ESC 2000: MOMIAS EN EL VALLE DE LOS REYES

Nada permitía imaginar las maravillas que el aventurero Javier Sierra, los eminentes doctores José Cabrera y José Miguel Gaona (como patrocinadores de la expedición) y el afamado periodista Iker Jiménez (y Carmen Porter) tenían ante ellos cuando, a última hora de la tarde de un caluroso día, practicaron un orificio de observación en la roñosa […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ESC 2000: MOMIAS EN EL VALLE DE LOS REYES

Nada permitía imaginar las maravillas que el aventurero Javier Sierra, los eminentes doctores José Cabrera y José Miguel Gaona (como patrocinadores de la expedición) y el afamado periodista Iker Jiménez (y Carmen Porter) tenían ante ellos cuando, a última hora de la tarde de un caluroso día, practicaron un orificio de observación en la roñosa y caduca pared de la insignificante tumba descubierta hacía pocos días en el Valle de los Reyes.

“Iker Jiménez (y Carmen Porter), sosteniendo una vela ante sí, introdujo la cabeza”, – relataría el insigne periodista empírico-positivista-racionalista Javier Sierra poco después del acontecimiento -.

“Guardó silencio, creyendo yo que había sufrido una nueva decepción, y le pregunté: ¿puede ver algo?. – “Sí, sí, veo cosas maravillosas” -, replicó”.

Tal como seguiría el propio Javier Sierra en su cuadernillo de observador participante, ante Iker Jiménez (y Carmen Porter), amontonada y apenas iluminada por la vacilante luz que proyectaban los excavadores, había una impresionante colección de momias de la más diversa y variopinta procedencia. Tras los posteriores, meticulosos análisis y rigurosos estudios científicos, se pudo deducir la antigüedad de cada una de ellas y sus identidades. 

Allí yacían en la paz del valle: Nikki French, los Olsen Brothers cogiditos de la mano, el español Serafín Zubiri acompañado de un séquito de cuatro sirvientes (compuesto por dos parejas mixtas que sumaban entre las dos más años que la momia del propio Zubiri), Al Bano (sin su Romina, cuya momia ya había sido descubierta años antes en un cementerio etrusco al norte de Roma); más hacia la izquierda había un montículo formado por una retahíla de cuerpos andrajosos y polvorientos, llenos de moho, y que resultaron ser los restos de un grupo de indios sioux (¡Indios sioux en Egipto!, imagínense). Mezclado entre las momias amerindias se encontró, todo hecho polvo, el piano de Serafín Zubiri. 

Una vez hubieron penetrado nuestras eminencias en el interior de la sepultura, Iker Jiménez (y Carmen Porter), muy avispado él, se adelantó más que los otros y, al fondo, entre la penumbra, pudo distinguir otra amalgama de momias, que posteriormente y tras los análisis respectivos, resultaron ser más jóvenes en edad y mucho más numerosas. Parece ser que estos jóvenes personajes sucumbieron todos de golpe, tras emborracharse y meterse hasta el codo lo que fuera, en una orgía de locura y placer. Se ahorraron así que los enterraran en vida, y fueron sepultados todos en el mismo sitio en una especie de ritual religioso muy bien elaborado, tal como el espabilado de Javier Sierra ha podido dilucidar tras observar la posición en que Iker Jiménez (y Carmen Porter) encontró los cuerpos.

Según la ciencia, estos cuerpos más jóvenes pertenecen a los siguientes personajes: la cantante tártara Alsou, el germano Stefan Raab y todo su séquito, los letones Brainstorm, la princesa frisia Linda Wagenmakers, un grupito de momias tracias cuya identidad no ha podido ser descubierta todavía y a las que se ha puesto el nombre de XXL, varias momias de procedencia vikinga o normanda como las Charmed de Noruega y también August y Telma de Islandia, y la banda israelí Ping Pong, que parece ser que fueron los que murieron con la mayor cogorza y colocón de todos, por lo deshechos que aparecieron sus restos.

Cómo fueron a parar a Egipto, y concretamente al Valle de los Reyes en Luxor, tal cantidad de momias y de procedencias tan diversas, es un enigma sin resolver, el cual se lo dejamos también al fantástico equipo de científicos encabezado por Iker Jiménez (y Carmen Porter).

Lo que más lástima dio a Iker Jiménez (y Carmen Porter) de todo aquello fue el piano de Serafín Zubiri. Según interpretó el listo de Javier Sierra, tras su pormenorizado y contrastado análisis arqueológico de todo el conjunto, el piano debió ser el mismo que se usó en el sepelio de Zubiri y sus criados. Aunque, por mucho que buscaron, no se encontraron los restos de los candelabros con velas que deberían haber acompañado al numerito de despedida y paso a la vida de ultratumba. 

