EUROVISIÓN O LA ANTÍTESIS DE SÁLVAME

El jurado cada vez cobra más peso en el Festival de Eurovisión. La decisión de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de incluir el voto de los jurados profesionales también en las semifinales para 2010 supone un punto de inflexión y un salto cualitativo en lo que la UER espera de las delegaciones participantes de […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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EUROVISIÓN O LA ANTÍTESIS DE SÁLVAME

El jurado cada vez cobra más peso en el Festival de Eurovisión. La decisión de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de incluir el voto de los jurados profesionales también en las semifinales para 2010 supone un punto de inflexión y un salto cualitativo en lo que la UER espera de las delegaciones participantes de cara a la próxima edición del mayor certamen musical del mundo.

Países como Macedonia ya no pasarán a la final por sí mismos, sino por llevar buenos temas, u otros como Andorra, Suiza o Países Bajos tendrán más opciones de estar en la final por méritos propios.

Aviso a navegantes, o a jefes de delegación. Se imponen para Oslo las Patricia Kaas, las Noa, los Andrew Lloyd Weber, las Yohanna, las Anna Vissi, las Serebro o las Marija Serifovic a los absurdos pavos de gomaespuma o los difuntos cómicos con flequillo de rockabilly y guitarrita de plástico, que con una lógica supina nada tendrán que rascar frente a los implacables jurados profesionales europeos. Así que, ojito, TVE.

Se impone la calidad, la originalidad, la frescura y la actualidad en las canciones (cualidades todas compatibles con la comercialidad) a la mediocridad creativa con intereses mercantilistas que desentona con la esencia de un festival de canciones, donde en definitiva se premia eso, la calidad de una canción y no el grado de absurdez por muy gracioso que resulte.

Hay que volver a recordar a más de uno que Eurovisión no es el circo de Ángel Cristo ni mucho menos el plató de Sálvame sino el certamen musical más importante del mundo por el que han pasado estrellas de la talla de Celine Dion, Julio Iglesias, Raphael, Abba o Lys Assia. Concepción no muy arraiga entre el público profano español que todavía siguen viendo a Karmele Marchante como la adalid eurovisiva en Oslo. La ignorancia es atrevida, Jorge Javier Vázquez.

Con un planteamiento de festival cada vez más profesionalizado que la UER quiere para Oslo, cobran más peso los planteamientos que el cantante y experimentado compositor eurovisivo Alejandro Abad puso sobre la mesa en el reciente Congreso de OGAE España. “Para Eurovisión se requiere de una estrategia y no de la improvisación a la que nos tiene acostumbrados TVE”.

Razón no le falta a Abad, que insta con acierto a la cadena pública a crear un comité de estrategia para Eurovisión, a analizar el entorno y buscar una buena canción, y a partir de ahí a un cantante que sea el vehículo que haga llegar ese tema al gran público europeo y conquiste a los jurados profesionales.

Habrá que esperar aún varias semanas, quizá algún mes, para ver cómo TVE materializa todos estos inputs que ya le están llegando tanto desde la UER como de profesionales de la música de nuestro país en la elección del candidato idóneo para que le represente en un festival como el de Oslo, que se augura como uno de los de más calidad de la historia eurovisiva.

Llegado este punto, habrá muchos que se pregunten si Soraya y La noche es para mí no eran la candidatura idónea en 2009. Con la calma que da el tiempo transcurrido desde Moscú, y tras hacer una consulta popular en Facebook, dejamos a continuación algunos de los motivos por los que Soraya ocupó los puestos bajos del ranking para que esos errores no vuelvan a repetirse de cara a 2010.

1. No, a llevar una canción prefabricada que nada aporte al festival, como fue La noche es para mí. Reminiscencias de canciones ganadoras del pasado no benefician en nada.

2. Para triunfar en Eurovisión, se requiere autenticidad. Nada de poses ni artificios. Soraya era auténtica, su tema, no.

3. No a la caspa que suelen vestir las preselecciones de TVE. No queremos a Alaska entrando en carroza al flamante teatro del Poble Nou ni a Santiago Tabernero, que es a la dirección y realización de programas musicales lo que Poty a las coreografías eurovisivas.

4. No a la mezcla de miedo escénico, pésima realización y pobre vocalización. Y sí a una mejor realización, con más primeros planos.

5. No a recorrer el escenario cual patinadora hiperactiva. Soraya no necesitaba eso. Mayte Marcos se equivocó en la coreografía. Miriam Benedited, con una coreografía más actual en la preselección, se lleva la palma. Otro gallo nos hubiera cantado con una coreografía similar a la de la preselección o a la que hizo Soraya en Operación Triunfo justo una semana antes del festival, mucho más actual y moderna, y más ajustada a lo que el tema pedía. Os dejo aquí el vídeo:


 

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