¿EUROVISIÓN HUNDE CARRERAS?

Tras meses desaparecido, regreso a mi columna pidiendo en primer lugar disculpas al equipo de la página y a sus lectores. Mis quehaceres profesionales me han impedido escribir con la asiduidad que a mi me gusta. Dicho esto paso a exponer mis pensamientos de los últimos días. Históricamente los cantantes españoles de mayor prestigio han […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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¿EUROVISIÓN HUNDE CARRERAS?

Tras meses desaparecido, regreso a mi columna pidiendo en primer lugar disculpas al equipo de la página y a sus lectores. Mis quehaceres profesionales me han impedido escribir con la asiduidad que a mi me gusta. Dicho esto paso a exponer mis pensamientos de los últimos días.

Históricamente los cantantes españoles de mayor prestigio han tenido un pánico terrible al Festival de Eurovisión en la creencia de que un mal puesto en el certamen podría ser el final de su carrera profesional. Lo cierto es que si echamos un vistazo a las últimas décadas de la representación española, un indocumentado podría perfectamente aludir a ese argumento porque la mayor parte de nuestros representantes prácticamente están olvidados, salvo honrosas excepciones. Sin embargo, muchos sabemos que, en realidad, ahora no son nadie en el mercado musical porque no lo eran antes del Festival o porque llegaron a él en sus épocas bajas, en un intento desesperado por mantenerse vivos profesionalmente hablando.

Estos días he pensado mucho en esto después de escuchar a todas horas en la radio, en la tele el último disco de Kate Ryan, una mujer que en 2006 “patinó” en el Festival, no logró ni siquiera clasificarse para la final y muchos enseguida quisieron ver el final de esta artista. Previamente habían surgido algunos comentarios sobre el riesgo que corría una mujer ya muy conocida en Europa y que no tenía necesidad de usar Eurovisión para incrementar su popularidad. Obviamente, e independientemente de que a uno le guste más o menos la música que ella interpreta, ha logrado demostrar que uno puede continuar con éxito pese al fracaso eurovisivo.

Y no es de extrañar tampoco que su amiga Soraya haya cambiado radicalmente de postura. Todos recordamos cómo en mitad de la rabieta por su fracaso en la pasada edición recomendó a sus compañeros cantantes que no acudieran al festival hasta que no cambiasen muchas cosas. Ahora, meses más tarde, con el mal trago ya digerido, resulta que ella misma está dispuesta a volver al Festival e incluso ha apuntado la posibilidad de acudir en dúo con la propia Kate. Seré benévolo con Soraya aunque no me gustó su mal perder. Pero seguramente la chica habrá podido comprobar que el festival lejos de perjudicar su carrera, puede haberle ayudado a traspasar nuestras fronteras. ¿o es que alguien se cree que todo esto se hace por amor eurovisivo?

Previamente otros grupos que nos representaron pudieron comprobar como la venta de sus discos aumentaron gracias a Eurovisión. Eso sí, cuando pasó el efecto festivalero, volvieron a caer quizás porque sus carreras no eran lo sólidas que requiere ahora mismo este mundillo pero no por haber fracasado en su representación.A mí me gustaría que en estos momentos, cuando aún no se sabe qué va a hacer TVE para acudir a Oslo, los artistas españoles lo pudieran tener en cuenta. Yo siempre digo que Eurovisión es sólo un concurso, sólo eso. Es un divertimento que a los que somos más apasionados, nos tiene meses en vilo pero no debería ir más allá. Y en un concurso uno gana o pierde y no pasa absolutamente nada. Ni se hunden carreras, ni se hace el ridículo ni tantos y tantos tópicos que se manejan. Quizás algún día consigamos que el Festival sea lo que debe ser, un lugar donde la música española demuestra su valía y para ello necesitamos que vaya lo mejorcito que tenemos: los mejores cantantes, compositores, etc . Ya sé que me llamaréis muchos iluso pero ¡Viva la Utopía!

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