidades como hacen en otros países sin ningún problema, pero como en la televisión pública española queda muy bien jugar al “una grande y libre y café para todos para esconder las diferencias” pues pueden pasar estas cosas. Si tenemos en cuenta que hasta ahora ninguna gallega ha representado a España en Eurovisión en 50 años (que tiene bemoles la cosa) pues mira, ganas que tendrían contenidas por allí de apoyar a una conciudadana.

Además, los gallegos tienen la misma capacidad de votar que cualquier otro, y Melissa a su vez también tendrá orígenes en alguna otra Comunidad como Lucía, digo yo.

Ahora a esperar que a Que me quiten lo bailao acaben de darle los últimos toques y arreglos, y a que empiece a sonar por ahí… que seguro que lo hará. Seguramente será otro año más que no ganemos Eurovisión, pero esta vez ¡que nos quiten lo bailao!

¡Hasta la próxima!

Conversación