ESC 1998: CATALUÑA EN EUROVISIÓN

En 1998 Cataluña llevó su primera y, hasta el momento, única participación al Festival de Eurovisión. Josmar, también conocido como Josmar Gerona, es el cantante que fue elegido para representrar a la CCRTV (Corporación Catalana de Radio y Televisión) en Birmingham. Por desgracia, no pudo entrar en la fase competitiva de la gran final. Pero […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ESC 1998: CATALUÑA EN EUROVISIÓN

En 1998 Cataluña llevó su primera y, hasta el momento, única participación al Festival de Eurovisión. Josmar, también conocido como Josmar Gerona, es el cantante que fue elegido para representrar a la CCRTV (Corporación Catalana de Radio y Televisión) en Birmingham. Por desgracia, no pudo entrar en la fase competitiva de la gran final. Pero eso de “desgracia” es solo un decir porque, a pesar de todo, para Josmar el ESC '98 representó todo un trampolín que le catapultó a la fama, sobre todo en países como Italia y la propia Inglaterra.

Josmar es un cantante, productor musical y estrella mediática catalana conocido sobre todo por sus intervenciones en programas televisivos de variedades. Esto equivale a decir que se trata de un friki de lo más extravagante, que fue muy asiduo a la telebasura durante los años '90 (ahora ya no tanto). Se dio a conocer por primera vez ante toda España en 1994, en aquel esperpéntico programa llamado El Semáforo, dirigido por Narciso Ibáñez Serrador. Fue catapultado en 1998 a Eurovisión desde el programa Malalts de tele (Enfermos de tele) de la cadena autonómica TV-3 perteneciente a la CCRTV. Se trataba de un programa de la productora de Andreu Buenafuente.

Como pueden ustedes adivinar, detrás de toda esta fachada, se encondía en realidad una maquiavélica estratagema para colocarle este invento prefabricado a los imbéciles de TVE. Pero, a diferencia de lo que sucedió con el Chikilikuatre en 2008, la idea no cuajó en TVE, así que a Buenafuente y su pandilla acabó saliéndoles el tiro por la culata. Pero no se amilanaron los catalanes y, a pesar de todo, decidieron acudir a Birmingham, aunque solo fuera de concurso, como es lógico. El peazo bodriaco con el que se presentó Josmar Gerona en Birmingham fue És super fort (Es super fuerte). Y allí se plantó, en plena Inglaterra, todo decidido con esa misma facha que aparece en el vídeo promocional que les he puesto abajo, al final de la columna. 

Durante toda la semana de los ensayos previos a la final, estuvo la delegación catalana dando vueltas y haciendo el ridículo más espantoso por los alrededores del National Indoor Arena, donde se celebró el evento. La cosa fue la mar de mediática y sonada, no sólo allí, sino en todo el Reino Unido gracias a las diferentes cadenas televisivas británicas, que se hicieron eco del asunto sacando a Josmar hasta en la sopa. 

A pesar de su éxito, a Josmar no le agrada nada hablar del festival, tal como él mismo dijo en una entrevista que le hicieron en la web www.elcajondesastre.com:

ECD: Josmar, no todo el mundo conoce que tú estuviste a las puertas literalmente de Eurovisión: viajaste a Birmingham en 1998 como primer representante de los Països Catalans ¿qué nos puedes contar de aquella experiencia?

Josmar: Ya nada, los del equipo del programa de una cadena autonómica cogieron mi imagen para hacerse notar, yo aprendí por aquel entonces a trabajar con un equipo, y a convivir. Para mí, si aceptaba hacer eso, tenía a mi favor darme a conocer en el Reino Unido, y lo logré. Ellos se aprovecharon de mi imagen para hacerse notar y yo del provecho que iba a sacar. No veo el festival si te soy sincero, no me interesa.

A pocas palabras, buen entendedor. El caso es que, mientras el representante catalán (que debería haber sido español) levantaba toda esa polvareda mediática y todo el mundo estaba pendiente de él, a la delegación española verdadera no le hizo caso ni Perico de los Palotes. Porque claro, me imagino que se estarán preguntando ustedes que quién representó a la marca España aquel año. Pues TVE se sacó de la manga a una especie de Harry Potter nacional, al cual parece ser que se le había muerto hacía poco su amada, y se montaron en el escenario del National Indoor Arena el ya clásico entierro aderezado con música.

Harry Potter estuvo acompañado de un séquito de momias con mortajas negras, las cuales todas juntas deberían sumar más de mil años. Él mismo parecía otro momio, amuermao perdío, todo enlutado también. Sólo faltó en escena Serafín Zubiri y su piano, aunque dos años más tarde nos obsequió con su particular sepelio. Resultó todo la mar de parsimonioso y, sobre todo, muy moderno. La  puesta al día de TVE, vamos. En España, ni el Quirico se enteró de quién nos representaba. El festival pasó aquel año absolutamente desapercibido. Solo nos percatamos de que había pasado la época del festival cuando nos enteramos de quien fue la ganadora, Dana International, cuya canción sonó bastante por todos sitios en los meses posteriores. Dana International fue un personaje artificial, un invento prefabricado desde el otoño anterior expresamente para el festival y ganarlo a toda costa, sí o sí. Tal como se hizo dieciseis años más tarde con la mujer barbuda (Aunque detrás de estos personajes se esconden seres humanos que se merecen todo respeto, eso que conste, ¿eh?, que luego me lapidan).

