ESC 1987: FENÓMENOS PARANORMALES Y PITONISAS EN EL PLATÓ

En este fabuloso viaje por la nostalgia que representan estas columnas, introduzcámonos en la máquina del tiempo una vez más, y trasladémonos al ya lejanísimo 1987.  Este año pasará a la historia por el hecho de que el festival estuvo saturado de bodrios. Yo, en pleno uso de mis facultades mentales, y por tanto, bajo […]
Publicado el día 03 de diciembre de 2020
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ESC 1987: FENÓMENOS PARANORMALES Y PITONISAS EN EL PLATÓ

En este fabuloso viaje por la nostalgia que representan estas columnas, introduzcámonos en la máquina del tiempo una vez más, y trasladémonos al ya lejanísimo 1987.  Este año pasará a la historia por el hecho de que el festival estuvo saturado de bodrios. Yo, en pleno uso de mis facultades mentales, y por tanto, bajo mi sano juicio, sólo salvaría dos cosas: Hold me now  y Gente di mare.  Y sanseacabó. 

Sólo pasables estuvieron Finlandia, Portugal, Holanda  y Bélgica  (aunque las coristas portuguesas parecían recién salidas del colegio de las monjas). Totalmente anodinas fueron las baladas de Austria, Islandia y Noruega. El resto eran todo bazofias, a cual más impresentable y hortera. Y eso en cuanto a las partituras musicales, porque en lo que se refiere a los propios intérpretes y coreografías… ni les cuento.

Fue un festival absolutamente fuera del espacio y el tiempo. A años luz de la música que se hacía en aquella época, y nada que ver con el festival actual, como es lógico.

El “Óscar a la más friki” es muy difícil de decidir este año, por la cantidad que había para elegir, a cual “mejor”.  Yo me inclinaría por concedérselo a la frágil muñeca de porcelana francesa y su canesú rosa. Y entre la retahíla de tonterías presentadas destacaron, por todo lo alto, el par de acróbatas saltimbanquis israelíes y su canción.

Respecto a estos dos, parece ser que el caso se convirtió, desde que fue seleccionado el dúo, en todo un Expediente X. Se ve que cayó tan mal la elección en el país, que los judíos ortodoxos se rasgaron las vestiduras, las trenzas y los tirabuzones, e inclusive el velo del templo se rasgó también (entiéndase por templo, el parlamento).  Hubo en el mismo hasta interpelaciones al respecto.  Pero… ¡cómo no va a existir política en Eurovisión si la cosa llega a veces, como vemos, hasta a los propios parlamentos! Increíble.

Y hablando de expedientes X, dos capítulos aparte merecería el papel que hizo RTVE. Por un lado, es digno de destacar la propia representación española, que hasta día de hoy continua siendo uno de los misterios más insondables en la historia del festival. Se trata de una de las participaciones más inauditas y sorprendentes de RTVE. Por otro lado, hay que destacar, cómo no, al jurado español y su tertulia, la cual fue alucinante.

En cuanto a la representación, fue elegida internamente una tal Patricia Kraus. Yo me enteré por la revista TP Teleprograma  que por aquellos años en España era “lo más” en cuanto a publicaciones que informaban de la parrilla televisiva. Allí se decía que Patricia era hija del famoso tenor Alfredo Kraus. El caso es que la cosa prometía. Patricia era una chica joven (que en el ESC siempre han dado mejor resultado que los chicos) con una imagen moderna (ni era una diva clásica ni una flamenca, ni nada de eso) y encima ¡rubia! ¿Qué más se podía pedir?

La canción, No estás solo, no era nada del otro mundo pero el look, en principio, sí que daba el pego. O al menos así es lo que parecía en el vídeo promocional, en el cual se la veía muy desenvuelta, con una imagen muy fresca. Eso sí, TVE no tiró la casa por la ventana tampoco para realizarlo.

Pero… ¡ay! cuando llegó la hora de la actuación en directo, la audiencia se quedó estupefacta al observar que la persona que salió al escenario era otra, totalmente distinta de la que nos tenía que representar. Pero… ¿cómo era posible? ¿Qué significaba aquello? ¿Quizás Patricia fue abducida en el camerino y todavía hoy continúa allá en la séptima galaxia, subiendo a mano izquierda?

¿Quién era aquella misteriosa mujer que nos representó a última hora, vestida con aquel atuendo y con tropecientos mil kilos de maquillaje? Además, entre el maquillaje que llevaba, y el zapateao del Séptimo de Caballería turco que salió después, no se entiende cómo no se hundió el escenario y se vino abajo el chiringuito.

