Después de ver cómo la Unión Europea de Radiodifusión (UER) recuperaba el jurado para amortiguar el voto de la diáspora y premiar la calidad frente a la extravagancia en Moscú, ver cómo Grecia elegía como representante a su mega estrella Sakis Rouvas, y Países Bajos y Turquía hacían lo propio con The Toppers y Hadise, y ver cómo Reino Unido acudía al reputado compositor de musicales Andrew Lloyd Webber para encargarle el proyecto eurovisivo, lo que menos podía esperar uno es que TVE volviera a acudir a MySpace para seleccionar el representante español en Eurovisión 2009.

Ingenuo de mí al pensar en posibles elecciones internas de artistas idóneos y de calidad para Eurovisión como Soraya y su La noche es para mí, que semanas atrás incluso mostró su disposición a acudir al festival. Y es que empresarialmente hablando es harto complicado renunciar a la publicidad, promoción, audiencia y beneficios económicos que reporta a TVE esto de la cosa eurovisiva. ¿O es que ya no nos acordamos que de que los pack chiki-chiki se vendieron hasta en la teletienda?

Elegido de nuevo el método MySpace, replicaba un incisivo periodista al director de TVE, Javier Pons, en la rueda de prensa de presentación que si algo estaba claro del método para elegir al sucesor de Chikilicuatre es que no estaba nada claro. Y efectivamente, existen muchas dudas que los responsables de RTVE y MySpace deberán ir aclarando para evitar cualquier suspicacia futura.

La primera duda aún no aclarada la plantea el sistema de votación. ¿A día de hoy alguien sabe cómo votar en este proceso tan democrático y popular? Hasta el momento, lo único que sabemos es que se hará en la página de RTVE y no en la de MySpace. Ningún detalle aún de cuántos votos dispondrá cada usuario o cómo se emitirán esos sufragios. ¿Serán cinco repartidos como se quiera como el año pasado? ¿Serán 100 ó 1.000 con cuentas de correo fantasma? ¿Habrá que validar votos? ¿Contraseñas?

El hermetismo se apodera de la corporación pública que parece querer controlar todo el proceso y salvaguardarse así de hackers, scripts, votos masivos y fraudes varios que enturbiaron la preselección pasada. Lograrlo, visto lo visto, será todo un reto.

Otra de las dudas aún sin despejar es el papel del jurado, al que muchos medios de comunicación ya han tachado de barrera “anti chiki-chiki”. Incluso Javier Pons -recordemos amigo personal de Andreu Buenafuente, creador de Chikilicuatre– se atrevió a decir ante los medios, con la que este febrero pasado, que el jurado tendrá la última palabra, aunque no especificó cómo.

Como tampoco se concretó la composición del mismo, salvo el casting abierto en MySpace para elegir al quinto elemento. Pero, ¿y los otros cuatro elementos? En teoría, serán miembros que TVE y MySpace designen. Entonces, si el papel del jurado es clave y cuatro de los cinco miembros los designa TVE y MySpace, es blanco y en botella. La cadena de televisión en esta ocasión quiere tener todos los cabos atados para evitar sustos pasados.

En cuanto al peso que tendrá el jurado sobre el televoto en la gala final, TVE está esperando a que la UER concrete cómo será el sistema mixto de votación en Moscú para implementar algo similar. Ahora bien, ¿qué pasa con el peso del jurado en esos “programas especiales” que harán de semifinales y de donde saldrán los 10 finalistas de los 50 que pasen la criba en internet? ¿Será en estos programas donde el jurado 'apisonadora anti-chiki chikis' funcione a todo rendimiento?¿Será sólo el jurado, obviando el televoto, quien decida qué 10 artistas estarán en la final en programas-castings similares a los de Operación Triunfo o Factor X? ¿O los supuestos “programas especiales” serán galas en toda regla, con actuaciones en directo de los 50 finalistas?

Dudas también plantean las diez categorías musicales preestablecidas. Por la naturaleza del festival, ¿acaso no habrá una gran mayoría de temas de pop-rock frente a unos minoritarios temas de metal o de flamenco? ¿Por qué sacrificar temas de calidad en una categoría mayoritaria frente a temas mediocres en categorías con menor tirón?

Hablando de dudas, ni digamos ya las que parecen tener los hasta ahora aspirantes eurovisivos, presentando la mayoría canciones que incumplen las reglas, tal y como ha advertido la propia RTVE.

Y dudas sobre la calidad musical se nos plantean escuchando los escasos veinte temas que hasta el momento se han dado a conocer de los más de cien que TVE publicitó 48 horas después de abrirse el proceso. Andermay, Izan y poco más se salvan de la quema. Ahora bien, ¿alguien me dice dónde está el resto de candidatos?

La misma incertidumbre surge al pensar en si candidatos de la talla de La Casa Azul, Anael, Mirela, Coral, La Prohibida, Sampedro o L-Kan se les ocurrirá presentar candidatura este año después del mamoneo chikilicuatrero del pasado.

Transcurrida sólo una semana desde que se abrió MySpace, quizá sea prematuro pensar que el éxito de lo freak que representó Rodolfo Chikilicuatre el año pasado haya dinamitado la esencia del innovador método ideado por RTVE: encontrar un talento musical, una representación digna y de calidad. Y es que los talentos musicales en España parece que huyen a triunfar al Reino Unido.