Podemos concluir que a los ingleses no les debió hacer ninguna gracia que les usurparan a su personajillo de cuento, ni tampoco al resto de europeos, pues nuestro Harry Potter solo cosechó 21 votos. Ni siquiera le votaron países tan afines al nuestro como Grecia, Turquía, Portugal o Rumanía. La edición del '98, salvo por todo lo dicho anteriormente, no destacó en nada especial. En todo caso, si por algo destacó fue por la propia cantante ganadora, que se hizo bastante popular, y frikis varios, como el alemán Guildo Horn, la maltesa Chiara o la propia pareja de presentadores, la sueca Ulrika Johnsson (una rubia despampanante) y Terry Wogan (comentarista clásico del festival, ya de capa caída), los cuales se llevaban una diferencia de edad de por lo menos 35 años. Es decir, como de costumbre fue un festival la mar de sexista, machista y democristiano (como ya dijo el escritor Francisco Umbral, cuando el ´85).

Y encima, para más inri, esta edición se puede considerar como aquella que marcó un cambio de rumbo verdaderamente notorio en el festival. Aquí empezó el negocio padre de las llamadas telefónicas, a costa de todos aquellos estúpidos que pierden el tiempo y el dinero llamando; el aterrizaje definitivo de todo el Este de Europa (para desgracia de Eurovisión); y lo más lamentable de todo bajo mi punto de vista: la colonización de la lengua inglesa y la desaparición de la orquesta. Con lo cual, a partir de aquí Eurovisión fue perdiendo definitivamente su idiosincrasia, su razón de ser primaria, y dos de las cosas buenas que tenía, pasando a convertirse en uno de los ejemplos televisivos más claros de la globalización económica que nos ha engullido a todos, arrasando con las culturas y tradiciones de los distintos países y naciones.

Un capítulo aparte merecería la marioneta española portavoz de las votaciones, una tal Belén. Este fue ya su cuarto año consecutivo haciendo el ridículo. La infeliz salía siempre tan nerviosa que, finalmente, este año acabó cagándola, y al día siguiente los responsables de la organización del concurso tuvieron que repasar toda la votación española y volverla a adjudicar, con lo que el resultado final fue sensiblemente distinto al de la tabla de votos. Además, cuando saludó la marioneta del televoto español, ésta quiso decir en inglés: “Realmente es una noche estupenda”, pero dio sin querer un parte meteórológico diciendo en inglés: “Realmente hace una noche estupenda”. Ante las carcajadas de todo el público la presentadora contestó: “No sé en España, pero aquí en Birminghan hace muchas noches que no salgo”.

Ya dije en una ocasión que estaba por montarme otra columna dedicada a las cutregalas españolas previas a Eurovisión. Estoy pensando también montarme una tercera dedicada a las marionetas portavoces del televoto español, sus cagadas en vivo y en directo, y su nivel upper proficiency de exquisito inglés.

Al preparar esta columna me asaltó una duda. No sabía si titularla mejor: “Harry Potter sin su piedra filosofal”. Hubiera quedado también la mar de guay. Piedra filosofal, no surgió ninguna aquella noche, aunque sí se necesita mucha filosofía, metodología de las ciencias sociales, psicología y cosas de esas para analizar este festival. Porque no me negarán ustedes, por ejemplo, que el papelón que hizo este año la marca España, entre unos y otros, no es de estudio sociológico-antropológico. Y si repasamos toda la historia de RTVE en Eurovisión y de sus cutregalas previas (sin olvidarnos de la última de este 2017), eso ya da para una tesis doctoral de lo más completa y exhaustiva.

TOP 10:

Favorita:  Neka mi ne svane, Danijela, CROACIA

Genesis, Michael Hajiyannis, CHIPRE
Hemel en arde, Edsilia Rombley, PAÍSES BAJOS
 Where are you now?, Imaani, REINO UNIDO
To Takie Proste, Sixteen, POLONIA
– El tema afro Où aller?, de Marie-Line, FRANCIA
– El Blues A holnap már nem lesz szmoru, de Károly Hárvath (Charlie), HUNGRÍA
– La balada Modlitba, Katerina Hasprová, ESLOVAQUIA
Altid Sommer, Lars Fredriksen, NORUEGA
– Mere Lapsed, Koit Toome, ESTONIA.

Josmar Gerona, y su És super fort. La canción que debió representar a España en Eurovisión ´98. Lo que pudo ser y no fue.

La marioneta española dando sus votaciones

Nueva versión del blues húngaro “A holnap már nem lesz szomorú”.

El entierro de Harry Potter

Neka mine svane, Danijela, Croacia


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