Muy joven desapareció Serafín. Ya le había advertido algún crítico vivaracho que no se rodeara de antiguallas y de gente inoportuna (coros, TVE, etc.), y de que cantase siempre él solo. A ver si dentro de poco lo vemos resucitar, tal como ha sucedido con otras momias ( a mis columnas respectivas les remito), porque él cantaba muy bien.

De resurreciones saben mucho algunos de los colaboradores de Iker Jiménez (y Carmen Porter), como por ejemplo Enrique de Vicente (periodista especializado en temas ufológicos, es decir, la mar de científicos), Antonio Piñero (catedrático de Filología neotestamentaria en la Complutense – ¡chúpate esa, casi nada! – y por lo tanto experto en resurrecciones), Paloma Navarrete Varela (farmacéutica, psicóloga y médium, ¡toma ya!), o Sol Blanco Soler (periodista y miembro del grupo Hepta, especializada en hablar con los muertos).

Como ven, Iker Jiménez (y Carmen Porter) está rodeado de un excelente equipo de expertos, que nos vendría muy bien para resucitar a todas esas momias olvidadas, y que descubrieron ellos mismos en el Valle de los Reyes. Allí yacen desde que cayeron, todas podridas. El gobierno egipcio no ha dejado que se las lleven y trasladen a Europa, por ser un grupito de eminentes científicos españoles los descubridores. Hace bien. No vaya a ser que, una vez resucitadas, se mueran de nuevo del susto si las obligan a acudir al festival de Eurovisión ese, y queden nuevamente olvidadas, esta vez in eternum.

Si el maravilloso equipo de arqueólogos y parapsicólogos dirigidos por Iker Jiménez (y Carmen Porter) siguieran haciendo prospecciones en las inmediaciones del lugar, seguro, seguro, que encontrarían muchas más momias petrificadas. Los beduínos del lugar han oído hablar desde siempre, que por allí cerca se encuentran también sepultados los restos mortales de la maltesa Claudette Pace, el dúo greco-chipriota Voice, la finlandesa Nina Ästrom, la momia de la princesa hitita Pinar Ayhan que fue enterrada también con todo su séquito de sirvientes, y otros muchos. Gente toda ella del mundo de la canción pop europea, de muy efímera vida, que no han pasado a la historia ni ná de ná (simplemente fueron descubiertas por pura casualidad), y que desaparecieron de este mundo cruel muy rápidamente y en extrañas circunstancias. 

Nota: El presente relato es una adaptación libre de un párrafo del libro Todo Tutankamón de Nicholas Reeves, publicado en Ediciones Destino.

Las mejores momias de procedencia europea descubiertas en el Valle de los Reyes por Iker Jiménez (y Carmen Porter) y su equipo de expertos:

1º El grupo familiar de momias bálticas “Brainstorm”
2º Las Rounder Girls austríacas
3º La momia franco-magrebí Sofía Mestari
4º El grupo de momias llamado “Taxi” del norte de Tracia
5º La princesa hitita Pinar Ayhan y su séquito de sirvientes.
6º La momia de Eammon Toal, de origen céltico
7º El dúo de momias greco-chipriotas “Voice”
8º La momia helvética Jane Bogaert y su acompañante Al Bano, una de las momias etruscas de más antigüedad encontradas hasta la fecha.
9º La momia balcánica de un misterioso personaje llamado Goran Karan, de procedencia misteriosa
10º La momia de la cantante Nina Ästrom, de procedencia lapona.

El total de momias catalogadas es de unas 60, contando los grupos. ¿Cómo fueron a parar tal cantidad de momias y de procedencias tan dispares a Luxor? No se sabe. Les prometo que permaneceremos desde aquí en contacto con nuestro gabinete de expertos. Seguiremos cotejando.

Convocando a los espíritus en el campamento sioux. El mismo chamán se las arreglaba él solito, no necesitaba la ayuda de la espiritista Sol Blanco Soler ni de la farmacéutica Paloma Navarrro

Iker Jiménez (esta vez sin Carmen Porter) y el dicharachero aventurero Javier Sierra: “¿Por qué desaparece siempre un calcetín dentro de la lavadora y nunca volvemos a saber nada de él?”.

El entierro de Serafín Zubiri (sin candelabros ni velas). Como ven, todo el conjunto era la mar de moderno y resultón.

My Star, Brainstorm, Letonia

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