¿EUROVISION SINGER CONTEST?

Unos cuantos días después de que TVE diera a conocer públicamente a Pastora Soler como próxima representante española en Eurovisión, toca desde aquí comentar la jugada. Y es que el anuncio (repentino como pocas veces habíamos visto) era en realidad varias noticias y no sólo una. Un “3 en 1” en toda regla para desengrasar […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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¿EUROVISION SINGER CONTEST?

Unos cuantos días después de que TVE diera a conocer públicamente a Pastora Soler como próxima representante española en Eurovisión, toca desde aquí comentar la jugada.

Y es que el anuncio (repentino como pocas veces habíamos visto) era en realidad varias noticias y no sólo una. Un “3 en 1” en toda regla para desengrasar todo lo que chirriaba ya desde hacía años en la designación de los representantes españoles para el festival:

Por un lado tenemos el nombramiento de la cantante a dedo, algo que no veíamos desde aquel alocado (a la par que frustrante) anuncio de Las Ketchup en enero de 2006, y que había dejado de ser algo habitual a finales de los '90, justo antes de las insufribles “Eurocanciones” de Uribarri y posterior irrupción de Operación Triunfo.

Por otro lado, la novedad de una cantante conocida, con carrera consolidada, discos a sus espaldas y años de experiencia, además de indudable calidad vocal (gustos musicales al margen, claro).

Y finalmente otra novedad más, con un proceso de selección que no obvia completamente a la audiencia porque deja en sus manos la elección de la canción.

Nunca sabremos si esta nueva manera de proceder del ente público es algo voluntario para imitar lo que venían haciendo en los últimos años sus compañeros del Big Five (Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) o si ha habido algún “toque de atención” por parte de la UER para que dejase de tomarse el concurso europeo como una plataforma para noveles.

En cualquier caso, el punto de partida es muy bueno porque supone restringir el acceso al festival, siendo a partir de ahora algo para grandes figuras del panorama musical, tal y como se hace en el resto de países de forma generalizada. Era algo ya obligado para un país del Big Five y que llega tarde y como imitación de la estela de otros, pero llega al fin y al cabo.

Sin embargo, esto tiene que ser visto como una inversión a largo plazo: No se puede pretender ahora cambiar en un solo año de cara a los españoles, la imagen de amateurismo que TVE ha estado vendiendo de Eurovisión, sin entrar ya en el caso de Chikilicuatre (de lo que no hace tanto). No se puede andar cambiando de estrategia todos los años, porque conseguir modificar la imagen pública que en un país se tiene sobre Eurovisión es algo que lleva años y constancia.

Igualmente tampoco hay que echar las campanas al vuelo con la designación de una cantante de la talla de Pastora Soler: Esta muy bien por lo que tiene de cambio de estrategia de TVE (entendiendo que se mantendrá en próximos años y veremos desfilar por Europa a otros tantos artistas consagrados) pero todos sabemos ya a estas alturas que ni la mejor voz ni las mejores tablas en un escenario son garantía de un buen puesto en Eurovisión. Nos falta la canción, y sin canción no hacemos nada.

Eurovision Song Contest
lo dice y lo resume claramente todo: El hecho de enviar a Pastora Soler no asegura nada competitivamente hablando, solamente de imagen.

La canción será elegida posteriormente, con intervención de la audiencia. La pregunta de rigor es la siguiente: ¿Está preparada ahora mismo la audiencia en España para seleccionar la canción “más adecuada” para Eurovisión? o por el contrario ¿caerá en el instinto erróneo de seleccionar la canción que mejor le quede a Pastora Soler? Son dos cosas completamente independientes. Yo soy muy escéptico con que la audiencia vaya a saber centrarse en elegir “canción para Eurovisión” por encima de “canción para Pastora”. Y la clave de todo está aquí.

También soy escéptico de que, llegado el caso de que por una canción poco impactante en Bakú España repitiese batacazo en las votaciones, la audiencia española fuese a admitir su responsabilidad en el desastre por haber elegido el tema inapropiado, y no fuese a arremeter contra Eurovisión, contra la UER y contra las fuerzas judeo-masónicas que tienen manía a España acusándoles de tongo, politiqueo, vecinismo y mil cosas más, porque “ya se sabe que Pastora Soler es Pastora Soler y no puede quedar por debajo del 15º puesto porque es Pastora Soler. Yo aviso. Que la historia siempre se repite pero en este país nunca nadie quiere aprender.

Ahora crucemos los dedos para que las canciones que se vayan a ofrecer a Pastora sean “buenas para Eurovisión” (“para Eurovisión 2012” y no “para Eurovisión 1980”, que el catálogo de tópicos desfasados daría para otra columna…).

Esperemos que Pastora consiga quedar lo mejor posible y que en cualquier caso este año sea el primero de un nuevo ciclo mucho mejor.

¡Hasta la próxima!

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