En mi casa estábamos todos alucinados. Hasta el perro flipaba en colores viéndonos. El animalico debía pensar: “¿Qué hacen los apacones estos, esta noche, embobados ante el televisor de esta manera?”

Mi madre tampoco daba crédito a lo que estaba viendo: “Pero… ¿esa es la española? Esa no es. ¡Cómo va a ser esa la española! Pero.. ¡qué cosa más horrorosa! Esa tiene que ser otra…” Completamente atónita estaba la mujer. 

Como ven, es un caso digno de Cuarto Milenio. Iker Jiménez podría hacer una de sus concienzudas investigaciones científicas a ver si resuelve este enigma eurovisivo: ¿Qué fue de Patricia Kraus? ¿Quién era aquella misteriosa mujer que nos representó y de dónde salió? ¿Dónde se encuentran ahora las dos?

En cuanto al papelón que hizo el jurado español, es digno de coleccionable. Para tenerlo en nuestro museo particular. Isabel Borondo fue la presentadora (otra que desapareció de la noche a la mañana de TVE sin dejar ni rastro). TVE se trajo, además, a una pitonisa y a un pitoniso para que auguraran el puesto en que iba a quedar Patricia, que según ellos iba a ser maravilloso. El pitoniso hasta se trajo una probeta con agua, unos líquidos de colores, y no sé qué cachibaches para realizar allí un experimento, sin explicarnos siquiera en qué consistía  y cuál era su significado. Demasié.

Como ya sabemos, el resultado fue en realidad nefasto para nuestra representante, tras lo cual, en la tertulia final, la presentadora se dirigió inquisitorialmente a los dos futurólogos para que se explicasen,  a lo que la pitonisa se defendió de la siguiente manera:

“Bueno, a ver, ¡ja, ja, ja, je, je, je!  Es que yo ya dije, de todas formas, que la numerología no la favorecía, y el día no era el más propicio, pero claro, había que animar lo cosa un poco.”

Ya.  El caso es que se trataba de justificar lo injustificable, como dicen por ahí por esas webs de dios, o por Youtube.

Estuvo el propio jurado formado por la más variopinta fauna humana. Había un garrulillo; un ama de casa con el mantel de lunares puesto por encima; un conductor de metro; un taxista; un camarero; una niña pija; una navegante; un estilista; y, ¡asombrense ustedes! …hasta otra aprendiz de pitonisa infiltrada. Sí, tal como lo leen. Resulta que esta otra aprendiz de pitonisa, cuando Isabel Borondo la presentó, dijo que era empresaria y psicóloga (toda una eminencia, vaya) pero seguramente en sus ratos libres se dedicaría a la clarividencia.  

Pues bien, cuando le preguntaron por su opinión, al acabar el festival, la aprendiz de pitonisa soltó el siguiente oráculo:

“A ver, yo pienso que, ante todo, lo que hay que decir es que este festival ES HISTORIA, y todos los festivales como este SON HISTORIA PASADA.  Hoy día, hay tantos, demasiados acontecimientos, como para que estemos pendientes todos, precisamente, de este acontecimiento en concreto.”

Y se quedó tan ancha. Posiblemente, años más tarde, acabaría dedicándose a otros hobbies, tras comprobar que lo de profetizar no era lo suyo.

Ya ven, entre pitonisas, pitonisos, futurólogos, empresarias de pacotilla y políticos metidos a profeta, estamos bien apañados. En fin. Ustedes mismos. Sin más comentarios.

Aquí dejo tres joyas sacadas de la arqueología eurovisiva. Son tres gemas dignas de tenerlas en nuestro museo eurovisivo particular (y para la historia de RTVE):

El augurio para Patricia Kraus. El pitoniso no sabía ni explicarse, el pobre:

Mítica frase de la pitonisa: “Los futurólogos no podemos preveer o prevenir si los países se van a votar entre sí por amistad” ¿Ah, sí? entonces ¿vosotros a qué os dedicáis, si se puede saber?

La aprendiz de pitonisa, infiltrada en el jurado, suelta un maleficio augurándole un futuro muy negro al festival:

Top 10 de Linda Martínez:

Canción favorita: Hold me now, Johnny Logan, IRLANDA

Gente di mare, Umberto Tozzi & Raf, ITALIA
Sata salamaa, Vicky Rosti, FINLANDIA
Soldiers of love, Liliane St. Pierre, BÉLGICA
Neste barco a vela, Nevada, PORTUGAL
Rechtop in de wind, Marcha, PAÍSES BAJOS
Haegt og Hljiótt, Halla Margret, ISLANDIA
Mitt liv, Kate, NORUEGA
Nur noch Gefühl, Gary Lux, AUSTRIA
Stop, Group Bang, GRECIA
 

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